6 de septiembre de 2025 - 21:50

Tras las elecciones bonaerenses, el Gobierno enfrentará nuevos desafíos económicos

Luego de las elecciones en Buenos Aires, el Gobierno deberá afrontar el reto de frenar la escalada inflacionaria, atender las demandas del sector financiero y mantener el ritmo de la actividad económica.

Las elecciones provinciales en Buenos Aires comenzaron a ser vistas por amplios sectores de la sociedad como una suerte de “PASO” anticipada rumbo a las legislativas de octubre. Con este panorama, buena parte del mercado quedó en modo espera, atento a los resultados de este domingo como una posible señal sobre el futuro del programa económico.

El Gobierno llegó a esta instancia luego de aplicar una serie de medidas correctivas que fueron presentadas como transitorias, y desde este lunes deberá enfrentar un escenario renovado, con el resultado electoral ya definido en el distrito más influyente del país.

Los días posteriores al “7S” estarán marcados por la reacción de los mercados frente al desempeño del oficialismo y, sobre todo, de la principal fuerza opositora. Este comportamiento podría anticipar parte del clima económico y político de cara a los comicios del 26 de octubre. En ese contexto, un dato clave que se conocerá esta semana será el índice de inflación correspondiente a agosto.

En las últimas jornadas, las estimaciones privadas mostraron cifras dispares —una rareza en la previa a la publicación de un dato tan sensible—. Consultoras como C&T, Analytica y Libertad y Progreso estimaron un nivel de inflación más bajo que el de julio (1,9%), lo que sugiere que, a pesar de la volatilidad financiera y la presión cambiaria de fines de abril, el ritmo de aumento de precios se habría mantenido estable o incluso desacelerado.

Sin embargo, otros relevamientos —como los de Equilibra, Orlando Ferreres y EcoGo— apuntaron a un IPC que superaría levemente el 2%, lo que implicaría una leve aceleración respecto del mes anterior.

De todos modos, un consenso inicial entre analistas es que el traslado a precios de la reciente suba del dólar fue más moderado de lo previsto.

En cuanto al control inflacionario, el Gobierno sostiene que ha cumplido con los “deberes”: la política monetaria fue ajustada al máximo, con el objetivo de reducir al mínimo la cantidad de pesos circulando y así frenar la presión sobre los precios. “No hay convalidación monetaria” a aumentos al consumidor, repiten en el equipo económico como consigna central. Sin embargo, este enfoque tiene consecuencias: una de ellas es el impacto negativo sobre la actividad económica.

La producción llegó debilitada a las elecciones legislativas bonaerenses, afectada por el endurecimiento monetario que elevó las tasas de interés y encareció el financiamiento para las empresas y, en menor medida, para los consumidores.

Desde el Ejecutivo aseguran que esta política de fuerte absorción de liquidez —basada en subas de encajes y tasas elevadas— es una medida temporal, que se mantendrá hasta que se estabilice el clima electoral. Sin embargo, aún no está claro cómo reaccionará el Gobierno si el resultado de las urnas no le es favorable.

En este escenario, la Fundación Mediterránea advirtió que, tras las elecciones, será fundamental recrear condiciones que permitan una entrada sostenida de capitales. Según el análisis de la entidad cordobesa, esto ayudaría a fortalecer las reservas del Banco Central y a complementar el ahorro interno, lo que permitiría aumentar la inversión.

La fundación también alertó sobre los efectos que dejó la llamada “crisis de las LEFI” (Letras Fiscales de Liquidez), y que siguen generando inquietud en el escenario poselectoral: “No sólo por el aumento del peso de la deuda doméstica en relación al PBI, sino también porque las herramientas fiscales y monetarias se han entremezclado, diluyendo las funciones específicas del Tesoro y del Banco Central”.

Finalmente, la Fundación Mediterránea subraya que para normalizar el sistema bancario será necesario reducir los encajes para devolver liquidez a la economía. Pero esa decisión deberá coordinarse con la compra de divisas por parte del Central, que también tiene efectos expansivos sobre la base monetaria.

Según su análisis, “lograr los dos objetivos a la vez habrá de requerir una espectacular remontada de la demanda de dinero”, lo que exigirá una política monetaria y cambiaria muy cuidadosa para evitar nuevas tensiones en el mercado financiero.

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