Foto:
Las circunstancias en que Johana Chacón fue asesinada aún son un misterio. Aunque los resultados de análisis antropológicos conocidos esta semana dan señales de que el caso que estremeció a todo un pueblo de Lavalle y a gran parte del país está por llegar a su fin. Huesos hallados en la finca donde la menor fue vista por última vez son humanos y todo hace suponer que se trata de sus restos.
La niña de 13 años fue vista por última vez el 4 de setiembre de 2012 cuando bajó del transporte escolar y abrió la tranquera de la finca de Luis Curallanca, donde vivía aunque no fuera la casa de sus padres.
Al principio solo unos pocos se preocuparon por buscarla. El murmullo del reclamo en una comunidad alejada se convirtió en grito desesperado cuando, tiempo después, toda la sociedad mendocina reclamaba por ella. El interés de la sociedad quizás tuvo su correlato en la esfera judicial y la causa sufrió muchos cambios. Pero, aunque parte de la sociedad se inclinaba a pensar que se trataba de un caso de trata de personas, quien lideraba la investigación siempre sostuvo lo que aún ahora, más de seis años después, es la hipótesis más firme: a la estudiante la asesinaron.
El caso por el que es juzgado Mariano Luque (33), quien ya fue condenado por el crimen de Soledad Olivera -otra mujer de Tres de Mayo- puede tener sentencia en unos 15 días. Luque enfrenta una posible condena de prisión perpetua de ser hallado culpable del homicidio criminis causa de la estudiante.
Un repaso por el derrotero de la causa puede ayudar a entender cómo ocurrieron las cosas y qué analizarán los jueces a la hora de dictar sentencia. Los testimonios de vecinos de Tres de Mayo que se sumaron años después al expediente mostraron el temor que tenían y por el que callaron.
Si hay una figura que resaltó en el reclamo porque se investigara la desaparición de Johana fue la de Silvia Minoli, quien por entonces era la directora de la escuela Virgen del Rosario, a la que asistía la niña. Ella encabezó marchas y guió a sus desconcertados alumnos en la búsqueda de justicia. Los compañeros de la chica protagonizaron dolorosas campañas para visibilizar el reclamo. Documentales, manifestaciones pacíficas y muralesmostraron el dolor de esos estudiantes lavallinos.
Según confesaría luego de tres años, la hermana de Johana calló por temor a que Mariano Luque, quien era su pareja, cumpliera sus amenazas.
En octubre de 2015 Beatriz Chacón, quien entonces tenía 19 años, se quebró y declaró ante efectivos de la Policía Federal que investigaban un posible caso de trata. Luego ratificaría sus dichos ante el, por entonces, fiscal de Delitos Complejos Santiago Garay que Luque había asesinado a su hermanita. "La mató delante mío", sentenció.
Agregó que el hombre había quemado el cuerpo de su hermana en una churrasquera ubicada en la finca y había enterrado los restos calcinados. Al enterarse de que realizarían un nuevo allanamiento en la finca de su padrastro, Luque desenterró el cuerpo y se lo llevó en una bolsa, según declaró Beatriz.
La mujer deslizó que su ex novio había asesinado a su hermana porque sabía que estaba vinculado a la desaparición de Soledad Olivera, la joven madre desaparecida en noviembre de 2011 en el mismo pueblo lavallino y por cuyo homicidio Luque fue condenado a 12 años de cárcel en 2017.
El testimonio de su ex mujer llevó a Mariano Luque tras las rejas. El 6 de noviembre de 2015 luego de oír el testimonio de Beatriz, el fiscal especial Santiago Garay ordenó la detención de Luque y lo imputó por homicidio simple. El acusado se limitó a decir "soy inocente".
En mayo de 2016 el Tercer Juzgado de Garantías le otorgó la libertad a Luque luego de que considerara que no había pruebas suficientes en su contra para responsabilizarlo por el crimen de su cuñada. Pero el 11 de agosto de 2016 la Cámara de Apelaciones revocó el fallo y ordenó su detención. Un día después Luque fue nuevamente arrestado cuando se presentó en la oficina del fiscal Garay.
Durante los primeros pasos de la instrucción, los sabuesos secuestraron de un armario de la finca de Tres de Mayo donde vivía la víctima una remera de color verde que le pertenecía. Un análisis realizado en ese entonces por el Cuerpo Médico Forense determinó que tenía manchas de semen. Seis años después se determinó que los restos de esperma pertenecen a Luque. Los resultados de ese análisis de ADN se ventilaron en el debate el pasado 11 de octubre y se volvieron un dato científicamente irrefutable.
Si bien Beatriz Chacón dejó entrever que el móvil del crimen habría sido callar a la niña porque sabía de la relación ente Luque y Soledad Olivera, testimonios de ex compañeros de Johana, que se conocieron el mes pasado durante el juicio, permitieron dilucidar que el acusado tuvo otro motivo para quitarle la vida: ocultar los abusos sexuales a los que la sometía. Por ello la calificación en su contra cambió a homicidio criminis causa.
El 1 de octubre pasado declaró una compañera de escuela de la joven víctima. La testigo tiene ahora 18 años, se presentó como "la mejor amiga de Johana" y le dijo al tribunal que la chica le había contado que Luque la violaba. Al tener 12 años la testigo no comprendía qué significaba lo que su amiga le contaba.
Días antes otra chica - ahora tiene 17 años- que era compañera de curso de uno de los hermanos de Johana declaró en el juicio que el pequeño le había contado que había visto semen de Luque en la cama de Johana pero que lo tenían amenazado para que no contara nada.
Los primeros días del último octubre los jueces ordenaron realizar excavaciones en un lugar cercano a la finca de los Curallanca a partir del nuevo testimonio de un vecino que dijo haber visto a Luque remover tierra. Esas excavaciones, realizadas en un descampado colindante a un canal, no dieron resultados positivos.
Pero el último 30 de octubre antropólogos de la Universidad Nacional de Cuyo que trabajan para el Cuerpo Médico Forense revelaron que un metatarso de un pie, que fue recolectado en el lugar donde supuestamente Luque quemó el cadáver de Johana, son humanos.
Son restos óseos de una persona de entre 11 y 18 años aunque no pudieron precisar el sexo porque eran de alguien joven y, por lo tanto, no se habían desarrollado. Al estar incinerados, no se pudo extraer material orgánico de ese hueso y de una pieza costal para realizar un cotejo de ADN y determinar si son restos de Johana. Las conclusiones antropológicas hacen coincidir el relato de Beatriz Chacón sobre cómo fue asesinada Johana y acorralan al único acusado del caso.
En las próximas dos semanas se espera que se conozca la sentencia del tribunal que juzga a Luque, quien arriesga prisión perpetua, cercado por las pruebas y testimonios en su contra. Para entonces se habrán cumplido 6 años y dos meses del asesinato de la pequeña Johana, a quien en Tres de Mayo aún recuerdan por su humor y su dulzura.
La escuela 1-182 Virgen del Rosario, ubicada en el distrito Tres de Mayo, celebró el pasado viernes sus 100 años de vida. Se trata del establecimiento educativo en el que Johana Chacón cursaba el séptimo grado antes de su desaparición. Del acto participaron el titular de la Dirección General de Escuelas Jaime Correas, el intendente de Lavalle, Roberto Righi y el arzobispo de Mendoza, Marcelo Colombo.
Encabezada por la ex directora de la escuela, Silvia Minoli, la comunidad educativa reafirmó su compromiso con la defensa de los derechos humanos y la búsqueda de justicia. Desde hace años, la institución -que actualmente cuenta con una matrícula de 272 alumnos- ofrece formación en Derechos Humanos.
Uno de los momentos destacados del acto fue el homenaje a Johana que realizaron los alumnos. También fue emotiva la entrega de presentes a los primeros egresados de la escuela.