6 de junio de 2025 - 11:24

"Buscan domesticar al periodismo": la dura advertencia de Jorge Fernández Díaz y Leila Guerriero, premiados con la Pluma de Honor

Fue en el marco de un emotivo acto realizado en la Academia Nacional de Periodismo. Los reconocidos periodistas y escritores alertaron sobre los peligros de la profesión, entre los embates del gobierno actual, los bajos sueldos y la inteligencia artificial. Jorge Lanata fue objeto de un reconocimiento póstumo.

En una emotiva ceremonia en la repleta sala de la Biblioteca Nacional, la Academia Nacional de Periodismo conmemoró el Día del Periodista, destacando la pasión y el compromiso con la verdad. Leila Guerriero y Jorge Fernández Díaz fueron distinguidos con la Pluma de Honor, un reconocimiento a sus trayectorias dedicadas a la palabra libre y la defensa de la democracia. En el mismo evento, Bárbara y Lola Lanata, hijas de Jorge Lanata, recibieron con visible emoción el diploma que lo nombra Académico Honorario.

En un contexto crítico para el periodismo, Jorge Fernández Díaz, galardonado con la Pluma de Honor 2025, pronunció un discurso que combinó gratitud y advertencia. Agradeció a Joaquín Morales Solá, presidente de la Academia, a La Nación y a Radio Mitre, a los que llamó sus “hogares profesionales”, y a sus colegas, “esa familia elegida que forma el alma misma del oficio”. Sin embargo, su mensaje se tornó una firme defensa del periodismo: “El periodismo está en la mira del poder. Una vez más. Solo que hoy es acosado por ingenieros del odio que usan las redes y los servicios, y pronto usarán la inteligencia artificial para desacreditar a los periodistas”.

"Nos atacan porque somos peligrosos"

Fernández Díaz subrayó el rol del periodismo como resistencia: “Nos atacan porque somos peligrosos. Porque podemos rasgar el velo del engaño. Si no dijéramos cosas incómodas, la democracia no sería posible. Solo existirían el monólogo, la hegemonía y la autocensura”. Elogió a la “infantería del periodismo”, que, pese a los bajos salarios y la necesidad de pluriempleo, recorre el territorio y aporta información valiosa “desde las entrañas mismas del palacio inexpugnable”.

Denunció, además, los intentos de “domesticar al periodismo, marcando periodistas como enemigos del pueblo”, una estrategia que calificó como una “decisión de Estado con implicancias criminales”. Y fue categórico: “Quieren instalar la estúpida idea de que el periodismo se encuentra en proceso de extinción. No, el periodismo, en un país donde la oposición republicana mira para otro lado y va defeccionando de sus principios, es la última resistencia de la democracia liberal y la última barrera contra la gran mentira”.

Recién galardonado con el Premio Nadal por su novela El secreto de Marcial (Alfaguara), Fernández Díaz evocó la bohemia de las redacciones del siglo pasado, donde se formó junto a “redactores ignotos que recitaban a Dante y a Cervantes” y forjó su vocación. Sin embargo, también llamó a la autocrítica: “Algunos colegas se suben a campañas sucias, repiten consignas dictadas por mandarines con billetera. Nuestra audiencia no puede ser nuestra tirana. Si perdemos la autoridad moral, lo perdemos todo”. Citó a Arturo Pérez-Reverte: “Cuando lleves un bloc y un bolígrafo en la mano, quien debe tenerte miedo es el alcalde a ti”, resumiendo el deber del periodista de cuestionar al poder sin temor.

Consultado tras el acto, abordó el impacto de la tecnología: “Lo que va a pasar con la IA, no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que cada vez que dijeron que iba a desaparecer algo, no desapareció. Ahora dicen que va a desaparecer el periodismo. No va a pasar”.

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Contar historias

Leila Guerriero, distinguida por 2024, abrió la ceremonia con un discurso reflexivo: “No sé si he hecho mucho por la libertad de expresión. Solo intenté e intento contar historias sin reduccionismo, narrar haciendo espacio a los matices y las contradicciones, y ser tan consecuente como puedo con una idea que mantengo desde que empecé a trabajar y esa idea es que no se trata de llegar primero, ni de llegar más rápido, sino de llegar mejor”.

Nacida en Junín, Buenos Aires, Guerriero comenzó su carrera en 1991 en la revista Página 30. Su obra, marcada por una pluma única, incluye La llamada, premiado en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. En su discurso, agradeció a quienes marcaron su camino, como Jorge Lanata, quien le dio su primer trabajo, y Fernández Díaz, que le ofreció apoyo incondicional: “Lo que necesites, cuando lo necesites”. Sobre Lanata, destacó su visión: “Me pareció significativo que este reconocimiento estuviera enlazado con el hombre que vio en mí a una periodista antes que yo me diera cuenta de que lo era”.

Guerriero homenajeó a los pioneros del periodismo: Rodolfo Walsh, Tomás Eloy Martínez, María Moreno y, especialmente, Martín Caparrós, cuyo trabajo como cronista y mentor de generaciones desató fuertes aplausos. “Lo que ha hecho él con su trabajo como cronista y al frente de talleres en distintos países de habla hispana, apoyando el trabajo de colegas de varias generaciones, fue y es inmenso”, afirmó. También defendió la escritura pausada frente a la urgencia de los clics: “Si estoy acá es porque otros abrieron el camino para que yo y muchos como yo en América Latina, en Centroamérica y en España, pudiéramos trabajar contra la urgencia, pudiéramos reivindicar la necesidad de tener el tiempo necesario para escribir una crónica o un perfil a lo largo de meses, pudiéramos oponernos a la prisa, a los clicks, a la tiranía de eso que llaman las audiencias y que muchos de nosotros seguimos llamando ‘los lectores’”.

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