De mochilas y chocolates a taladros y telas: los productos importados que empezarán a escasear en Mendoza

La Secretaría de Comercio Interior sumó “licencias no automáticas” a bienes terminados que van desde manufacturas de hierro hasta artículos de uso cotidiano como bolsas, papel o cartón.

Chocolates importados, entre los productos para los que no habrá licencias automáticas para importar
Chocolates importados, entre los productos para los que no habrá licencias automáticas para importar

La secretaría de Comercio sumó nuevas a la importación de bienes terminados y la Aduana creó un “radar” para hacer un seguimiento a los importadores. La necesidad del Ejecutivo de “cuidar los dólares” ya choca con los comerciantes de la provincia, desde aquellos que venden juguetes, hasta quienes requieren de insumos básicos como pinturas o productos textiles.

En concreto, la cartera que dirige el economista Matías Tombolini publicó en el Boletín Oficial la resolución 26, por la que cientos de licencias automáticas dejaron de serlo. Esto implica que los importadores, por ejemplo, de chocolates o pañales, ahora deberán contar con el visto bueno del Banco Central (BCRA) para poder hacer los pagos en dólares de la mercadería.

“Hay productos en las góndolas que no vamos a ver más”, destacó al respecto Rubén David, uno de los propietarios del mayorista Oscar David, y agregó que desde hace tiempo las empresas se vienen limitando a traer los productos que les dan mayor rentabilidad o que son indispensables para la producción local. “Las empresas sabían que las restricciones iban a ser mayores. El Gobierno necesita dólares en el banco y la única manera de conseguirlos es exportando más e importando menos”, completó el empresario.

Por su parte, Adolfo Trípodi, propietario de una tradicional casa de telas en la Alameda, comentó: “No es que no se pueda importar, sino que ahora resulta más complejo. El acceso al Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI) está muy restringido, pero existe”. El empresario señaló que la situación se complica mucho más para quienes trabajan lejos de Buenos Aires, en donde la capacidad importadora es mayor.

“En el interior, lejos de todo, hay que operar con los grandes importadores de Buenos Aires, que son quienes están logrando recibir la mercadería”, comentó. “Por ahora no nos falta nada, pero dependo de esos intermediarios”, completó Trípodi.

Los “tejidos de seda; hilados de lana; hilo de coser y algodón” y artículos asociados al rubro como “cierres relámpagos”, están entre los artículos con posiciones arancelarias que pasaron a depender de licencias no automáticas. “No hay sustitución nacional, porque la industria textil argentina es productora de materia prima que se hace con algodón, pero para el poliéster, los derivados y el nylon, y todo el hilado de poliéster, se importa”, cerró el empresario textil.

Tela y de productos sueltos. Foto:Gustavo Rogé / Los Andes
Tela y de productos sueltos. Foto:Gustavo Rogé / Los Andes

En el anexo de la resolución aparecen muchos productos que podrían llegar a escasear si se retrasan las autorizaciones para entrar al país, debido a esta complejización en las licencias: entre ellos aparecen la carne porcina y varios congelados, chocolates y preparaciones alimenticias varias.

También figuran calzados; aparatos de relojería, bolsos, mochilas, carteras; papel y cartón; además de juguetes (entre ellos “para construcción, de plástico” y rompecabezas); algo que, según precisó Gustavo Fernández, titular de la Cámara de Juguetería y Librería de Mendoza, agrava la situación que ya lleva al menos dos años pero que había quedado solapada por la pandemia.

“No se fabrican todos los productos que vendemos, y cuando ponen restricciones a la materia prima o a un producto terminado, resulta muy problemático. Eso, sumado a los aumentos que estamos recibiendo semana a semana, de entre el 8% y el 15% (en la última semana), y los que ya se anunciaron para el próximo mes. Estamos con problemas de entrega y los precios estipulados para más adelante no se pueden discutir”, sumó el empresario.

Insumos de librería

De acuerdo con Fernández, productos como cuadernos, blocks de hojas, y demás, son nacionales, son pesados y serían muy caros de importar, pero las mochilas, por el contrario, se traen casi de manera exclusiva desde el exterior.

“El problema que tuvimos este año con las mochilas fue que teníamos stock durante la pandemia, y se terminaron de vender en 2021; luego se volvió muy complicado conseguir. No se puede prever un escenario más allá de los 30 días con estos constantes cambios”, comentó Fernández.

“Lo mismo sucede con los resaltadores. Existe una fábrica en la Argentina, pero las tintas son importadas. Son productos que no forman parte de la canasta básica y muchas veces no se nota cuando aumentan o escasean, pero deberían estar, porque influyen en la economía de las familias”, cerró el titular de la cámara.

Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes
Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes

A la lista de los artículos sin licencias automáticas se suman las manufacturas de fundición y hierro; radiadores; tubos flexibles de metal común; motores para la propulsión de barcos; turbinas y ruedas hidráulicas; taladros; aparatos de grabación o reproducción de sonido; vehículos automotores; remolques; cámaras y proyectores cinematográficos; aparatos y material para revelado automático de película fotográfica, película cinematográfica (filme) o papel fotográfico en rollo o para impresión automática de películas reveladas en rollos de papel fotográfico; instrumentos para óptica; pelotas de tenis; guitarras, arpas y violines, entre otros.

Para exportar hay que importar

De acuerdo con la Secretaría de Comercio, todos los anteriores fueron identificados como “una serie de bienes respecto a los cuales, en función de la actual coyuntura económica, resulta indispensable evaluar sus respectivos flujos comerciales (…) que no representan necesidad ni urgencia para su ingreso al país”.

“Que sin resultar taxativa su enumeración, resulta pertinente señalar que elementos como hidrolavadoras, palos de golf, skies y patines de hielo, son algunas de las licencias que ameritan el cambio propiciado en la presente resolución”, se agrega en la Resolución 26/2022.

Sin embargo, Mario Bustos Carra, gerente general de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo, destacó la “discrecionalidad” con que los funcionarios de dicha repartición estatal determinaron qué resulta indispensable para los actores de la economía y qué no.

“Necesitamos importar y no creo que ningún funcionario cuente con el conocimiento suficiente para saber qué resulta imprescindible para cada actividad”, comentó.

Para poner un ejemplo, Bustos Carra, señaló que la falta de papel termina por afectar a las etiquetas, y los productores de alimentos ya se encuentran desde hace tiempo inmersos en la crisis del vidrio (faltan botellas y frascos), por lo que la situación no hace más que complicarse para quienes “quieren trabajar”. “El esfuerzo siempre recae en el sector privado, nunca en el sector público, y en un país que tiene estos niveles de pobreza, resulta inadmisible seguir restringiendo el crecimiento económico”, agregó.

Asimismo, señaló que el sistema tiene deficiencias en su diseño porque aunque busca “cuidar los dólares” que ingresaron de la mano de mayores exportaciones de soja (“se reconoció un tipo de cambio mayor en ese caso, de forma implícita se reconoció que el dólar está barato”), “si un importador tiene dólares, tampoco puede utilizarlos para importar sin enfrentarse a una gran cantidad de trámites burocráticos”.

“No se alientan las exportaciones de esta manera, los famosos cepos son parches, pero terminan siendo contraproducentes. Los países compran a quien también le pueden vender, el intercambio comercial es fundamental”, cerró Bustos Carra.

La falta de botellas de vidrio le pone tope al crecimiento del vino
La falta de botellas de vidrio le pone tope al crecimiento del vino

Un “radar” para cuidar las reservas

Al celebrar los resultados del “dólar soja” (el agro aportó u$s8.123 millones), el ministro de Economía, Sergio Masa, adelantó, el pasado 30 de septiembre, que se pondrán en marcha una serie de medidas tendientes a reforzar los controles sobre las importaciones para cuidar las reservas del Banco Central.

“Vamos a anunciar medidas para incrementar el volumen exportador pero además para controlar a aquellos que, haciendo trampa al Estado, pretenden vulnerar la capacidad de cuidado y de acumulación de reservas de la Argentina. Ahora empieza el tiempo de cuidar los dólares que conseguimos por el esfuerzo del Estado y del sector agroindustrial argentino”, remarcó.

En concreto, Massa dijo que el nuevo esquema permitirá que los importadores sepan, al momento de conseguir la aprobación de su SIMI (Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones de la AFIP), cuándo el Banco Central liberará los dólares que necesitan para cubrir sus compras en el exterior; y el nuevo sistema, además, tendrá la misión de evitar cautelares que usan los importadores para sortear estas regulaciones.

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