22 de febrero de 2025 - 00:01

Pistacho y pecán, los cultivos que avizoran un futuro alentador en Mendoza

Especialistas aseguran que en ambos casos la provincia cuenta con las condiciones adecuadas para su desarrollo. En tanto que el mercado requiere cada vez más de los beneficios de estos frutos.

Conforme a las tendencias mundiales para instalar cambios nutricionales más saludables en la cultura occidental, Argentina y Mendoza en particular, han tenido que aggiornarse y sumar experiencias. Así, en los últimos años, nuevas propuestas agrarias han tomado mayor relevancia con el objetivo de abrir el abanico con mayores ofertas de cultivos “anexos” a los tradicionales, tales como la uva, el ajo, el tomate, los vegetales o las frutas de carozo.

Justamente, en materia de frutos secos, la provincia va tomando “vuelo propio” a partir de los trabajos experimentales logrados por investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y pequeños productores, que descubrieron en cultivos como el pistacho y el pecán, la posibilidad de abrir el horizonte a nuevos mercados.

Para conocer cómo se han concretado estas experiencias en la provincia, Los Andes Fincas consultó a tres especialistas de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA-Junín. Ellos son el ingeniero agrónomo Miguel Angel Bonanzea, becario doctoral, del Área Sistemas de Conducción en Frutales de Carozo, la doctora ingeniera Agustina Gallo, investigadora, del Área Ecofisiología, y el ingeniero agrónomo Antonio Weibel, investigador, del Área Portainjertos y Sistemas de Conducción.

Destaca el equipo de investigación, que desde hace varios años se ha registrado un incremento a nivel planetario en relación a la ingesta de alimentos de alto valor nutritivo o nutracéuticos. “Los frutos secos se incluyen en este tipo de alimentos. Esto ha dado lugar a un aumento de su consumo y a una mayor rentabilidad de los cultivos”, explican en un escrito y detallan que en consecuencia, se ha provicado una expansión del mercado.

Una red para abrir nuevas oportunidades

En el caso del pistacho (Pistacia vera), -estiman los especialistas- las posibilidades de que exista un gran potencial productivo es muy grande en Mendoza. De hecho, aclaran, la superficie cultivada a nivel local ha venido en constante expansión. En este sentido, vale destacar que en forma reciente, investigadores del INTA en conjunto con el Consejo Nacional de Ciencia y Técnica (Conicet), realizaron un estudio de zonificación con el objetivo de evaluar los ambientes de mayor aptitud para este cultivo.

Así, entre los resultados a los que arribaron los investigadores, surgió que en los departamentos ubicados en las zonas norte y este de Mendoza existen las condiciones necesarias para cultivarlo. En tanto que los propios comercializadores de pistacho ya dan cuenta de un aumento en la demanda. Esto, en principio permitiría asegurar un mercado de destino.

En tanto que el pecán (Carya illinoinensis), si bien es originario de áreas de alta pluviometría como el centro sur de Estados Unidos, su desarrollo en áreas climáticas de menor humedad -tal como es Mendoza- presenta una ventaja por la menor incidencia de enfermedades, como sí ocurre en climas húmedos. Por otro lado, destacaron los investigadores mendocinos, si bien el pecán presenta menor requerimiento de frío, “se compensa con un mayor requerimiento de calor, con lo cual el momento de floración suele ser similar al del nogal”.

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Respecto de este último cultivo, existen más de 40 variedades introducidas desde Estados Unidos. “En todos los casos, todas representan un abanico de posibilidades de adaptación”, detallan los investiagdores dedicados al tema. Justamente, gracias a estos avances, en el departamento de Junín, por ejemplo, el INTA está llevando a cabo una experiencia a través de la cual Mendoza forma parte de una red de parcelas que incluye a quince lugares del país y se extiende de Misiones y Salta hasta Chubut. En función de estas investigaciones, se ha permitido contrastar variedades por su adaptación a cada uno de los diferentes ambientes. A este trabajo, se suma la incorporación de un programa de mejoramiento destinado a seleccionar variedades asilvestradas que se adapten mejor a las características del clima y la tierra de Mendoza.

Frío, calor y agua suficientes: los secretos para atesorar nuevos cultivos

El Pecán se cultiva actualmente, tanto en la región mesopotámica como así también en el centro de Argentina y el noroeste. Las provincias en las que más se desarrolla este incipiente cultivo para Mendoza son principalmente Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Santa Fe y Buenos Aires. En tanto que se ha registrado un incremento sostenido de las plantaciones logradas en Catamarca. Por ello, se estima que el total de territorio cultivado en Argentina es de 11 mil hectáreas. En el caso de Mendoza, hay que decir que si bien esta es una opción para desarrollar en la provincia, en la actualidad no hay plantaciones comerciales de pecán.

El pistacho por su parte, concentra más del 80% de la superficie nacional en San Juan. En Mendoza, en el oasis norte, hay unas 700 hectáreas cultivadas. “Lo interesante del pistacho, es que ha crecido más del 500% la superficie implantada en los últimos cinco años, llegando a unas 7.400 hectáreas cultivadas a nivel nacional”, detallaron los especialistas del INTA al dar cuenta de las potencialidades de este fruto.

Explican los investigadores del INTA- Junín, que en Mendoza, la fruticultura, en especial los frutales de zonas templadas o de hoja caduca, se viene desarrollando históricamente gracias a las características agroclimáticas de estas tierras, las cuales favorecen el crecimiento de este tipo de cultivos. Así, que Mendoza cuente con un clima templado intenso en la estación de verano y bajas temperaturas en el invierno, con escasas precipitaciones en comparación con otros sitios, hace de estas latitudes un escenario óptimo para su cultivo, crecimiento, maduración y cosecha. “Estas son, suficiente frío invernal, veranos cálidos y relativamente secos que evitan gran incidencia de enfermedades”, destacan sin dejar de mencionar la importancia del agua para riego”.

Tal como viene sucediendo de la mano de los cambios climáticos acaecidos en todas las regiones del planeta como consecuencia del cambio climático y el calentamiento global, en un futuro una de las amenazas a las que podrían enfrentarse los productores del sector, tiene que ver con el cambio en las condiciones climáticas. “Esto podría llevar a una menor oferta de frio invernal, veranos más lluviosos y mayor incidencia de eventos climáticos extremos. Esto, en suma, podría perjudicar la producción general”, advierten los especialistas.

Sin embargo, más allá de estos pronósticos más complejos, el equipo de investigadores insistió en el hecho que el principal cuidado a tener en cuenta es que “en los sitios a plantar se cumpla con los requisitos climáticos de acumulación de frio en el inverno y calor en la primavera”. Ello, no solamente en lo que refiere a una especie o variedad de interés comercial sino también de aquella que actúa e interviene como polinizadora”.

Ocurre que en el caso del pistacho, los especialistas en agronomía coinciden en que se trata de una especie que cuenta con flores femeninas y masculinas, cada una en un árbol diferente (diclino dioica). Por eso, para lograr tener producción debe haber coincidencia en la etapa de floración de ambos pies.

El pecán, por su parte, alberga en el mismo árbol flores femeninas por un lado y flores masculinas por el otro (diclino monoica). Éstas últimas son consideradas de primera apertura, por lo que también requieren de la presencia de flores masculinas, cuya apertura debe coincidir con la floración femenina. Sólo de este modo es posible que se produzca la polinización y por lo tanto, haya producción. Por estas características, el pecán es considerada una planta similar al nogal.

Respecto de los cuidados específicos que requiere una y otra especie, los investigadores señalan que existen algunas particularidades en relación a los procesos de seguimiento en el crecimiento, fertilización y consumo de agua. “Por ejemplo, el pistacho tolera relativamente bien cierto nivel de salinidad mientras que el pecán es más exigente en nutrición con Zinc y recurso hídrico. No obstante, ambos cultivos tienen la potencialidad de una mecanización integral y bajos requerimientos de poda, lo que los hace atractivos para inversiones”, destacaron los expertos.

Detallaron además que la mayor desventaja de estos cultivos es su lenta entrada en producción. Para ambos casos se da entre el quinto y séptimo año, llegando a volúmenes considerables entre el octavo y décimo año. “Puede lograrse una precocidad mayor (es decir, una entrada en producción anticipada) en pistacho si se maneja adecuadamente la poda. No obstante, el productor debe esperar ese tiempo para tener un retorno económico, y además realza la importancia de manejar correctamente el cultivo para que ese tiempo improductivo no se prolongue”, aclaran los investigadores del INTA.

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Lo cierto es que tanto el pistacho como el pecán son consumidos como fruto seco y tienen la ventaja de ser productos actualmente demandados por el mercado debido a su alto valor nutritivo y asociación con una alimentación saludable. “Se pueden incluso ofrecer en diferentes formas de consumo (pelados, tostados, con sal, con chocolate o caramelizado para el pecán, etc.). Actualmente, se incrementó el uso del pistacho en la pastelería y producción de helados, lo que abre un mercado de mayor volumen. En el caso del pecán, a partir del aceite de la nuez se derivan también productos cosméticos”, explican los especialistas al profundizar en las diferentes aplicaciones que pueden tener estos cultivos y por lo tanto, el destino que se les da dentro de plano de los negocios.

Frutos secos: un mercado que se expande

Manuel Viera es el coordinador de la Asociación Frutos Secos de Mendoza, entidad integrada por más de 65 productores. Según detalló el ingeniero agrónomo, en la actualidad, ese total de productores nuclea a 2.200 hectáreas de cultivos de nogal, almendros y pistacho. En tanto que en el caso del pecán, aclaró, en la provincia aún no hay plantaciones. “Sin embargo, esto no quita que esta posibilidad se evalúe y que sea posible desarrollarlo en algún momento”, expresó Viera, quien en su exposición efectuada en el marco del Encuentro Internacional de Frutos Secos que se desarrolló en noviembre pasado que justamente es este sector de los productores a nivel nacional el que ha logrado forjar un mercado local fuerte y un mercado de exportación con presencia estable en 18 provincias productoras de frutos secos en el país. En tanto que a nivel nacional el fruto seco por excelencia es la nuez junto a la almendra. Luego se ubican el pistacho y el pecán, cuyo paso se abre de la mano de nuevas experiencias presentes y que podrían proyectarse en un futuro.

De acuerdo a los datos publicados por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, “en Argentina existen aproximadamente 30.000 hectáreas implantadas con frutos secos, de las cuales las principales especies son el nogal, el almendro, el avellano y más recientemente, el pistacho”.

En todos los casos, se trata de producciones con alta relevancia económica y social en la región, y que cuyos niveles de volúmenes se encuentran en expansión. En tanto que el crecimiento de la actividad ha promovido la conformación de diferentes tipos de organizaciones y asociaciones que permiten el desarrollo sectorial. El trabajo conjunto con los equipos de profesionales que integran en diferentes regiones a esta área de promoción e investigación, ha facilitado la detección de demandas y la transferencia de nuevas tecnologías.

Dicha dinámica puede vislumbrarse a través de lo actuado con la Asociación de Frutos Secos de Mendoza. En INTA- La Consulta y en dos fincas comerciales -por ejemplo- se implantaron colecciones para la evaluación de variedades de almendro, nogal, avellano y pistacho. Los estudios realizados en las colecciones permitieron diseñar prácticas de manejo del cultivo, determinar cultivares localmente adaptados y que se postularon como la clave para la generación de mapas de zonificación.

Mendoza es la principal provincia productora de nuez en Argentina. Foto: Claudio Gutierrez - Los Andes
Mendoza es la principal provincia productora de nuez en Argentina. Foto: Claudio Gutierrez -  Los Andes
Mendoza es la principal provincia productora de nuez en Argentina. Foto: Claudio Gutierrez - Los Andes

Traccionada por el consumo, fomentado a su vez por los beneficios nutricionales que guarda, la nuez ha ganado terreno de manera significativa en los últimos años. Explicó en este sentido Viera que mientras que en 2010 Mendoza contaba con unas 2.300 hectáreas de nogales, hacia 2016 esa expansión llegó a las 5.200 hectáreas para llegar a una superficie de 6.500 hectáreas en 2024.

Si queremos pensar en innovar hay que estar en sintonía con las tendencias mundiales y proyectar cultivos que se puedan mecanizar”, recomendó Viera, quien cuenta con larga trayectoria en la temática de los frutos secos. De hecho, aclaró que esta posibilidad de mecanización debería ser la premisa de todos los nuevos cultivos que se desee fortalecer. Justamente, los frutos secos son lo que cuentan con una mayor factibilidad para mecanizar su cosecha. Así, en la actualidad, las nuevas tecnologías son las que han permitido hacer evolucionar esta producción que busca situarse para acrecentar sus mercados, tanto interno como externo. “En 2024 Mendoza pudo exportar nuez con cáscara principalmente a Europa y Medio Oriente. En tanto que la nuez pelada se situó con demanda óptima en Brasil”, detalló el especialista e investigador.

Agregó que en el caso de la almendra, en Argentina se consume más de los volúmenes que se producen, por lo cual es un producto que se exporta dependiendo del nivel de demanda en el mercado nacional. En tanto que el pistacho tiene un menor margen de consumo, aunque poco a poco se abre paso en el mercado. Justamente, describe Viera, se trata de una planta que presenta un crecimiento que requiere de varios años de crecimiento y por lo tanto, los suelos en los cuales se cultive deben ser los adecuados. De lo contrario, las inversiones que se realicen en este sentido, podrían verse afectadas.

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