30 de marzo de 2018 - 16:16

Vía Crucis: el Papa expresó "vergüenza" por los religiosos ambiciosos

La tradicional celebración se llevó a cabo frente al Coliseo Romano. Las meditaciones fueron escritas por un grupo de 15 jóvenes.

El papa Francisco expresó hoy su "vergüenza" por los religiosos que "se dejaron engañar por la ambición" y lamentó "el mundo fracturado" que les quedará a los jóvenes, durante el Vía Crucis frente al Coliseo Romano.

"Señor, vergüenza porque tantas personas, y también algunos de tus ministros, se dejaron engañar por la ambición y por la vanagloria perdiendo su dignidad y su primer amor", dijo el pontífice al celebrar la tradicional Vía Crucis, sexta ceremonia pascual como pontífice.

Se trata de "la vergüenza porque nuestras generaciones están dejando a los jóvenes un mundo fracturado por las divisiones y las guerras; un mundo devorado por el egoísmo en el que los jóvenes, los pequeños, los enfermos, los ancianos, son marginados", lamentó.

En un año en el que todas las actividades vaticanas estarán atravesadas por el Sínodo dedicado a la juventud que se hará en octubre, las meditaciones para el Vía Crucis de esta noche fueron escritas por un grupo de 15 jóvenes de una escuela pública italiana.

En las 14 meditaciones, los autores coordinados por el Profesor Andrea Monda imaginaron ser testigos oculares de la Pasión de Cristo y plantearon sus interrogantes sobre el mundo en el que viven.

La inclusión juvenil no fue algo inédito en el Vaticano: en 2013, antes de renunciar, el papa Benedicto XVI pidió a jóvenes libaneses que expresaran en los textos las ansiedades y expectativas de los pueblos de Medio Oriente.

Bergoglio llegó al Coliseo apenas pasadas las 16 hora argentina (21 de Roma), donde fue recibido por la alcaldesa local Virginia Raggi y una multitud de más de 20.000 personas, informó el Vaticano.

Los asistentes soportaron estrictos controles policiales por el peligro de un ataque en la capital, que incluyeron vigilancia del Ejército y cierre de estaciones de subte cercanas.

En ese contexto, de frente a uno de los símbolos de la capital italiana, Francisco se refirió también a las "esperanzas" del mundo. "La esperanza -reivindicó- porque tantos misioneros y misioneras continúan, todavía hoy, desafiando la adormecida conciencia de la humanidad, arriesgando la vida para servir a los pobres, los descartados, los inmigrantes, los invisibles, los explotados, los enfermos y los presos".

En la undécima estación, las meditaciones tocaron temas universales para la juventud, como "el mundo de Internet".

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