Fabián había comprado un departamento a estrenar con el fin de invertir parte de sus ahorros. La semana pasada, a poco de que le entregaran el inmueble, recibió una oferta tentadora por parte de una compañía del sector de la minería: le ofrecían rentarle la propiedad a valor dólar y le comentaron que le habían hecho propuestas similares al resto de los propietarios.
Al tratarse de un edificio relativamente chico y a estrenar, buscaban quedarse con el alquiler de la mayoría de los departamentos para poder concentrar en un lugar a parte de sus empleados y colaboradores. La Declaración de Impacto Ambiental (DIA) aprobada por la Legislatura hace unas semanas para PSJ Cobre Mendocino abre una puerta concreta a la minería en Mendoza luego de varias décadas sin esta actividad.
Aunque en Malargüe podría existir otro polo para la exploración de cobre, esta zona todavía es incipiente dado que los proyectos en este distrito son recién de exploración. A esto se suman, no obstante, las nuevas minas que comenzarán en la vecina provincia de San Juan, un par de la mano del RIGI.
Este movimiento es novedoso para Mendoza y así como las empresas especializadas se preparan para trabajar para la minería, el sector inmobiliario podría ser un beneficiario impensado. En especial en un contexto en que la oferta de alquileres es alta con periodos de hasta tres meses para poder concretar el alquiler de una vivienda vacía.
En el rubro de inmuebles hay coincidencia en que el mercado de renta se verá beneficiado con la llegada de empleados, gerentes y trabajadores mineros. Si bien se espera que se genere trabajo local, también se sabe que llegarán talentos desde otros lugares que tendrán que reubicar sus domicilios.
Señales claras
La tendencia es incipiente, pero también lo es el desarrollo minero local y por eso llama la atención. Vale recordar que PSJ recién comenzaría la construcción de la mina en 2027 y el resto de los proyectos viene por detrás y de manera lenta por el estadio en que se encuentran. Estanislao Puelles, director de Puelles & Asociados, comentó que se ha comenzado a ver una demanda de inmuebles residenciales que no se veía.
Un libro para frenar la expansión de barrios privados
“A la vez es cierto que la oferta de alquileres en esta categoría es bastante alta”, aclaró el profesional. Su inmobiliaria ha recibido consultas de empresas de Bolivia que buscan lugares para profesionales e ingenieros. “Es algo incipiente, pero es probable que el movimiento vaya en aumento a medida que avancen los proyectos mineros”, estimó Puelles.
En la misma línea, Eduardo Rosta, corredor inmobiliario y al frente de Rosta Consultores, destacó que de a poco se ha comenzado a generar un movimiento nuevo en torno a la minería. “Habría que tomar más casos para evaluar la tendencia, pero de manera personal he visto situaciones específicas que antes no se daban”, relató Rosta.
Por un lado, se han comprado terrenos en la zona de Uspallata al tiempo que se han empezado a importar viviendas de China para armarlas cerca de esta zona. “Trabajo mucho con galpones y tengo tres clientes concretos que han comenzado a vender unidades habitacionales moduladas para llevarlas a Uspallata. Similar a lo que se ha hecho en Neuquén”, explicó Rosta.
Con relación a las propiedades en Alta Montaña, Andi Landa, corredor al frente de la Inmobliaria Aele, comentó que los alquileres de las zonas aledañas a Uspallata van a ir en alza. Situación que luego podría trasladarse a las zonas bajas o del Gran Mendoza. “Se trata de una tendencia muy incipiente que también afectará rápido a las oficinas ABC1”, sumó Landa. Aunque este segmento ha crecido fuerte en la provincia, desde el punto de vista de Landa si el sector avanza, también podría quedarse corta la oferta.
Eduardo Rosta comentó en este sentido que se ha comenzado a ver una demanda por parte de empresas de alquilar casas grandes. Las solicitudes se hacen en la zona de Luján, Chacras de Coria y Agrelo –muchas algo alejadas de los centros urbanos- porque la cercanía en este caso no es primordial para este tipo de alquileres.
Derrame sanjuanino
Lo sucedido en Neuquén con la explosión de Vaca Muerta es la referencia que mira el sector inmobiliario para anticipar el impacto del desarrollo de la minería. No solo por el crecimiento que podría darse más cerca de las explotaciones (Uspallata y Malargüe) sino por lo que puede suceder en el resto de las zonas.
Los referentes consultados creen que parte de la importante oferta de propiedades que hoy posee Mendoza será absorbida por familias de personal jerárquico o de otros países que se desempeñen en los proyectos de San Juan. “En la actualidad tengo muchos clientes que trabajan en Neuquén y como tienen regímenes de trabajo especiales, prefieren dejar a su familia en Mendoza para luego ir y venir”, relató Puelles.
Esta idea de estar un par de semanas en los pozos petroleros de Neuquén, pero concentrar la vida social en nuestra provincia, podría replicarse de la mano del impulso minero en San Juan en el sector inmobiliario mendocino porque es probable que la provincia vecina no alcance a absorber el abrupto crecimiento de la demanda. Por otra parte, el buen posicionamiento que Mendoza tiene con relación a la salud y a la educación son factores que inciden en la elección de la provincia por parte de personas que llegan desde afuera.