La creciente adopción de la inteligencia artificial (IA) en Argentina ha generado inquietudes sobre la posible prescindibilidad humana en el ámbito laboral. Aunque la IA promete mejoras en eficiencia y productividad, también plantea desafíos significativos, como la automatización de tareas que tradicionalmente realizaban las personas, lo que podría conducir a la pérdida de empleos y a una transformación profunda del mercado laboral.
En Argentina, el 11% de las empresas ya han incorporado tecnologías de IA en sus operaciones y un 28% adicional planea hacerlo en el corto plazo. Sin embargo, el 41% de los trabajadores argentinos percibe que sus empleadores están rezagados en la adopción de estas tecnologías, lo que indica una brecha entre la disponibilidad del potencial de la IA y su implementación efectiva. Ya se observan casos concretos de reemplazo de tareas humanas: en la atención al cliente plataformas como Mercado Libre emplean chatbots para consultas, en el sector financiero se utilizan algoritmos para evaluar créditos y detectar fraudes, y en la industria manufacturera los robots automatizan líneas de producción. Incluso en sectores más especializados, como el legal, se recurre a sistemas de IA para revisar contratos y realizar investigaciones, funciones que antes dependían exclusivamente del análisis humano.