Oscar “Chino” Zavala es una de las voces más emblemáticas del deporte mendocino. Con la verdad, el respeto y la bondad como banderas, se ganó el cariño de protagonistas, colegas y del público. Producto de esa fuerte ligazón a lo que pasa en nuestras tierras, sigue sumando reconocimientos.
Este fin de semana, en una velada boxística que se desarrolló en el Vicente Polimeni, el periodista recibió un reconocimiento por parte de la Municipalidad de Las Heras, que considera su hogar: “Yo soy hombre de Las Heras”, aseguró, para luego agregar: “Viví ahí hasta los 40 años, que fue cuando formé pareja. Siempre en el mismo barrio, y obviamente la gente me conoce. Es difícil ser autorreferencial, pero son mimos para el alma, y más ahí en el Vicente Polimeni, donde Las Heras es cuna de campeones, con el Pablito Chacón y con Ricardo Bracamonte, que fue el entrenador de tres”.
El destino quiso que el homenaje a la trayectoria se diera en el mismo lugar donde Zavala se enamoró del fútbol, cuando todavía era chico y no imaginaba su amplia carrera en los medios de comunicación. “Apenas a unos metros del Polimeni, donde ahora pasa el Metrotranvía, estaba la cancha de Los Tamarindos de la Liga Lasherina, camiseta tricolor como la de Chacarita, que fue cuando yo empecé a ver fútbol”, rememoró.
El secreto para ser querido:
Reconocimiento Oscar Chino Zavala
El Chino Zavala , un hombre muy querido del deporte mendocino
Desde que colgó el traje, con el que despertó a varias generaciones de mendocinos a través de la pantalla, el Chino comenzó a cosechar todo lo bueno que sembró. Puede decirse que los aplausos por su pasado se mezclan con su continuidad en el rubro, donde despunta el vicio de informar. “Soy un agradecido de la vida. Son innumerables los reconocimientos. Los disfruto y me emociono, porque hay gente que te premia por la trayectoria, y bueno, me queda agradecer. Nosotros, los tipos que somos grandes, andamos con las defensas bajas en lo emotivo, como me pasó con la biblioteca del Atlético San Martín, que me pidieron descubrir la placa y yo no sabía que era con mi nombre”, pensó.
Oscar es una persona que siempre mantuvo la humildad. Por eso mismo, todavía se muestra incrédulo por el cariño que despierta en sus compañeros de actividad. “Me da por pensar que algo bien tengo que haber hecho, porque yo veía las caritas de mis colegas y estaban contentos. En este tiempo de tanta crispación y competencia se sintieron felices con un premio para mí. He logrado pasar ese muro y no hay grietas, ni siquiera comerciales. Ya no pertenezco al canal o a la radio, soy el Chino Zavala, el amigo. Eso me da mucha alegría”, confesó.
Atravesar tantos años en medios de alta exposición sin haberse ganado enemigos es una de las tantas virtudes de Zavala, que contó su secreto para lograrlo: “La verdad te lleva más lejos de lo que puedas imaginar. Ese es el límite: nunca mentir, ir con la verdad, guste o no”.
La época dorada del fútbol de Mendoza:
Oscar Zavala
Oscar Zavala y el Diario Los Andes.
El Chino no quiere vivir solamente de recuerdos y entiende que la nostalgia no es siempre el camino. “Yo tengo una frase de cabecera: no digo que todo tiempo pasado fue mejor. En algunas cosas sí y en otras no. Si volviera al pasado, sería hermoso tener a mis viejos vivos, pero no tendría a mis hijos”, reflexionó. De todas formas, en el fútbol es innegable que la época dorada fueron los Nacionales. “El fútbol de Mendoza estaba en el más alto concepto, superando al de Córdoba o Tucumán. Éramos la única provincia que había estado en todos los Nacionales. Es cierto que era más corto, 3 o 4 meses, pero San Martín, Gimnasia, Independiente hicieron grandes campañas”, aportó.
Sobre ese tema, para muestra sobra un botón, o en este caso una anécdota: “Una vez se hizo en Mendoza un congreso de técnicos, y yo estaba sentado en una mesa con el Turco Julio, y eso no me lo contó nadie porque yo lo viví: venían tipos como Passarella o Menotti a saludar al Turco y le decían: ‘¡Cómo nos costaba ganarle a tus equipos!’. Y era cierto, eso está en la historia, en la estadística. Fue una época brillante”, recordó.
Amigo de los más grandes del deporte:
Las amistades definen a las personas. En ese sentido, Oscar Zavala entra en la categoría de los próceres, aquellos con los que forjó una relación cercana. “Qué te puedo decir: ¿no estoy por bien pagado?, haber sido amigo de los tres íconos del deporte mendocino: Locche, Contreras y Legrotaglie… No me cuelgo la medalla, porque no hice nada yo para serlo, pero es la verdad”.
Víctor Legrotaglie: “Con el Víctor fui más amigo porque lo conozco de más chico. Mi viejo y su papá eran compañeros de trabajo”.
Nicolino Locche: “Debo agradecer a sus hijos, porque Nicolino estaba internado y me dejaron cuidarlo. Fue una cosa muy linda, él es mi ídolo. Fue tremendo estar con él. Estábamos en la sala, y me dice: ‘Zavalita, ¿tendría un puchito?’. Digo: no, Nicolino, acá no se puede fumar. Y me responde: ‘No, yo he descubierto que si tiro el humo por el extractor nadie se da cuenta’”.
Ernesto Contreras: “Una vez la Municipalidad de Godoy Cruz nos premió juntos (nada que ver uno con otro, me da cierta vergüenza decir que estuve al lado del Cóndor de América). Entonces yo estoy ahí con tres o cuatro personas conversando en una pequeña rueda, y viene Ernesto, que ya tenía ochenta años, y dice: ‘El Chino Zavala, pensar que yo lo escuchaba en la radio cuando era chiquito’ (risas). Un espíritu tremendo”.
Atlético Club San Martín: “En los 70 escribí una nota en la revista Goles. Estaba indignadísimo por lo que yo consideraba una injusticia por San Martín. Por eso, don Esteban Costantini me permitió viajar en el micro con los jugadores, y ahí me hice amigo hasta el día de hoy de todo el equipo. Han pasado tantos años y nos seguimos juntando”.