Mañana, domingo 28 de septiembre, la Cava de Arte de la Bodega Santa Julia inaugura una nueva propuesta en su ciclo de artes visuales. Bajo el título Intersticios entre piel y plástico, la exposición reúne la obra de dos artistas mendocinos de distintas generaciones: las esculturas textiles de Octavio Joaquín y los dibujos de Juan Castillo. La muestra podrá visitarse hasta el 28 de noviembre, con entrada libre y gratuita, todos los días de la semana en el horario de 9 a 17.
La iniciativa toma como punto de partida la idea de “intersticio”, entendida tanto como un espacio físico de encuentro y separación como un territorio simbólico de diálogo entre dos universos creativos. Esa noción no solo define la relación entre ambos artistas —sus recorridos, sus vínculos y sus influencias— sino que también estructura el diseño expositivo, que busca generar zonas de interacción y contraste a través de recorridos, permanencias y vacíos dentro de la sala.
Esculturas con fibras recicladas
En el caso de Octavio Joaquín, la propuesta se organiza alrededor de la serie Lo que mata embellece. Allí, el artista trabaja con fibras plásticas recicladas a partir de un procedimiento textil de nudos y tramas. El uso de materiales de desecho constituye el núcleo de su poética: la reutilización y resignificación de esos elementos no solo se traduce en piezas de gran fuerza visual, sino que además abre un espacio de reflexión sobre la conciencia ecológica y el lugar del ser humano como cohabitante del planeta.
Octavio Joaquín
Una de las obras de Octavio Joaquín.
Joaquín ha desarrollado desde hace más de cuatro décadas una producción constante, con exhibiciones en Argentina y el exterior, y con obras que integran colecciones como las del Museo de Arte Moderno de Mendoza y el Museo Fader. Su trayectoria incluye, además, un extenso trabajo en el campo de la arteterapia, con experiencia en instituciones de salud y educación de Mendoza, lo que ha ampliado el alcance social de su práctica artística.
Dibujos entre lo figurativo y lo digital
La otra parte de la muestra corresponde a Juan Castillo, cuya producción se despliega en diferentes registros gráficos. En Intersticios entre piel y plástico presenta, por un lado, los dibujos figurativos en tinta sobre papel de las series Híbridos y Bestiario, donde aparecen criaturas simbólicas y combinadas; por otro, los dibujos digitales de la serie La imagen devorada, que exploran abstracciones y posibles materializaciones a partir de restos animales que se vuelven etéreos.
Juan Castillo
Uno de los dibujos de Juan Castillo.
Castillo, licenciado en Artes Plásticas por la Universidad Nacional de Cuyo, ha expuesto desde 2003 en espacios de Argentina y el exterior, con trabajos que integran colecciones de museos de Mendoza, Uruguay, Alemania, España, México y Nueva Zelanda, entre otros. Su poética cruza lo surrealista y lo animalista con el interés por lo popular y el oficio, y desde 2017 integra el colectivo Hada Rosa junto a Ayelén Villalba.
El espacio como articulador
La muestra en la Cava de Arte propone un montaje donde las obras dialogan en un equilibrio de cercanías y distancias. Los intersticios se vuelven, así, zonas de lectura y contemplación que permiten a los visitantes transitar entre la contundencia de las esculturas plásticas y la sutileza de los trazos en papel y digital.
El diseño expositivo enfatiza esas tensiones: las circulaciones y los vacíos generan pequeñas áreas de encuentro entre ambos lenguajes, mientras que las permanencias permiten reconocer la singularidad de cada artista. El resultado es un entramado que ofrece múltiples capas de interpretación.
Una invitación abierta
Con esta propuesta, la Cava de Arte continúa con su ciclo de arte contemporáneo en Mendoza. Intersticios entre piel y plástico se podrá visitar hasta el 28 de noviembre en Ruta 33 km 7,5, Maipú, todos los días de 9 a 17 horas.