Celulosa Argentina, una de las principales papeleras del país, fue vendida por apenas un dólar, en un intento por evitar la quiebra y encarar una renegociación judicial de su deuda, que asciende a US$ 128 millones.
A 20 días de haber presentado concurso de acreedores y con deudas por USD 128 millones, la histórica papelera cambia de manos.
Celulosa Argentina, una de las principales papeleras del país, fue vendida por apenas un dólar, en un intento por evitar la quiebra y encarar una renegociación judicial de su deuda, que asciende a US$ 128 millones.
El nuevo dueño mayoritario es Esteban Antonio Nofal, titular de CIMA Investments S.A. e hijo de Luis Benjamín Nofal, cofundador junto a Carlos Ávila de Torneos y Competencias.
Según lo informado a la Comisión Nacional de Valores (CNV), Nofal adquirió el 45,5% del capital social de la firma (452,6 millones de acciones clase B), lo que lo obliga a lanzar una oferta pública de adquisición (OPA) para los accionistas minoritarios.
El traspaso implica el fin del control del fondo Tapebicuá Investment Company, conformado por José Urtubey, Douglas Albrecht y Juan Collado.
En un comunicado oficial, aseguraron que la operación “marca el comienzo de una nueva etapa de fortalecimiento y proyección” y que el compromiso del nuevo accionista es “impulsar la recuperación de la Sociedad, sostener y generar empleo, asegurando la sostenibilidad de una organización que es parte esencial del patrimonio productivo argentino”.
El CEO de la compañía, Hernán Bagliero, sostuvo que “Celulosa es un emblema de la industria nacional” y confió que “mantendrá su liderazgo y se proyectará hacia un futuro de crecimiento”.
Como parte de su plan de refinanciación, la papelera había contratado en abril a la banca de inversión VALO Columbus, con el fin de negociar la venta del paquete accionario o la entrada de un socio capitalista.
El flamante controlador de Celulosa Argentina tiene trayectoria en el mundo financiero y empresarial. Integra el directorio de Torneos y fue socio de Alejandro Burzaco quien está imputado por los delitos de evasión tributaria, asociación ilícita fiscal y encubrimiento de activos procedentes de actividades ilícitas por el 'FIFA Gate'.
Además, participa en firmas como CIMA Sociedad Gerente de Fondos Comunes de Inversión, CIMA Agente Productor y Emprendimientos Tupungato S.A.
En 2021 adquirió la constructora SES, ligada a la obra pública y a Nicolás Caputo. Y a fines de 2024, CIMA dio un golpe fuerte en el mercado al quedarse con US$ 447,1 millones de deuda del concurso de Vicentin, comprando acreencias de siete bancos internacionales.
Desde julio, Celulosa mantiene paradas sus plantas de Capitán Bermúdez (Santa Fe) y Zárate (Buenos Aires), operando solo con tareas mínimas de mantenimiento. La firma reconoció un "deterioro del capital de trabajo", caída en las ventas y la imposibilidad de trasladar el aumento de costos a los precios.
En sus últimos balances, la empresa registró una pérdida semestral de $172.634 millones, en contraste con la ganancia de $37.831 millones del mismo período del año anterior.
La situación derivó en pedidos de quiebra de sus principales acreedores, como el de la empresa Tecmaco Integral, que reclamó una deuda de $17 millones por cheques rechazados.