La sequía somete a Europa, mientras que del otro lado del océano Atlántico la costa de Estados Unidos es devastada por una estación de huracanes con pocos precedentes y Filipinas resulta azotada por tormentas tropicales
La sequía somete a Europa, mientras que del otro lado del océano Atlántico la costa de Estados Unidos es devastada por una estación de huracanes con pocos precedentes y Filipinas resulta azotada por tormentas tropicales
Estos fueron sólo algunos de los hitos de un año que se caracterizó por sus récords climáticos negativos.
Además la salida de Estados Unidos, por decisión del presidente Donald Trump, del Acuerdo Climático de París remarcó la incógnita acerca de si podrá ser contenido el calentamiento global que amenaza al planeta
Tras romperse marcas en 2015 y 2016, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos anunció que este año que está por culminar pasará a la historia como el tercero más caluroso para este país desde 1880, desde cuando se disponen datos.
Respecto de los polos, en noviembre la cobertura de hielo marino ártico fue la tercera más pequeña jamás observada a partir del inicio de los registros en 1979.
En tanto que la extensión de hielo marino en la Antártida resultó la segunda más pequeña jamás reportada.Una tendencia que no hace esperar nada bueno, sobre todo considerando que este año el anhídrido carbónico, principal responsable del calentamiento planetario, superó en la atmósfera la concentración de 410 partes por millón (ppm).Un récord que encendió las alarmas entre los científicos.
En 2017, fue el año más caluroso desde 1880.
Al recorte efectivo de los gases de efecto invernadero está ligado alcanzar los objetivos del Acuerdo sobre Clima de París, que apunta a contener al menos dos grados centígrados el calentamiento antes del final del siglo XXI
Respecto de este compromiso resultará perjudicial la decisión de Trump de dejar de cumplirlo de modo unilateral, puesto que Estados Unidos es el segundo emisor global de carbono, detrás de China
Los cambios hacia los que se dirige el planeta, según múltiples estudios, tendrán efectos en cadena con eventos extremos, amenazas a la seguridad alimentaria, a la biodiversidad e influencias respecto de las migraciones mundiales.
Las primeras señales no faltan, como la última estación de huracanes atlánticos, una de las más devastadoras de los últimos diez años, que en Estados Unidos y el Caribe provocó centenares de víctimas y daños por miles de millones de dólares
Tampoco faltaron las emergencias en Europa, con la sequía generalizada en primer lugar. Según datos de entes oficiales italianos, 2017 fue el año más seco en el país desde el siglo XIX: las lluvias fueron más del 30% inferiores al promedio del período de referencia comprendido entre 1971 y 2000.
Por fortuna el año 2017 no cerrará solamente con datos negativos, pues llegaron buenas noticias desde el sector de las energías renovables
El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), con datos del año pasado, refirió un récord de capacidad instalada de plantas de energías renovables, con un crecimiento del 8%, en relación con 2015.