Cumplió 75 años la escuela técnica Santa María de Oro

“La Chipiquera” es un colegio referente por su trayectoria y uno de los más antiguos de la Zona Este. De allí egresan mecánicos, electricistas y constructores.

La Técnica 4-119 Santa María de Oro cumple 75 años y en sus aulas, todos coinciden en que el capital más importante de esa escuela es su trayectoria, apuntala no solo en sus resultados académicos reconocidos a nivel nacional, sino también en la fluida relación que mantiene con la sociedad de Rivadavia, a la que todos los años le entrega una nueva camada de egresados.

"Esta escuela se ha ganado la condición de ser referente, y no solo en la zona Este sino en toda la provincia", dice Roxana De Simone, directora de la Técnica Santa María de Oro, cuyos edificios se levantan en un enorme predio rural de casi cuatro hectáreas, que es atravesado por una decena de caminos y senderos internos, que comunican a las aulas y los talleres.

La escuela está sobre la calle Almirante Brown, en las afueras de Rivadavia y camino a Santa María de Oro. Aunque el extenso paredón de ladrillos de su fachada es desde hace décadas, una postal tradicional en esa parte de la ruta, la verdad es que la Técnica no nació allí.

Originalmente, la escuela fue fundada sobre la misma calle Almirante Brown pero hacia el oeste, en la esquina con Urquiza y en el acta de su fundación del 1° de agosto de 1940 dice que abrió sus puertas "para la formación de técnicos en mecánica agrícola e industrias de granja" .

Comenzó con 50 alumnos, todos pupilos e incluso, algunos de ellos venidos desde provincias vecinas: "Por razones que tenían que ver con los trabajos en los viveros, los trasplantes y las siembras, las clases iban de agosto a marzo". Dicen que de esa época de escuela agraria es que a la Técnica Santa María de Oro le quedó el nombre de "La Chipiquera", con el que incluso hoy los alumnos se identifican.

En marzo de 1948, la escuela se mudó al terreno propio que desde entonces tiene sobre calle Almirante Brown, a ambos costados del camino.

"La escuela dejó de ser agraria y cambió sus títulos por los de técnico mecánico y técnico electricista", cuenta la directora y algún docente completa el listado de especializaciones que ofrece: "En 1983 incorporó la carrera de Maestro Mayor de Obras que tuvo su primera promoción en el año 89".

A las pocas aulas iniciales se fueron sumando nuevos edificios y galpones según la necesidad y la creciente matrícula de estudiantes; muchos de esos espacios han sido construidos por los propios alumnos, que levantaron paredes como parte de sus trabajos prácticos.

Hoy, la Técnica Santa María de Oro tiene 510 alumnos y es una costumbre para la escuela participar todos los años en diversos eventos académicos con importantes logros: "El año pasado ganamos las olimpiadas en construcción y competimos en Misiones; también estuvimos en Carlos Paz donde nos quedamos con un premio por innovación en la construcción", dice la directora.

"Ese rendimiento académico se traduce también en la relación que la escuela tiene con la sociedad: hemos colaborado con la comuna, con el hospital, con muchas empresas y también con otras escuelas, a través de proyectos que tienen que ver con los proyectos que los alumnos desarrollan en los talleres", agrega De Simone.

Robos
Julio Mercado es maestro en los talleres y explica que es fundamental para conseguir buenos técnicos, "que los alumnos aprendan desde el primer día cuál es el uso correcto de las herramientas, la postura adecuada frente al trabajo y las normas de seguridad. Eso es lo que nos permite entregar en cada promoción técnicos de muy buen nivel".

El talón de Aquiles de la Técnica Santa María de Oro es la seguridad, que se ve jaqueada por la presencia de una villa inestable más allá de los fondos del terreno y que tiene a mal traer a alumnos y docentes.

"Todos los años entran de noche y nos roban los talleres, se llevan lo que pueden y no hay manera de pararlos por más cámaras, alarmas o rejas que pongamos", cuenta un docente; también los  alumnos sufren la inseguridad y algunos han sido asaltados camino a la escuela.

"El problema es la villa y algunos delincuentes que se ocultan en ella", resume otro maestro; desde hace algún tiempo y gracias a un acuerdo con la comisaría 13, hay un policía permanente en el interior del predio de la escuela y otro más en las afueras, pero son medidas que no alcanzan. "Lamentablemente hemos tenido que acostumbrarnos a esto".

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