En la industria del vino hay temor a un efecto contagio. Al menos una de las grandes bodegas —y se rumorea que hay más— está con serios problemas para cumplir en tiempo con su cadena de pagos.
Con el consumo de vino en baja, al menos una bodega admite tensiones en su cadena de pagos y el sector teme un efecto contagio.
En la industria del vino hay temor a un efecto contagio. Al menos una de las grandes bodegas —y se rumorea que hay más— está con serios problemas para cumplir en tiempo con su cadena de pagos.
El caso más emblemático es el de Bodega Norton, que “llevaría meses complicada”, según admiten en el rubro. Datos de la Central de Deudores del Banco Central muestran 29 cheques rechazados sin fondos por $269.366.214,33. Desde la compañía explicaron que “el escenario actual de consumo de vino retraído a nivel mundial conforma un panorama desafiante para toda la industria vitivinícola argentina”.
En la firma señalaron, además, que “se está trabajando fuertemente en la implementación de un plan de ordenamiento integral” porque “Bodega Norton se enfrenta hace un tiempo a un frente financiero complejo”. La empresa agregó que “la nueva administración está enfocada, junto con el accionista mayoritario, en optimizar la gestión de la Bodega en línea con una visión de negocio a largo plazo”.
Aun en este marco, la casa vitivinícola reiteró su compromiso: “Reiteramos nuestro sólido compromiso con la calidad de nuestros vinos y, fundamentalmente, con nuestros consumidores, clientes, colaboradores y toda la cadena de valor que nos acompaña”.
La coyuntura para el negocio es muy compleja. Con una economía en retracción, costos en alza y consumo debilitado, el panorama es delicado y crujen todos los eslabones de la cadena.
Cabe recordar que, según los últimos datos de comercialización acumulada del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), entre enero y agosto de 2025 se observa una caída general del 3,5% en el volumen total de vinos despachados en comparación con igual período de 2024. El desempeño fue dispar por tipo: mientras el vino tinto registró una leve mejora del 0,2%, el blanco mostró una fuerte contracción del 13,1%, lo que explica gran parte del retroceso global.
En el acumulado enero-septiembre de las exportaciones, los envíos totales al exterior disminuyeron 6,3%. Desagregado: el fraccionado cayó 5,2%, mientras que el granel bajó 9,6%. En tanto, el mosto es el único que aún exhibe un saldo positivo de 5,5%.