Los vecinos estaban alarmados: después de las tareas de mejora en la zona, habían visto, con sorpresa y desagrado, la aparición de roedores, lo cual había provocado varios sustos. Pero ¿qué significa 'roedor'? Aparte del significado descriptivo que nos aporta el diccionario, encontramos una primera definición que poco nos dice: "Que roe". Pues ¿y qué es 'roer'? Tiene este verbo cuatro significados denotativos, muy ligados entre sí, pues aluden a consumir algo cortando trozos menudos con los dientes. En efecto, si se trata de un animal, la acción de roer implica cortar menuda y superficialmente el alimento, con los dientes u órganos bucales análogos; si se trata de las abejas, este mismo verbo se refiere a comerse la realera (celda de la abeja maestra) o el maestril (celdilla del panal de miel, dentro de la cual se transforma la larva de la abeja reina), después de haberlos cerrado. La tercera y cuarta definiciones nos dicen que 'roer' puede designar la acción de quitar, poco a poco y con los dientes, la carne que se quedó pegada al hueso, pero también puede hacer alusión a desgastar una superficie, rebajándola paulatinamente: "El perro roía tranquilamente su hueso" y "Mostraba a los niños las piedras roídas por el golpe de las mareas". Además, hay un sentido figurado cuando, referido a un pensamiento o sentimiento, vemos que se produce un malestar que atormenta lenta y persistentemente a alguien: "Los remordimientos le roen la conciencia".
¿Cómo se conjuga este verbo? El Panhispánico, en el primer apéndice, nos incluye toda la conjugación de 'roer', de la cual lo que nos llama más la atención es que el presente de indicativo, para su primera persona, tiene una triple posibilidad: 'yo roo, roigo o royo'. Esa triple forma se replica en todas las personas del presente de subjuntivo: 'yo roa, roiga o roya', 'nosotros roamos, roigamos o royamos', por ejemplo. Si estamos narrando algo que ocurrió en el pasado, vemos que aparecen las formas 'royó' y 'royeron', para las terceras personas; luego, volvemos a encontrar esa 'ye' en todo el pretérito imperfecto del subjuntivo ('royera o royese, royeras o royeses, etc.) y en el gerundio 'royendo'.
Se relaciona con este vocablo el verbo 'corroer', que se conjuga igual que 'roer', aunque nuestra fuente académica señala que, en los presentes, las formas favoritas son 'corroo', 'corroas', 'corroan', etc. Posee una significación similar: "Desgastar lentamente algo, desde afuera hacia adentro": "Esas bebidas corroen el esmalte dentario". También, referido a un sentimiento negativo, "producirle angustia y rencor a alguien": "Cuando el odio o la duda te corroen, no hay claridad en tus pensamientos".
Se forman algunas locuciones coloquiales, tales como 'roer alguien el lazo', con el significado de huir del aprieto o peligro en que estaba; 'roer el anzuelo', equivalente a liberarse de algún riesgo; 'roerle a alguien los huesos' y 'roer los zancajos a alguien' con el valor de murmurar de él en su ausencia. Usamos poco el sustantivo derivado de 'roer': se trata de 'roedura', con los valores de "acción de roer", "porción que se corta royendo" y "señal que queda en algo roído".
Desde mi adolescencia, me ha apasionado la resolución de crucigramas. Mientras más difíciles y encriptados, mucho mejor. En ellos, suelo observar que 'roer' suele confundirse con 'raer'. ¿Descuido? Me aventuro a decir que no: hay un entrecruzamiento semántico entre los dos verbos, además de su parecido material. De 'roer' hemos dado todos sus valores; de 'raer' vemos que el primer significado es el de "raspar algo con un instrumento áspero o cortante, para quitar de su superficie pelos o sustancias adheridas". Se dice "raer el cuero", por ejemplo; también, equivale a "eliminar completamente algo de un sitio", como en "raer esa idea de la memoria"; si se refiere a una prenda, tomará el valor de "desgastarse por el uso".
El Diccionario integral del español de la Argentina nos añade que, en el ámbito formal, este verbo puede significar "eliminar por completo a alguien o algo, especialmente una acción, un pensamiento o una cosa que se consideran malos desde el punto de vista moral".
Se conjuga, según averiguamos en el Panhispánico, como el verbo 'caer', pero en el sistema de presente, puede decirse 'raigo' y rayo', 'raiga' y 'raya'.
Salvo esta indicación, si se nos presenta alguna duda en su conjugación, no tenemos más que acudir a las formas de 'caer' que, seguramente, nos resultan sencillas. Así, si decimos 'cayó', diremos 'rayó'; si decimos 'cayéramos o cayésemos', podremos decir 'rayéramos o rayésemos'; si el gerundio de uno es 'cayendo', el gerundio de este otro será 'rayendo'.
El sustantivo de su familia de palabras es 'raedura', que se define como "acción y efecto de raer o raerse' y como el "trozo menudo que se desprende de algo al raerlo". No debe confundirse con 'raedera', que nombra el instrumento para raer. Existe además el adjetivo 'raedizo, raediza', con el significado de "que se rae fácilmente".
Cuando una prenda de vestir está raída por el uso, suele tomar un cierto brillo que el Diccionario de americanismos designa con el adjetivo 'luyido', participio proveniente de 'luyir', que se define como "desgastar por rozamiento algo, especialmente una prenda de vestir; desgastarse una tela o prenda por el uso". También, el Diccionario etimológico del lunfardo, de Oscar Conde, nos dice que este verbo proviene del genovés "lûxi", que significa "brillar"; con ello, vemos una metonimia en el valor significativo de 'luyir', ya que su definición alude al efecto por la causa, pues las telas gastadas por el roce del uso adquieren un brillo particular. Si bien 'luyir' no aparece en el diccionario de la lengua, sí encontramos 'ludir', con el valor de "frotar, rozar algo con otra cosa".