12 de septiembre de 2025 - 13:32

Adiós a Drago Brajak: quién fue el artista mendocino nacido en Croacia que era admirado por sus pares

Cultura. El dibujante, escultor y diseñador se había radicado en la provincia en los 60. Destacó con sus muestras y como docente, se exilió con el Proceso y a su vuelta fue docente y decano de la Facultad de Artes.

El gran artista y docente Drago Brajak, nacido en Croacia, pero argentino por adopción, falleció ayer en la Mendoza que había elegido como su tierra desde los años 60 del siglo pasado.

Dibujante notable y exdecano de la Facultad de Artes de al UNCuyo, había sufrido las consecuencias de la dictadura que atacó el país que él había elegido, y debió exiliarse con la llegada del Proceso Militar, hasta que pudo regresar en 1984.

Brajak había nacido en Karlovac (Croacia) en 1948. En la línea de otros grandes artistas provenientes de Europa que eligieron Mendoza para radicarse (Stephen Koekkoek, Víctor Delhez, Sergio Sergi o el también croata Zdravko Ducmelic), el artista ayer fallecido llegó en los 60 y se estableció en General Alvear.

Cursó la carrera de Artes Plásticas en la UNCuyo y comenzó a destacarse con las muestras de sus dibujos hasta que debió exiliarse durante la dictadura (cuando esta intervino las universidades), por sus posiciones políticas y relaciones con otros militantes. A su regreso, con la restauración democrática, continuó con su producción artística que lo llevó a participar en más de 60 muestras colectivas y casi una veintena de muestras individuales, tanto en la Argentina como en otros países.

Brajak se integró al grupo 4 para Gráfica en 1974, y allí fue cuando comenzó a incursionar también en el ámbito del diseño, como lo harían otros compañeros de renombre, como Luis Scafati, Chalo Tulián, Carlos Gómez y Ricardo Gutiérrez (Goñi).

La atención que despertó siempre su arte lo hizo cotizado y por ello sus dibujos y serigrafías están dispersos en colecciones de nuestro país, pero también de Canadá, México, Ecuador, Chile, Israel, Italia, Bélgica, Croacia, Eslovenia, España y Japón.

El estilo del artista fue bien caracterizado por su colega, el prestigioso Luis Quesada, en un texto escrito para una de sus muestras. Según el pintor, “los dibujos de Drago Brajak recuerdan el modo de trabajar del grabador por los recursos gráficos empleados que cubren y al mismo tiempo reservan superficies. Se originan así los componentes estructurales activos de la imagen: texturas, grises esfumados, blancos netos”.

En una nota publicada en Los Andes, el periodista cultural Andrés Cáceres también había caracterizado la obra de Brajak, ya no tanto en lo puramente técnico, sino también en lo que simbólico que sobrevolaba su arte. Según el también escritor, “los dibujos son módulos donde esporádicamente aparece el hombre. Aquí el espíritu se hace sentir por dolorosa ausencia. Es una forma de cantarle a la vida por el absurdo, es decir, exhibiendo la belleza del no-ser. Por otra parte, se percibe, también, un sentimiento de opresión, el que subyace en la sociedad actual y aquí la ironía es la defensa, legítimamente artística, que Brajak ensaya contra el miedo y las posibles ciudades de arquitectos extraviados, con seres humanos que hacen de la alienación un culto, hasta reducirse a máquinas”.

Cáceres ubicaba al croata en un lugar destinado a la perennidad en su influencia para las figuras generaciones de artistas. A punto tal de vaticinar, después de otro intento de expresar en palabras la obra de Brajak: “Su capacidad para captar la belleza, áspera y lírica a la vez, inquietante y dramática en ocasiones, a través del color en formas abstractas. Son muy pocos los artistas locales que, como él, habrán de figurar en una historia del arte abstracto dentro de cien años”.

drago brajak
Dos dibujos de Drago Brajak.

Dos dibujos de Drago Brajak.

Más allá de ese lugar destacado, que se ganó sobre todo por su obra gráfica, Brajak también había incursionado en la escultura. En una charla con el mencionado Cáceres, había hablado de esa incursión, de su gusto por la escultura de yeso y de una concepción de ese arte de moldear que lo hacía establecer relaciones inesperadas. “La escultura es lo más cercano a la arquitectura, que la amo. Si hubiera tenido la posibilidad, hubiera estudiado arquitectura. También me gusta jugar con el blanco y dar un golpe, metido en una configuración bastante compleja”, contaba.

El reconocimiento obtenido por Brajak en la tierra en la que se había asentado le producía algo particular en relación con su país natal. De eso también había podido hablar con Cáceres en la citada entrevista (fechada en 2007), cuando reflexionaba acerca del “reconocimiento” que podía obtener en Croacia, dado el prestigio con el que ya contaba en la Argentina, especialmente en Mendoza: “A los inmigrantes, cuando volvemos, nos ocurre algo muy particular, porque nos resulta muy difícil entender las relaciones culturales. De cualquier manera, a mí me impresiona lo bien que trabajan. En Croacia, hace poco menos de una década que terminó la guerra. Bueno, no hay rastros y hasta los municipios más chicos tienen galería de arte. Mi ciudad, Karlovac, con solo cuarenta y cinco mil habitantes, tiene cuatro o cinco galerías, que poseen un montaje y una curaduría que acá sólo encontramos en Buenos Aires. No sé cómo son los mecanismos, porque tienen problemas económicos, pero seguramente que manejan el dinero mejor que nosotros, con más seriedad”.

El pintor contaba en esa charla que, en su visita al país, había decidido no vender algunas obras que le demandaban, sino que las había donado. “En España, un dibujo de veinte por treinta me lo pagan en 370 euros. En Croacia, en cambio, vale mucho menos. Entonces, preferí donar que malvender. Además, me dio mucho gusto dejar obra”, aseguraba.

La muerte de Drago Brajak fue lamentada por la comunidad artística de Mendoza. La Subsecretaría de Cultura de la provincia, por ejemplo, publicó en sus redes un comunicado oficial. “Lamentamos el fallecimiento de Drago Brajak, docente de la UNCuyo y reconocido artista, escultor, dibujante, grabador y pintor”.

La comunidad Croatas en Mendoza también le dedicó unas palabras en su cuenta de Instagram. “Despedimos al inmigrante que enorgulleció a los croatas en Mendoza”, decía el encabezado de su publicación. Luego, agregaba: “Su obra es testimonio de diversidad cultural, resistencia y libertad. Y en cada trazo, siempre está presente su Croacia natal y el puente que tendió con Mendoza, su tierra adoptiva. En sus palabras: ‘Cambié el desarraigo por una metáfora de signo opuesto, una verdad ficcional de reconstitución utópica, como sólo se encuentra en el arte…’”.

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