Independiente Rivadavia se mantiene con vida en la Copa Argentina, el certamen que cuenta con más lugar para los batacazos. Se vendrá un grande del país, pero el Azul tiene motivos que lo llevan a ilusionarse con dar la sorpresa.
Dos partidos separan a Independiente Rivadavia de lograr un hecho histórico para el fútbol de todo Cuyo. La Copa Argentina es la gran chance para el Azul.
Independiente Rivadavia se mantiene con vida en la Copa Argentina, el certamen que cuenta con más lugar para los batacazos. Se vendrá un grande del país, pero el Azul tiene motivos que lo llevan a ilusionarse con dar la sorpresa.
La Lepra se permite soñar por lo realizado durante la competencia. Al contrario que en la Liga Profesional, donde tiene ciertos altibajos, dio la talla en cada presentación y logró reponerse de momentos complicados.
Atravesó el debut sin demasiadas luces, pero con un triunfo fundamental ante Estudiantes de Caseros por 1 a 0. Había que ganarlo, y lo hizo con el solitario gol de Alejo Osella. No es detalle menor.
Ante Platense, flamante campeón del fútbol local, Independiente descubrió la principal virtud con la que contó en este torneo. La capacidad para recibir golpes, absorberlos y devolverlos más fuerte. Estuvo dos veces arriba en el marcador, y en ambas ocasiones se lo empataron. Hasta en la tanda de penales comenzó con el pie izquierdo, con ese errado por Studer. Sin embargo, nada lo corrió del eje y lo terminó ganando con Centurión como figura.
Eso mismo pasó con Central Córdoba de Rosario. Era un partido peligroso, porque el Azul tenía más para perder que para ganar ante un contrincante sin presión. Para colmo, empezó abajo en el marcador. Pero ahí sacó a relucir esa virtud. Sin desesperarse lo igualó en el cierre de la primera mitad, y luego de batallar durante todo el complemento logró convertir en el epílogo, quedándose con la victoria a través del tanto de Mauricio Cardillo. Asimiló el mal comienzo, y lo resignificó.
Luego llegó Tigre, que le había asestado un golpe duro en el torneo local al arrebatarle una victoria merecida sobre el final, sacándolo de los puestos de clasificación a la Copa Sudamericana. En el duelo mano a mano Independiente fue inteligente, y después de remarla en un trámite cerrado y parejo, sacó ventajas para quedarse con el boleto a la próxima instancia.
Otro de los aspectos que invitan a soñar con el batacazo nace de la esencia misma del torneo que disputa. “En la Copa Argentina puede pasar cualquiera” dice la publicidad. Y es muy cierto. Hace cuatro años que uno de los denominados grandes no levanta el trofeo (Boca en el 2021). En ese lapso festejaron Patronato de Paraná, Estudiantes de La Plata y Central Córdoba de Santiago del Estero. ¿Por qué no soñar con un campeón mendocino?
Inclusive, los que quedaron en la puerta también han sido los no denominados grandes. En los últimos diez años, arribaron a la definición Atlético Tucumán, Gimnasia de La Plata, Central Córdoba de Santiago, Talleres, y Defensa y Justicia. ¿Por qué no podría hacerlo la Lepra?
Vendrá River Plate o Racing. Cualquiera de los dos será un peleador con capacidad para pegar fuerte. Pero, como ya sabemos, Independiente Rivadavia sabe de recibir golpes, absorberlos y responder más fuerte.