31 de diciembre de 2025 - 00:00

Por un buen vínculo entre el Gobierno y la Iglesia

En un mensaje oficial por la finalización del año la Iglesia, sin dejar de advertir sobre la cuestión social y laboral, tiende un puente de acercamiento que puede favorecer el diálogo y que seguramente condujo al titular del Ejecutivo, Javier Milei, a su cortés respuesta.

Como auspicioso puede ser considerado el intercambio epistolar entre la Iglesia Católica y el presidente de la Nación con motivo de las festividades de fin de año. Sorprendió gratamente la respuesta de Javier Milei varios días después del envío de la carta por parte del titular de la Conferencia Episcopal Argentina, Marcelo Colombo.

El momento es destacable porque claramente el actual gobierno nacional y las autoridades de la Iglesia han mantenido hasta ahora una relación correcta, pero de algún modo distante. No faltó oportunidad para que en forma pública algún miembro de la Iglesia hiciese advertencias sobre la situación social del país. El tedeum del 25 de Mayo en la Catedral porteña fue, tal vez, uno de los ejemplos más nítidos.

Sin embargo, en este mensaje oficial por la finalización del año la Iglesia, sin dejar de advertir sobre la cuestión social y laboral, tiende un puente de acercamiento que puede favorecer el diálogo y que seguramente condujo al titular del Ejecutivo a su cortés respuesta.

Se caracteriza por una mirada religiosa interpretativa importante el escrito del Episcopado cuando señala que el suceso del nacimiento de Jesús en Belén “tiene un mensaje siempre actual y que nos anima a trabajar por una verdadera cultura del encuentro”, lo que para algunos observadores fue en alusión a la retórica a favor del individualismo, propio de los preceptos liberales.

Y expresan los líderes de la Iglesia el anhelo “de una paz social sólida, fundada en el cuidado de cada persona y especialmente de quienes atraviesan mayores fragilidades”. Tras esta puntual mención, el Episcopado expresó al Presidente su “disposición para contribuir, desde la misión que la Iglesia desarrolla en el ancho territorio de nuestra patria, a toda instancia que favorezca el bienestar integral de nuestro pueblo”.

En su esperada respuesta, el jefe del Ejecutivo Nacional dijo valorar “el llamado a la reflexión, a la paz social y al compromiso con el bien común”. Y fue valorable que aceptara ejercer “un diálogo respetuoso y fecundo con todas las instituciones (incluyendo a la Iglesia Católica), en el marco del Estado de Derecho”.

Como señalábamos, ambos mensajes llegan luego de un año en el que la relación entre el Gobierno y la Iglesia no fue la mejor, especialmente porque desde el catolicismo se cuestionaron varias veces decisiones oficiales en materia económica por su repercusión en el orden social.

Es importante que el vínculo entre partes se recomponga, como dice el presidente, siempre dentro de los límites institucionales vigentes. No ha habido un encuentro formal de las partes por segundo año consecutivo desde que, en 2024, el Ejecutivo no respondiera a un pedido de audiencia efectuado por el Episcopado.

Con un Estado que sostiene constitucionalmente el culto católico apostólico romano y un jefe del Poder Ejecutivo creyente, es valorable y a la vez necesario todo esfuerzo para que las relaciones se encaminen solidariamente.

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