Bajo la sombra del #MeToo

La figura del productor Harvey Weinsten, símbolo de los abusos denunciados este año, marcarán la ceremonia.

El Oscar cierra hoy una temporada de premios marcada por la guerra a los abusos sexuales y la desigualdad de género en Hollywood.

Los escándalos, que comenzaron con las perturbadoras revelaciones contra Harvey Weinstein, dieron vida a movimientos como el #MeToo y Time's Up contra estos abusos y a favor de más equidad.

El Oscar ya encaró en el pasado fuertes críticas por falta de diversidad racial y de género, y este año sin duda "esos temas estarán presentes", dijo Tim Gray, vicepresidente de Variety y editor de premios.

"La gente en Hollywood está hablando de diversidad, de los movimientos #TimesUp y #NeverAgain, aunque es difícil decir algo significativo en 45 segundos".

Los artistas Plastic Jesus y Joshua Ginger Monroe han instalado en Hollywood una estatua dorada de Harvey Weinstein, acusado de abusar sexualmente de decenas actrices. Sentado en un sofá de cuero dorado, ataviado con una bata rosa y sujetando una estatuilla cerca de sus genitales.

Así aparece representado Weinstein en la escultura Casting Couch (El casting del sofá), una crítica a las agresiones sexuales que sufren muchas actrices, que se ven coaccionadas para poder conseguir un papel.

La obra ha sido colocada muy cerca del Teatro Dolby, el lugar en el que se celebra la gala de los premios del cine estadounidense esta noche.

Los 8.500 miembros de la Academia del cine de Estados Unidos –de la que Weinstein fue expulsado– votaron hasta el martes y los pronósticos colocan a La forma del agua, del mexicano Guillermo del Toro, entre las favoritas, junto con Tres anuncios por un crimen.

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