18 de julio de 2025 - 21:15

El diésel sigue siendo imbatible en ruta: un recorrido de 2.500 km en dos Tesla reafirmó esa conclusón

Periodistas españoles cruzaron Europa en dos autos eléctricos de la empresa de Elon Musk, pero terminaron admitiendo que un vehículo diésel hubiera sido más barato, rápido y práctico.

¿Conviene hacer un viaje largo en un auto eléctrico? Esa fue la pregunta que se propuso responder un grupo de periodistas españoles que recorrieron Europa en dos Tesla, un Model Y y un Model 3 Highland, desde Berlín hasta Madrid. A lo largo de más de 2.500 kilómetros pusieron a prueba su autonomía, tiempos de carga, comodidad y, sobre todo, el costo final frente a un vehículo diésel. El resultado fue revelador ya que a pesar de todas sus ventajas, los eléctricos todavía no ganan la carrera en ruta.

La prueba se diseñó para simular un viaje real con largos trayectos, múltiples países, paradas regulares cada 200 o 300 kilómetros, y uso exclusivo de la red de supercargadores de Tesla. La experiencia resultó cómoda. Las estaciones eran rápidas, abundantes y estaban bien ubicadas. Incluso, en más de una ocasión, los autos estuvieron listos para seguir antes de que los pasajeros terminaran su pausa para tomar café o ir al baño.

Resultados de la comparación

El equipo comparó el costo de la electricidad contra el de llenar un tanque de combustible tradicional, tomando como referencia los precios oficiales de la Unión Europea en los países atravesados.

El resultado fue claro: recorrer el mismo trayecto en un coche diésel hubiera costado 53,62 euros menos. Y si la comparación se hacía con uno a gasolina, la diferencia crecía hasta los 136,61 euros a favor del motor convencional. En otras palabras, a pesar de todas las ventajas del auto eléctrico, el ahorro no estuvo de su lado.

¿Por qué fue más caro?

La razón está en el tipo de cargador utilizado. Aunque los supercargadores de Tesla son extremadamente rápidos, también tienen un costo más elevado que otras redes. Si se hubieran usado puntos de carga más lentos (y económicos), el gasto total habría sido menor. Pero eso implicaría alargar aún más el viaje y adaptarse a tiempos de espera que no todos están dispuestos a tolerar.

Además, si bien la experiencia de conducción fue fluida y agradable, el tiempo total para completar el recorrido fue superior al de un auto diésel. Es decir, el coche eléctrico sigue teniendo desventajas en autonomía y velocidad de carga si se trata de cubrir largas distancias.

Ventajas de los coches eléctricos

Pero no todo fue negativo para los Tesla. Los vehículos eléctricos ofrecen beneficios importantes que no se miden solo con euros por kilómetro. Tienen menos mantenimiento, no emiten gases contaminantes durante su uso y brindan una experiencia mucho más silenciosa y suave.

Otro punto importante es la vida útil de sus baterías. Aunque reemplazarlas puede costar entre 10.000 y 20.000 euros, la mayoría de los fabricantes cubren ese componente con garantías de entre 8 y 10 años, o hasta cientos de miles de kilómetros. En condiciones normales, una batería de coche eléctrico puede resistir hasta 3.000 ciclos de recarga, lo que equivale a unos 200.000 km antes de reducir su capacidad al 75%.

La elección genera debate

El coche eléctrico funciona, y muy bien, pero aún tiene margen para mejorar si el objetivo es competir en eficiencia y rentabilidad en la ruta. Para trayectos urbanos, donde las recargas se pueden hacer con calma en casa o en la oficina, y donde no se recorren grandes distancias por día, sigue siendo una excelente opción.

En cambio, si lo que se busca es recorrer cientos de kilómetros en la menor cantidad de tiempo posible y al menor costo inmediato, el motor diésel aún mantiene la delantera.

Mientras tanto, la industria avanza. La electrificación del parque automotor ya no es una promesa: es un camino en marcha. Pero este tipo de pruebas reales ayudan a entender que la transición no será tan rápida ni tan simple. Se trata d euna elección donde el conductor teniene la última palabra.

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