El periodista y murguista uruguayo Rafa Cotelo reveló que su hija Ema debió ser sometida a una cirugía de urgencia en Argentina, y en ese momento decisivo apareció una ayuda inesperada y decisiva: la de Edinson Cavani, delantero de Boca.
Rafa Cotelo contó que el delantero de Boca apareció con una ayuda económica decisiva que permitió concretar una cirugía de urgencia sin demoras.
El periodista y murguista uruguayo Rafa Cotelo reveló que su hija Ema debió ser sometida a una cirugía de urgencia en Argentina, y en ese momento decisivo apareció una ayuda inesperada y decisiva: la de Edinson Cavani, delantero de Boca.
En el ciclo Polifonía, conducido por Alejandro Fantino, Cotelo recordó que, desde 2015, su hija enfrenta tratamientos complejos por una afección similar a la hidrocefalia.
Ya había pasado dos veces por el quirófano en Buenos Aires y cuando una nueva complicación médica la puso en riesgo, decidió confiar en la misma neurocirujana pediátrica que la había atendido en el pasado.
El viaje desde Uruguay estuvo cargado de tensión. Al llegar a la clínica porteña, la especialista revisó los estudios y, alarmada, dispuso su inmediata internación. El diagnóstico fue contundente: había que operar sin demora.
El conductor recordó que, aunque la médica le advirtió sobre la gravedad de la enfermedad, buscó darle tranquilidad con una frase que nunca olvidará: “En tres o cuatro horas ella sale lo más bien”.
Sin embargo, el costo de la operación superaba lo que podía afrontar en ese momento, y el pago debía hacerse en efectivo de manera inmediata.
“No me alcanzaba ni con todo lo que tenía en la vida”, relató. Intentó ofrecer transferencias o cheques, pero la respuesta fue negativa.
Cotelo llamó a un amigo muy especial: Edinson Cavani. El delantero reaccionó sin dudar: “Ya salgo para ahí”. Aunque la distancia no le permitió llegar de inmediato, buscó una alternativa insólita, pero efectiva: le pidió a un conocido, dueño de una tanguería cercana, que acercara el dinero en su nombre.
Gracias a esa ayuda providencial, la operación pudo realizarse sin demoras y Ema salió adelante.
Más tarde, cuando el médico describió la intervención como “muy extrema”, Cotelo le recordó la promesa inicial. La especialista, sincera, respondió: “Señor, ¿cómo le iba a decir otra cosa?”.
El comunicador cerró su relato entre agradecimientos y emoción: “Le agradezco que me haya mentido, porque no habría soportado esa presión”.