Jardines en verano: las piscinas ganan protagonismo

Año a año las piscinas están ganando protagonismo, a veces como un ambiente más de la casa, buscando continuidad para llegar al borde de la galería, o con trucos como el borde infinito para mezclarse con el paisaje.

Desde solariums húmedos y hasta llegar a la piscina cubierta con amplios ventanales, existe una tendencia clave en la diagramación del espacio en residencias a la hora de ubicar una piscina, que se basa fundamentalmente en hacerla dialogar o participar de las zonas públicas de la casa y los sectores preparados para las visitas, como quinchos o galerías. En muchos casos, el efecto buscado es convertir a la piscina en un ambiente o en el espacio protagónico del jardín.

El estudio de arquitectura autor de la casa debe estudiar cuidadosamente la ubicación definitiva de la piscina desde los primeros dibujos y en coordinación con el paisajista –de haberlo-, ya que es de vital importancia estudiar el asoleamiento, teniendo en cuenta el recorrido del sol desde la mañana hasta la última hora de la tarde, tanto en verano como en invierno.

Un dato importante es que si la orientación del lote no es favorable para el asoleamiento, la piscina deberá alejarse de la vivienda para evitar las proyecciones de sombra, y así, asegurar la mayor cantidad de horas de sol durante el verano. A la hora de plantear la ubicación y disposición del solarium hay que tener en cuenta el recorrido del sol, de modo tal que, durante toda su trayectoria, las personas tomen sol de cara a la piscina.

Formas y revestimientos

Son varias las categorías a tener en consideración, según su forma y construcción. Pueden ser rectangulares, curvilíneas o combinadas. Según los bordes, se habla de estilos romanos (clásico con nariz), recto o finlandés (con agua a pelo de solarium o borde). Otro elemento relevante es el revestimiento, que puede ser de venecitas, pentagrés o tipo símil piedra (aplicado a la llana).

Hay varios trucos que se utilizan bastante en estos días, como la incorporación en la piscina de zonas playas en profundidades que van desde los 10 a los 30 cm promedio, pudiendo utilizarse como solarium húmedo o como zona de juego para los más chicos.

En los casos con lagunas o lagos de fondo es interesante incorporar diseños con borde infinito, provocando la caída de agua a otro plano en algunos lados. Desmaterializando este borde infinito se logra que el agua de la piscina se funda con la del lago, laguna o agua circundante.

Un dato relevante es la posibilidad de calefaccionar las piscinas y/o hidromasajes, lo cual permite extender su uso durante todo el año, sobre todo en los meses de primavera y otoño. Se pueden incorporar hidromasajes para cuatro, seis u ocho personas.

Para lotes de importante tamaño, se recomienda la opción de una piscina cubierta con amplios cerramientos vidriados y acondicionamiento de aire frío-calor y de temperatura del agua en forma independiente para, de esta forma, disfrutarla los 365 días del año.

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