La ciruela quiere dar el salto desde Mendoza y llegar directo a China
En la actualidad se exporta al gigante asiático de manera indirecta a través de Chile, que compra las ciruelas secas a Mendoza y luego las comercializa.
Nutritivo. Este fruto ofrece grandes beneficios para la salud, sobre todo para el sistema intestinal.
Mendoza lidera las exportaciones argentinas de ciruela para industria (deshidratada o seca), y la producción se concentra en el oasis sur provincial, especialmente en los departamentos de General Alvear y San Rafael. El año pasado se despacharon al exterior 18.800 toneladas de ciruela seca con destino a Chile, Estados Unidos y Brasil.
La época de cosecha de las 10.500 hectáreas de ciruela para industria que se producen en Mendoza se extiende desde mediados de enero hasta febrero. Para su conservación se recurre al desecado o deshidratación, un método que, si bien modifica características como el sabor, textura, forma y color, además de sustancias volátiles como el aroma, permite extender su período de comercialización.
La variedad estrella es la D'Agen, ideal para el tratamiento de secado, lo que más se exporta.
Las cifras de la actividad
El sector está formado por en su mayoría por pequeños emprendimientos de 3 a 10 hectáreas hasta grandes terrenos de 300 hectáreas. Genera alrededor de 12 mil puestos de trabajo directos e ingresan a la economía mendocina entre 60 y 70 millones de dólares por año.
Vale recordar que casi, el 98% de la fruta que se produce se destina a la deshidratación. En el 2024, la provincia logró cosechar un récord histórico con 97.728 toneladas frescas, lo que se traduce en unas 32 mil toneladas secas. Mientras que el promedio histórico es de unas 87.117 toneladas.
Pero las cifras de exportación podrían crecer aún más si se logra vender en forma directa a China, un mercado con gran potencial de consumo de frutos como la ciruela. Por eso, los productores y los actores del sector en general se entusiasman con la posibilidad de alcanzar un acuerdo fitosanitario con el gigante asiático, lo que ampliaría considerablemente el volumen de los envíos.
Por ahora, el intermediario del negocio con China es Chile, que compra ciruelas a Mendoza y luego las exporta a Asia. Para aclarar el tema: Argentina exporta indirectamente a China a través de Chile, porque los compradores chinos exigen el método de 'secado en horno', una práctica que se realiza en nuestro país a diferencia del secado se hace sobre la tierra, método que emplea el país trasandino.
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En Mendoza, el sector de la ciruela genera unos 12 mil puestos de trabajo en forma directa.
Un acuerdo importante con China
"Podemos hablar de otra situación si logramos exportar de forma directa a China. Tenemos acuerdos pendientes por firmar y, si bien ellos aplican aranceles altos, igualmente no quedaríamos fuera de ese mercado porque son grandes consumidores de fruta y manejan un volumen de compra muy importante", comentó Oscar Morbidelli, Gerente de la Asociación Argentina para la Ciruela Industria (AACI) y vocal titular del Clúster de Mendoza.
"Si todo se pone en orden podemos abrir el mercado de China, que para el futuro de nuestra ciruela sería muy prometedor. Es una plaza muy interesante y está demandando mucho el producto", señaló Morbidelli. Quien añadió que de ser así las exportaciones se multiplicarían por dos o por cuatro "a muy buenos precios, incluso para el productor. No hay techo en este sentido".
El referente también habló de los inconvenientes que tienen a la hora de exportar a nuevos destinos. "En el corto plazo, esperamos ver lo que sucederá con la Unión Europea, un mercado muy importante. Queremos destrabar el arancel de importación que tienen los europeos con las frutas argentina. Nos pondría en igualdad de condiciones con Chile".
"Otro mercado a trabajar a futuro es el de México y Estados Unidos, grandes consumidores de ciruelas". A esto se suma, según Morbidelli, las barreras arancelarias y no tener acuerdos de libre comercio con otros países, como tienen otros competidores de la región.
Una cita muy esperada
En enero de 2026 está prevista una auditoria con representantes chinos para habilitar la exportación los frutos frescos de carozo, como durazno, damasco, ciruela, entre otros. "Esperamos esa reunión y tenemos confianza en pasar la prueba que ellos piden", destacó.
El año pasado Chile importó de fruto fresco 50 mil toneladas, todo de nuestra cosecha. Es otro tema de interés que seguimos de cerca ya que, por ejemplo, en algunos casos se hacen cargo hasta de la cosecha, es decir se hace cargo el importador, eso por supuesto es lo que pasa en Chile".
En cuanto a la situación local, el referente de AACI, aseguró que la producción aparentemente se encuentra mejor que el año pasado. "Ahora no tenemos pronóstico oficial como teníamos antes, lamentablemente no hay nada oficial, pero aparenta estar un poco mejor. El año pasado no fue de los mejores años y este aparenta estar mejor, alrededor de un 25% más. El año pasado se cosecharon 50 mil toneladas frescas y ahora podríamos llegar a 70 mil, aproximadamente, hay que pasar el clima también eso es muy importante para hablar de producción".
A modo de síntesis, dijo: "El sector este año los que cosecharon están bien, los que lograron secar el producto están muy bien, y lo que no cosecharon mal, por supuesto, El segundo eslabón, el exportador le ha ido muy bien. Han vendido mucho e incluso ha faltado mercadería".
Un consumo estable de fruta
El mercado interno de la ciruela de consumo en Argentina es estable en términos de cantidad y no muy grande, en virtud de la oferta que hay cada año.
La mayor proporción de las ciruelas se exporta, siendo el mercado principal Brasil, el país más consistente en consumo de ciruelas de Argentina en los últimos 20 años. Luego se encuentra Chile que reprocesa y envía a otros mercados, Estados Unidos y España, entre los principales.
El productor y referente del sector, Francisco Araujo, comentó que la producción de este año términos generales y por segundo año consecutivo viene de moderada a baja, por diferentes motivos. "Entiendo sobre todo que por el tema climático no se espera una producción abundante de ciruelas a febrero 2026. En Mendoza luego del último censo hace 4 años se
determinó que hay aproximadamente 10 mil hectáreas de ciruelas, siempre hablando de la ciruela para secar la D'Agen, y actualmente se estima que hay entre 8 y 9 mil hectáreas porque ha habido erradicación de algunos montes debido a la baja rentabilidad que tiene el cultivo".
Aclaró que, con respecto a la baja rentabilidad, "me refiero en términos generales con el nivel de productividad y los precios que hubo en los últimos años. Ha habido superficie que se ha erradicado y eso nos afecta".
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El fruto fresco se comercializa poco, pero China también está interesado en las frutas de carozo.
La tecnología, clave para seguir produciendo
Destacó el esfuerzo y el buen trabajo que se está realizando en el sur, con un impacto importante en General Alvear y San Rafael.
“Aquellos modelos productivos que están pudiendo alcanzar un nivel de producción aceptable han incorporado tecnología para lograrlo. No solo se están manteniendo, sino que están creciendo. La proyección para el año que viene debe analizarse desde varios factores. Es imposible predecir cómo será, pero hay indicadores que se pueden tener en cuenta.
Argentina no tiene stock de enlace, es decir, reservas de ciruelas guardadas. Va a ingresar a 2026 con muy poco inventario, lo que hace que el mercado se encuentre sano, sin interferencias por exceso de oferta, como ocurre, por ejemplo, en el sector vitivinícola. Es muy importante saber que el año que viene se va a vender lo que se coseche. Tengo la sensación de que, si las variables a nivel mundial se mantienen estables, la ciruela que se produzca en Argentina el próximo año se venderá sin dificultad y con precios de aceptables a buenos”.
También destacó las ventajas que representaría exportar a China, debido a la alta demanda y al volumen de negocio, que resulta por demás interesante. Afirmó que actualmente Argentina tiene listo para la firma el acuerdo fitosanitario que permitiría exportar de forma directa.
“Es una oportunidad muy valiosa. Otro punto muy interesante sería, en el corto plazo, avanzar en acuerdos con países europeos”.
En referencia a la situación actual, señaló que “aquellos productores que tengan un nivel de productividad aceptable en este ciclo seguramente obtendrán precios razonables y podrán sostener sus cultivos. En cambio, a quienes vienen de malas cosechas se les hace más difícil mantener el negocio”.
Un apoyo institucional para seguir creciendo
El área de Deshidratado de Frutas y Hortalizas de INTA Rama Caída impulsa investigación, desarrollo e innovación para optimizar procesos, mejorar la calidad de los alimentos y aportar valor agregado a la producción regional, ofreciendo información actualizada y servicios que fortalecen la competitividad del sector industrial y productivo. “Actualmente, se observa una creciente tendencia de los consumidores a elegir alimentos asociados a la salud, el bienestar y a una mejor calidad de vida. Existen muchos alimentos naturales o procesados que, además de satisfacer las necesidades nutricionales básicas, proporcionan beneficios para la salud o reducen el riesgo de padecer enfermedades, estos alimentos se conocen como “alimentos funcionales”, dicen desde la institución. Existen muchos alimentos naturales o procesados que, además de satisfacer las necesidades nutricionales básicas, proporcionan beneficios para la salud o reducen el riesgo de padecer enfermedades, estos alimentos se conocen como “alimentos funcionales”, dicen los especialistas.
La ciruela (Prunus domestica) variedad d’Agen se considera un alimento funcional debido a que contiene flavonoides y ácidos fenólicos que, además de contribuir en el aroma y color del fruto, actúan como antioxidantes en el organismo capturando radicales libres e inhibiendo mecanismos de oxidación.
Durante la etapa de secado al sol o deshidratación en horno de la ciruela, se degradan los compuestos antioxidantes, disminuyendo el valor nutricional y beneficioso del fruto.
"Los flavonoides y fenoles presentes en la ciruela se reducen aproximadamente 2 veces más cuando se secan al sol con respecto a la deshidratación en horno. A su vez, el color de la pulpa presenta menor luminosidad y tonalidad amarilla en las ciruelas secadas al sol que las deshidratadas en horno, indica un informe, donde estuvo presente Paola Urfalino, ingeniera química y doctora en alimentos del INTA Rama Caída, quien ha trabajado de cerca con las industrias y los productores de ciruela en Mendoza.
Ventajas de la variedad que más se exporta
La ciruela para industria o ciruelo europeo (Prunus doméstica) es una especie originaria de Asia y Europa, que pertenece al grupo de frutales de carozo. La principal variedad cultivada comercialmente, extendida en todas las zonas productoras del mundo es la D’Agen, destinada al deshidratado (o producción de ciruelas pasas).
Entre las ventajas de cultivo que se pueden mencionar es de fácil adaptación a distintas condiciones de suelo, floración tardía, lo que disminuye el riesgo de daños por heladas y la facilidad de mecanizar distintas labores culturales. El fruto maduro es de forma oblonga u ovoide, tamaño medio, de piel de color violáceo oscuro y pulpa amarilla dorada.
La época de cosecha de la ciruela para industria en Mendoza se extiende desde mediados de enero hasta febrero y de acuerdo a las características especiales y al corto período de conservación en post cosecha, se recurre al desecado o deshidratación como método de conservación, que, si bien modifica sus características organolépticas como el sabor, textura, forma y color, debido a una concentración principalmente de azúcares y a la pérdida de sustancias volátiles como aromas, se logra extender su período de comercialización.
Otro de los puntos importantes para tener en cuenta, es la inestabilidad en la producción de un año a otro. “Este fenómeno se da por las contingencias climáticas que afectan los volúmenes de cosecha, dificultando la financiación de los productores. Esto genera un manejo inadecuado y/o insuficiente del cultivo, en donde no se realizan las tareas rutinarias para mantener la vida útil del mismo y obtener producciones rentables que les permitan reinvertir en el monte frutal. Este círculo vicioso es difícil de romper, ya que se obtiene cada vez menor rentabilidad y, por ende, realizar menos cantidad de tareas técnicas da como resultado menores producciones y/o fruta de menor calidad”, indica el Manuela de Producción Primaria, del INTA.
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La ciruela deshidratada sin carozo es otra de las variedades que se venden en el mercado.
La importancia de la calidad del riego
La calidad del agua es fundamental para tratar la producción. Las sales disueltas pueden tener efectos directos e indirectos en la producción, por lo que es necesario conocer la presencia en cantidad y tipo de sales disueltas en el agua de riego. Como efectos directos, la presencia de iones como cloruros o sodio pueden provocar toxicidad a nivel de planta. Como efectos indirectos, a medida que aumenta el contenido de sales genera una menor disponibilidad de agua para la absorción desde la planta.
Naturalmente, las sales presentes en el agua de riego no son absorbidas por las raíces de las plantas al tomar agua, permaneciendo allí después que ocurre este proceso. A medida que se repite ese proceso, las sales se acumulan en el perfil de suelo humedecido y de no ser removidas pueden incrementar su concentración a niveles perjudiciales para el cultivo. Para evitar esto, debe considerarse en el manejo del riego un aporte extra de agua que permita la disolución de las sales presentes y el arrastre de estas a profundidades mayores que la zona radical, esto se conoce como “requerimiento de lixiviación”.
Un trabajo que da frutos
El cultivo de la ciruela para industria, comparada con otras especies frutales, insume tradicional mente en su manejo anual, menos horas de trabajo, ya que en general se realiza una poda suave y no se realiza raleo.
Con el fin de optimizar la producción, tanto en cantidad como calidad, la tendencia actual es aumentar la intensidad de las labores.
La poda invernal
La poda es una práctica tendiente a regular la carga frutal. Por medio del aclareo de la copa y la consecuente iluminación, se mejora la diferenciación de yemas frutales y evita el envejecimiento de madera y a través de la eliminación de elementos de fructificación, se regula la cantidad y calibre de la fruta obtenida.