Javier Milei cumple 100 días en el Gobierno: celebra la macro economía, pero sufre la actividad en la calle

El presidente, Javier Milei, pondera que el durísimo ajuste que efectuó frenó una hiperinflación. La consecuencia: el consumo cae hasta un 25% y pone en jaque empresas y comercios.

El presidente Javier Milei se dirige a los legisladores en la sesión de apertura legislativa en Buenos Aires, Argentina, el viernes 1 de marzo de 2024. El mandatario rechazó el viernes 15 de marzo que el Senado desechara parcialmente su megareforma para desregular la economía y dijo que planteará batalla en el trámite ante la Cámara de Diputados. (AP Foto/Natacha Pisarenko)
El presidente Javier Milei se dirige a los legisladores en la sesión de apertura legislativa en Buenos Aires, Argentina, el viernes 1 de marzo de 2024. El mandatario rechazó el viernes 15 de marzo que el Senado desechara parcialmente su megareforma para desregular la economía y dijo que planteará batalla en el trámite ante la Cámara de Diputados. (AP Foto/Natacha Pisarenko)

Evitar una hiperinflación que hunda “al 90% de la población en la pobreza” fue el principal objetivo que planteó Javier Milei al asumir la presidencia el 10 de diciembre de 2023 y a la luz de los últimos resultados se estaría encaminando a lograrlo, a cambio de un costo altísimo en materia de actividad económica, con impacto en el empleo y en la calidad de vida de la población.

Para ello desde su primer día de mandato aplicó un durísimo ajuste, incluso muy superior al que en sus mejores sueños hubiese pretendido la cúpula del FMI, que temerosa de los resultados ya señaló en tres oportunidades que debe “ocuparse de los más vulnerables”.

La “motosierra” pasó por las cuentas públicas (poda del gasto político, suba de impuestos y recorte de subsidios) y junto a la “licuadora” (tasas de interés negativas, menor gasto real en jubilaciones y asistencia social) generaron las condiciones propicias para apagar la explosión inflacionaria que sucedió a la devaluación de mediados de diciembre.

Para el presidente todas estas medidas eran inevitables y a consecuencia de cómo recibió el país de la administración de Alberto Fernández.

De la mano de la modificación del tipo de cambio oficial que llevó el valor del dólar a $800, el costo de vida de diciembre se disparó a 25%, para luego descender a 20% en enero y 13% en febrero. Milei considera a este derrotero como un éxito, teniendo en cuenta el punto de partida. Ahora viene la parte más complicada, dado que según explican los economistas bajar la inflación de 10% a 2% es mucho más difícil que hacerlo de 30% a 10%.

En público el Gobierno sostiene que espera un dígito de inflación para junio, pero en la intimidad están convencidos que estará por debajo de 10% en abril.

La duda radica en cómo terminará marzo, un mes “pesado” por la estacionalidad dado el inicio de las clases. Los primeros datos en el rubro alimentos sugieren un salto en la primera semana del mes, que se habría estabilizado en la segunda.

El informe del INDEC sobre la inflación de febrero reveló que los precios regulados (los que fija el Gobierno) subieron 20% el mes pasado y los estacionales (frutas, carnes y verduras, por ejemplo) se movieron al 8%.

Por eso, para “asegurar los tantos” se evalúa postergar la suba de tarifas para el AMBA y se les reclamó a las empresas productoras de alimentos y a las cadenas de supermercados que “emprolijen” sus promociones por cantidades y las transformen en ofertas “por precios” para que el INDEC pueda captar la desaceleración.

Este proceso de desinflación se vincula a la evolución del dólar que tuvo varias etapas desde diciembre y por estos días se mantiene estable.

Tras alcanzar un pico de $ 1.250 a mediados de enero, el blue inició un franco descenso hasta ubicarse en la zona de $ 1.000, lo que forzó al Gobierno a bajar la tasa de interés (manteniéndola en terreno negativo frente a la inflación) para apuntalar la cotización.

Igual comportamiento mostraron las opciones bursátiles, forzadas por la liquidación del 20% de las exportaciones sobre el Contado con Liquidación (CCL). Al último cierre, estos dólares fluctúan entre los $ 1.020 y los $ 1.060.

Por su parte, el valor del dólar oficial mostró un último cierre de $ 851 y los analistas ponen especial atención sobre su evolución.

El Banco Central y las autoridades económicas afirman que mantendrán la tasa de devaluación mensual de 2%, pero hay quienes sostienen que debe acelerarse para evitar una apreciación desmedida. Los próximos pasos de la autoridad monetaria serán clave.

El panorama financiero de los primeros 100 días de gobierno de Milei se completa con el proceso de saneamiento del Banco Central, a partir de la transferencia de deuda (Leliqs/pases) al Tesoro Nacional, la normalización de la deuda con importadores (BOPREAL) y la recomposición de reservas (actualmente las netas son negativas en U$S 2.800 millones).

En tanto, para levantar el cepo cambiario que traba la economía, Milei negocia un nuevo crédito con el FMI e inversores privados en pos de conseguir U$S 15.000 millones.

Pero mientras la” macroeconomía” es festejada por los analistas, en la calle se siente el apretón monetario y la falta de dinero en los bolsillos.

El consumo muestra una caída superior al 25%, lo que pone en jaque a pymes y comercios.

La recesión en el sector productivo se observa en todos los sectores. En enero (último dato disponible) la producción industrial cayó 12,4%, mientras que la construcción se desplomó más de 20%.

El Gobierno considera que durante marzo y abril se tocará fondo y confía en que una vez que se estabilice la inflación y se liberen las dudas sobre la evolución del tipo de cambio habrá un fuerte rebrote económico en forma de “V”, lo que quiere decir que será una “salida muy rápida y fuerte”. Es con “V” de “veremos…

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