–¿De qué se trata "La Charo"?
–Es un transitar en solitario y a través de la música, por los paisajes musicales de nuestra Latinoamérica. Luego de doce años de carrera con Tonolec, y aclaro que sin dejar mi grupo, he decidido sumar a este camino una propuesta totalmente acústica y expandir mi canto, encontrarme con ritmos y sonoridades de instrumentos de regiones y países hermanos como Perú, Bolivia, Chile, Brasil, México, Colombia y Venezuela. Es un canto con identidad forjada tierra adentro, que intenta traspasar nuestras fronteras geográficas y políticas para encontrarnos con un canto hermanado.
–¿Cuál es el repertorio elegido para este trabajo?
–Son canciones de mi autoría, en su mayoría, que surgieron desde la sonoridad de mi cuatro venezolano, canciones propias y otras versionadas, que relatan historias mías y otras historias desconocidas de la vida de iconos de nuestra América como Diego Rivera y Frida Kahlo, donde hay lugar para el canto alegre y la celebración, pero también para el canto de trinchera, memorioso y reflexivo.
–¿Cómo presentarás el álbum y qué lugares ya has recorrido con tu nueva propuesta?
–Estamos en medio de una gira nacional, que se inició en Buenos Aires. Pasé por Aluminé, Salta, Tucumán, Rosario y ahora estamos finalizando la región cuyana, pasando por San Luis, San Juan y San Rafael. Culminaremos el año con conciertos en Resistencia y Quitilipi, en El Chaco y Mar del Plata.
El formato en vivo que verán es el mismo que interviene en todo el disco, totalmente acústico y clásico. En ronrocos, acordeón y hungdrums el músico Juan Sardi, en contrabajo el también marplatense Nicolás Pasetti y en la percusión, Lucas Helguero, que también me acompaña en la formación de Tonolec. Yo estoy a cargo del cuatro venezolano, bombo legüero, guitarra y maracones.
–¿Cómo se te cruzaron por la vida Leda Valladares, Lhasa de Sela y la potosina Luzmila Carpio para intervenir ahora su repertorio?
–Todas ellas y sin olvidar a la gran Violeta Parra y Chabuka Granda, son mujeres con las que me siento profundamente identificada. Mujeres que siempre han estado presente en mi vida, aunque en diferentes etapas de ella. A Leda la siento muy cercana, por su trabajo de recopilación de los cantos de la tierra y he versionado en mi disco una vida lista riojana a la que titulé Dueño no tengo. A Lhasa de Sela, la conocí a través de un casete que una amiga mía me prestó a fines de los años 90, cuando yo aún era periodista, diciéndome “escúchala”, mucho antes de conocer a Lila Downs.
Me conmovió su canto desgarrado y terminé versionando en mi disco su canto Por eso me quedo. Finalmente, a Luzmila la conocí a través de una amiga música que ama lo andino y, a decir verdad, ella es muy conocida entre quienes trabajamos con los cantos en lenguas originarias. Es una referente sin dudas, propagadora orgullosa de su sangre y su arte por todo el mundo.
–¿Cómo llega Tilín Orozco a la producción del álbum?
–Tenía varios productores musicales en mente, sin llegar a definir quién sería el más apropiado. Todo dependía de hacia dónde quisiera expandir mi canto. Entonces pensé que quería un repertorio y un disco que con el tiempo se convirtiera en un clásico. Por las características de este trabajo, el mendocino amigo y maestro Raúl Tilín Orozco, me pareció el indicado.
Nos juntamos a almorzar junto con mi manager y pareja Rodrigo López Oliver con Tilín y le contamos la idea de lanzarme con un repertorio propio y versionado, como solista. Tilín es un productor que recibe siempre pedidos para producir discos de otros artistas y doy fe de que no es fácil que acepte hacer el trabajo. Tuve la dicha y el honor de que le gustara mi canto, mis canciones y aceptara ser mi productor musical.
Yo estaba buscando un sonido acústico que resistiera todos los tiempos y se desdibujaran los espacios, que sonara al continente nuestro, con toda esa paleta rica de colores y ritmos y el señor lo logró. Lo logramos juntos, con nuestros músicos que también pusieron su creatividad y talento al servicio de esta propuesta musical.
–Contame de tu experiencia de acompañar como solista a Víctor Heredia, en su 50 aniversario, en el Teatro Ópera, de Buenos Aires...
–Con Víctor tuve oportunidad de grabar y traducir un canto de su obra Taki Ongoy a la lengua qom. Nos cruzamos en varios escenarios y siempre la admiración fue mutua. De esos flechazos que tenés con algunos maestros de nuestro folclore comprometido.
Cuando estaban haciendo su disco doble 50 al vuelo me dijo que quería que esté en el álbum. Dicho y hecho. Grabé ahora Coraje y, por supuesto, la cantamos en vivo en su segundo y último concierto.
Compartí camarines con Marcela Morelo, un amor de persona, nos cruzamos con León Gieco, Teresa Parodi, Pedro Aznar, Piero, Sandra Mihanovich, fue hermoso poder ser parte de esta camada de grandes cantautores que siempre han estado comprometidos con su arte. Al momento de subir a hacer Coraje la gente parece que despertó de sus butacas y terminaron coreando a viva voz la canción. Fue un momento muy especial dentro de su concierto.
–¿Cómo llegaste al proyecto de interpretar en la pantalla chica y grande a la extraordinaria Aimé Painé?
–Fue en medio de una gira por la Patagonia con Tonolec, que su directora Aymará Rovera me conoció y allí nació la descabellada idea, a tres días de empezar el rodaje, de que ella que iba a protagonizar la serie de cuatro capítulos para la televisión, se corriera de ese lugar, me lo cediera a mí, y se quedara dirigiendo su obra.
Fue mágico, como si la misma Aimé hubiera digitado ese momento y nos hubiera puesto desde allá arriba, a cada uno de nosotros en su lugar. El equipo técnico casi se desmaya y colapsa con la idea de estas dos mujeres arremetedoras queriendo hacer un imposible pero finalmente se alineó todo y lo sacamos adelante.
Fueron como 18 días de rodaje donde tuve que estudiar cada noche y día y aprenderme canciones en mapuzungún y tehuelche para interpretarla lo más cerca a la realidad posible. Me dejo esta experiencia una enseñanza maravillosa y la siento a Aimé muy parecida a mí, a mi historia, a mis reivindicaciones. Se estrenará a principios del año que viene seguramente. Ahora está en la etapa de edición y las imágenes son maravillosas y el guión tremendo. Imperdible.
La ficha
Charo Bogarín presenta su disco solista La Charo.
En: Cine Teatro Roma (Av. Hipólito Yrigoyen 280, San Rafael).
Día: hoy, viernes 1 de diciembre.
Hora: 22.
Entrada General: $ 200.
Entradas: boletería del teatro.
Músicos: Juan Sardi (ronrocos, hung drums y acordeón); Nicolás Pasetti (contrabajo); Lucas Helguero (percusión) y Charo Bogarín (voz, bombo legüero y cuatro venezolano).