Roberto Pradines, el ex diputado nacional por Mendoza, miente y difama con el solo objetivo de obtener algo de visibilidad. Si fuera cierto lo que dice en un improvisado artículo de opinión publicado en Diario Los Andes el 23 de mayo de 2025 bajo el título “COVIAR: ¿Cómo justificar la existencia de una corporación que no ha cumplido con los objetivos para los que fue creada?”, donde se denuncia “falta de rendición de cuentas”, “incumplimiento de las leyes” y “sospechas de corrupción”, ¿por qué, como funcionario público, nunca jamás hizo presentación o denuncia alguna?
¿Cómo legislador y funcionario público, hizo algo concreto por la vitivinicultura? Sería importante conocer las propuestas de Pradines sobre temas en los que desde COVIAR se vienen pidiendo cambios como rebaja o quita de impuestos, aranceles, costos logísticos, plagas como la Lobesia Botrana o una ley para edulcorar bebidas con jugos naturales, algo que beneficiaría a la salud de la población en general y a la vitivinicultura en particular porque abriría nuevos mercados para el jugo concentrado de uva.
Los productores de uva estamos cansados de esta clase de personajes que durante sus etapas como políticos cobran abultados sueldos y no hacen nada por la producción, solo les interesa mendigar protagonismo político como es el caso de Pradines.
COVIAR no ejecuta las acciones. Son las unidades ejecutoras como Wines of Argentina, el Fondo Vitivinícola o Producción Primaria quienes reciben los fondos y realizan las acciones que deben estar en línea con los objetivos trazados en el PEVI. Con orgullo puedo decir que como dirigente vitivinícola y miembro del Directorio de COVIAR ni yo ni ningún otro director o autoridad de la Corporación cobramos jamás un solo peso. Todas las acciones y tareas que se realizan son ad honorem, lo que muestra un compromiso real y la voluntad de contribuir desde lo que cada uno e institución pueden aportar al bien común.
Los directivos de COVIAR trabajamos por toda la vitivinicultura argentina y además de plata resignamos tiempo con nuestras familias y nuestras empresas. Que el ex legislador Pradines venga a señalarnos es indignante.
Con gran esfuerzo pusimos en marcha los Centros de Desarrollo Vitícola – hay 14 en todo el país –, se ejecutaron 50 millones de dólares con total celeridad y transparencia a través de PROVIAR que llegó a 2.763 productores y establecimientos, se armó una red de estaciones meteorológicas que le permiten a los productores tener información precisa, se han hecho compras conjuntas de equipos y tractores que han significado miles de pesos en ahorro para los productores y muchas acciones más que podría describir, pero creo que fundamentalmente los productores a través de COVIAR somos parte de la mesa de articulación de la vitivinicultura argentina. Si no existe la COVIAR todo quedará reducido a lo que manden las grandes bodegas y a mendigarle al Estado. ¡No queremos eso, no queremos depender de nadie!
La Ley 25.849 que aprobó el Plan Estratégico Vitivinícola (PEVI) es la norma que instituye a la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) para su implementación. Desde su aprobación por unanimidad en el Congreso en el año 2004 hasta ahora nunca hubo una presentación formal ni legal por parte del ex legislador Pradines ni otro actor de la vitivinicultura argentina. Y en todos los años de aplicación del PEVI, los presupuestos fueron siempre auditados y controlados, según establece la propia Ley, por síndicos designados por los gobiernos de Mendoza y San Juan, como las dos provincias con mayor superficie cultivada con vid, y aprobados por el Gobierno nacional a través de los sucesivos ministerios o secretarías de Agricultura.
Cada vez que el mediocre ex legislador Pradines solicitó información a COVIAR, sus acciones y presupuesto, todo fue debidamente respondido y enviado. Probablemente ni se interesó en leerlos estos informes como tampoco demostró interés real en la vitivinicultura mientras fue legislador. Seguramente esta es la razón de por qué su descontento es solo mediático y sus denuncias son solo fuegos de artificio malintencionados.
Es lamentable que ciertos personajes de la política busquen en el agravio y la difamación, en la mentira, un atajo para intentar volver a tener algo de notoriedad. La política, en el noble sentido de la palabra, es servicio. Es trabajar por el bien común. Es construir.
Sería un gran aporte para la vitivinicultura argentina que todos los actores sociales, políticos y empresarios de Mendoza y el país puedan sumar.
COVIAR es la articulación entre lo público y lo privado, es la institución creada por iniciativa del propio sector privado para mirar y planificar a largo plazo. Es la herramienta para alcanzar justamente los consensos básicos que como sociedad y sector necesitamos para enfrentar los desafíos presentes y futuros.
* El autor es viñatero y presidente de la Asociación de Viñateros de Mendoza (AVM).