Entintate la piel

Por Andrea Calderón

Para Pedro Calderón, Horacio Cabrera y Mauricio Partida, el acercamiento al universo del tatuaje fue, en principio, una cuestión de curiosidad y gusto, de arte en exploración y encuentro con la piel. Lo que nació como un hobby devino más tarde en un compromiso con una actividad que mucho tiene de creatividad y otro tanto de precisión, experiencia y conocimiento.

Hace diez años, hace quince quizás, tatuarse en Mendoza era algo poco común y menos frecuente encontrar espacios donde hacerlo. A la memoria colectiva viene la figura del hombre del estudio pegado a la tradicional heladería Perín o los pocos locales de la Galería Caracol donde las tintas y las agujas daban forma al pedido de un acotado número de clientes en relación a los días que corren.

Pedro Calderón. FB / San La Muerte Tattoo Studio

"Es cierto que hay cada vez más lugares en la provincia donde tatuarse, se está volviendo algo masivo y el mercado está un poco saturado. Pero siempre pasa eso: es cíclico. Antes todos querían ser diseñadores, después DJ´s y ahora se les dio por el tattoo (risas). Eso es porque piensan que es fácil de hacer, pero después de un tiempo se aburren y sólo quedamos los que realmente trabajamos con pasión y amor", dice Pedro Calderón (32), el sanjuanino criado en Mendoza que está al frente de San La Muerte Tattoo Family en la Galería Caracol. "Fueron varios los artistas del tattoo que me ayudaron y guiaron cuando empecé: Bruno, Leandro, Coco, mi gran hermano Tony y mi mayor creadora, mi madre Mirtha", dice el hombre que hace quince años indagó por primera vez en el rubro. El dibujo forma parte de la vida de Pedro; desde pequeño y en la actualidad, acude al lápiz y a la hoja en blanco, al graffiti y las acuarelas.

Horacio Cabrera. FB / Chinotattoo Cabrera

Horacio Cabrera (40), más conocido como "Chino", es mencionado como un referente del tattoo por quienes alguna vez pensaron o planean tatuarse, o bien ya lo hicieron. Empezó a pigmentar la piel hace veinte años, cuando dejó de lado sus estudios en diseño y arquitectura. En su espacio de calle Pueyrredón esquina Rodríguez, de Ciudad, cuenta con un staff de seis tatuadores y una secretaria que coordina los turnos. "Nos dedicamos principalmente al tatuaje desde un enfoque artístico; los trabajos son variados y fluctúan de acuerdo a la temática elegida por nuestros clientes", dice.

Quienes trabajan en el estudio son además dibujantes, lo que supone que cada diseño lleve la impronta de su hacedor en dibujos reversionados o creaciones originales. "El mendocino se caracteriza por ser muy exigente en cuanto al resultado del trabajo, es por eso que nuestra metodología consiste en una charla previa con la persona para conocer sus expectativas y aclarar cualquier inquietud que tenga".

Mauricio Partida. FB / Biohaz Art Tattoo Studio

Mauricio Partida (27) hace diez años que está en el rubro. "Me interesé por este arte mientras cursaba Bellas Artes y trabajaba en una rockería, donde armaba los diseños al tatuador que me inició", dice el responsable de Biohazart, ubicado en calle Rivadavia de Ciudad. Tras realizar una serie de cursos, Mauricio fue parte de ocho estudios en Buenos Aires e invitado en cuatro oportunidades a Europa para realizar un tour junto a un colega italiano.

"Biohazart surge de un juego de palabras: biohazard significa residuos patológicos y le sumamos el arte ya que esta profesión requiere de dotes artísticos y de conocimiento en bioseguridad e higiene para ejecutarlo con responsabilidad y respeto ya que trabajamos con el cuerpo de las personas". A la idea del cliente se suman los diseños personalizados y el asesoramiento para lograr un impacto estético a largo plazo para un amplio público.

"Por fortuna con el paso del tiempo se han ido perdiendo los prejuicios y hoy la gente busca diseños más grandes y osados, lo cual nos parece más atractivo y divertido más allá de los simbolismos o las historias que el cliente quiera representar", comparte. Así es como según el gusto del interesado, se estudian los estilos y las alternativas posibles de ejecutar para un público que Mauricio considera cada vez más exigente, lo cual supone un perfeccionamiento constante y un desafío que estimula.

En relación al público, Pedro Calderón coincide en que las personas se animan cada vez más y que en algún punto contribuyó el destape por parte de los famosos. De lado quedaron los recurrentes tatuajes de moda, aunque no falta quien los pida; en cambio prenden aquellos artísticos, personalizados y únicos, en su caso, sólo disponibles para mayores de 18 años. "La gente se ha sacado el tabú y entiende que no puede juzgar a alguien por su apariencia física porque eso no tiene nada que ver con la calidad de la persona; no por tener tatuajes alguien es delincuente o drogadicto. Mi consejo para alguien que se va a tatuar es pensar bien qué quiere para llevar el resto de su vida sobre la piel, buscar un buen artista que los haga sentir cómodos y seguir al pie de la letras sus indicaciones".

UN ARTE QUE CRECE

Son cada vez más quienes conocen el oficio de entintar la piel en Mendoza.

Además de los ya mencionados existen lugares como Shangai Tattoo, en Las Heras 676 de Ciudad, o Cómix Tatuajes, ubicado en calle Chile -también del centro-. Por su cuenta son numerosos los que también trabajan. Es el caso del artista integrante del colectivo artístico Panamá Club, Dötz, Chivato Tatuajes o Cultura Tattoo, disponible en FB bajo el nombre Fede Tatuajes.

RECOMENDACIONES PARA PRIMERIZOS

Si se trata del primer tatuaje que alguien se realiza en su vida, es importante prestar atención al diseño escogido y estar seguro del lugar elegido para su materialización, así como el color de la piel y el tamaño del dibujo. Al elegir un tatuador es importante conocer algunos trabajos previos y mantener un diálogo previo a la sesión, para la cual hay que prepararse con ropa cómoda, hidratarse correctamente, no consumir alcohol ni drogas antes del turno ya que afecta la normal circulación de la sangre, así como seguir los cuidados previos y posteriores que indique el tatuador, al pie de la letra.