Hasta el momento, el 2025 es un año en crisis en varios aspectos. Sin embargo, desde el sector se aferran al último trimestre y ven formas para diversificar.
La situación de la vitivinicultura y del vino es similar a la de otros sectores de la economía y desde distintas áreas de la actividad buscan mantenerse con uñas y dientes en medio de la crisis. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), en lo que va del año hasta septiembre hubo una baja de 2,5% en los despachos del mercado interno.
En lo que a exportaciones se refiere, la medición llega hasta octubre en donde se registró una caída acumulada de 6,8%. Aquí el fraccionado bajó 5,1% mientras que el granel lo hizo un 12,2%. La industria atraviesa un momento complejo en medio de la noticia del pedido de quiebra de Norton, de una baja fuerte del enoturismo y de una cosecha en la que –tal vez más que otros años- se anticipa una fuerte pelea por el precio de la uva, hoy bastante deprimido.
Los números recabados por el Observatorio Vitivinícola Argentino (OVA) comparan hasta agosto de 2025 tanto las exportaciones como los despachos internos. Aunque la serie es larga, se observa que por litro las exportaciones de este año apenas superan en 500 litros a las de 2023; un año nefasto por la helada y el poquísimo vino. En el mismo lapso, los despachos en el mercado interno fueron menores en agosto de este año que en 2023.
En este marco, algunos empresarios del sector que prefirieron el anonimato admitieron las dificultades que se atraviesa en la actualidad. Entre otras causas hablan de la crisis de costos que complican los estados financieros de las empresas, lo que se combina con la caída del consumo dada la baja de turismo y la pérdida del poder adquisitivo. No obstante, también hay quienes expresaron que si bien se esperaba un 2025 de mejora continuada, tanto las bajas como las subas no han sido estrepitosas dentro del contexto general.
Fuente: Observatorio Vitivinícola Argentino
Sin ser ingenuos, el sector sabe que debe reinventarse. No se trata, sin embargo, de tirar por la borda lo hecho para “reconvertir” (vaya a saber adónde) ya que se aniquilaría el trabajo y la inversión de años. Daniel Rada, investigador del Observatorio Vitivinícola de la Coviar, expresó que en medio de un desplome generalizado del consumo, las bebidas siempre están entre las más castigadas por no ser bienes de primera necesidad.
Pese a todo, la industria del vino ha logrado mantenerse o no caer tanto como otras de sus competidoras debido a l precio. En este marco, el presidente de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (Acovi) Fabián Ruggeri destacó que si bien hay un cambio iinegable en los hábitos de consumo, lo cierto es que cuando el poder de compra o los precios “acompañan”, los argentinos siguen eligiendo al vino.
La dificultad para aumentar en función de los costos debido a lo alicaído del consumo es un punto de tensión que hoy atraviesan los viticultores y la mayoría de los empresarios en general. El tema costos ha golpeado fuerte el segmento a granel del sector exportador por la dificultad de competir con precios. “La compra o no de este producto se pelea por centavos y la diferencia de tres o cuatro centavos de dólar más o menos impactan en el resultado final”, contó Ruggeri.
Sin tener en cuenta la baja competitividad del dólar para exportar, el presidente de Acovi recordó que la actividad tiene otras limitantes. La primera es la logística que eleva entre 4 y 7 centavos de dólar el precio por litro. Otra es la impositiva –muy superior a la de los países competidores- y la tercera es la falta de acuerdos comerciales. “Aunque tengamos productos competitivos y de buena calidad, no podemos ingresar al mercado de graneles por un tema de precios”, advirtió Ruggeri.
La industria aguarda expectante la reunión que el lunes tendrán con representantes del Gobierno nacional para dilucidar los alcances concretos de las últimas desregulaciones oficializadas en la industria. Más allá de las posturas particulares sobre este tema y en medio de una crisis que abarca diversos aspectos, hay quienes ven oportunidades en el nuevo contexto. La primera tiene que ver con la fecha del año ya que en el último trimestre suelen incrementarse la compra de bebidas alcohólicas y de vino.
Pasa de uva y uva en fresco podrían ser oportunidades para los productores
Con relación a las exportaciones de vino, aparecen otras oportunidades concretas. Una es que la actual suba de aranceles de Estados Unidos a otros países lo que equipara un poco las barreras que paga Argentina. En esta línea, Europa ha tenido una disminución en lo que venderá a Norteamérica debido a algunos requerimientos específicos. “Esto podría ser una oportunidad para colocar nuestro producto, especialmente los graneles”, subrayó Ruggeri y agregó que sería ideal poder aprovecharla con al acompañamiento de la macroeconomía.
Otra opción que podrían tomar los bodegueros es diversificarse más hacia el mosto ya que este mercado viene en franco crecimiento tanto en volumen como en valor. En contraposición, el consumo del vino continúa estancado a nivel mundial y habrá que repensar algunas estrategias. Entre estas, Daniel Rada puso el ojo en el incremento de los vinos orgánicos como un segmento diferencial que tiende a “popularizarse” en Estados Unidos y el mundo en función de los nuevos hábitos de consumo.
Por último, ya no en formato de vino pero si como fruta, hay dos mercados interesantes para los productores que suelen ser los más afectados en la cadena productiva. Una es la pasa de uva que este año tuvo precio récord por una mala cosecha en Turquía, un gran consumidor y productor del producto. “Si bien no se sabe si este alto valor podrá repetirse, es cierto que la pasa crece en el mundo junto al mayor consumo de frutos secos como un alimento saludable”, enfatizó el presidente de Acovi.
Por otra parte y como un mercado que podría comenzar a desarrollarse está el de la uva en fresco. “Hoy Argentina no produce casi nada pero es un mercado muy bueno que llegó a exportar 70.000 toneladas (U$S100 millones) por año”, reflexión el director del Observatorio Vitivinícola.