5 de diciembre de 2025 - 14:06

La contundente opinión de Michel Rolland sobre el vino sin alcohol y el futuro de la bebida nacional

En una charla distendida, el reconocido enólogo aportó su mirada sobre el futuro del vino, la crisis actual y las nuevas tendencias.

El reconocido enólogo Michel Rolland, referente de Clos de los Siete, conversó con una docena de periodistas junto a Beatriz Barbera, una de las socias propietarias de Francesco Ristorante de Mendoza. El espacio exaltó los puentes culturales entre Francia, Argentina e Italia al tiempo que buscó mostrar las experiencias, anécdotas y opiniones de Rolland, quien tiene nombre propio en la vitivinicultura mundial.

De hecho, según relató Ramiro Barrios, gerente de Clos de los Siete, se realizó una encuesta a consumidores de distintas partes del mundo para hacer un ranking de los mejores vinos. “Entre los 10 más votados, hay nueve de los que Michel es o consultor o hacedor”, comentó. Es que Rolland no es solo creador de vinos de altísimo nivel sino que también ha asesorado a bodegas prestigiosas y personalidades tanto en Argentina como en el resto del mundo.

El enólogo francés se mostró tal cual es: descontracturado, sincero y sin pretensiones. Habló de las nuevas tendencias y de la situación general de la vitivinicultura argentina. También se refirió a la situación de los emergentes, de cómo ve el vino argentino hacia el futuro y relató anécdotas de sus primeros acercamientos a la vitivinicultura nacional. Con relación a las desregulaciones actuales, expresó que creen que quienes apuestan a la calidad van a elegir permanecer con el certificado de ingreso de uvas (CIU) ya que es lo que garantiza la trazabilidad y calidad de los productos.

El problema no es el alcohol

“El alcohol es problema del alcohol y si uno no se quiere emborrachar rápido hay que tomar menos”, expresó Michel Rolland para dar su opinión sobre la última tendencia de vinos desalcoholizados. “El vino es vino y puede tener una gradación de 12,5 o de 16, en función de lo cual uno tiene que elegir”, observó Rolland. Desde su punto de vista, este no es un debate que se de en las bebidas blancas por lo que dio a entender que el vino sin alcohol es una bebida diferente.

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Por otra parte, agregó, el alcohol o no nada tiene que ver con la calidad del vino que es a lo que él apunta. Rolland diferenció los vinos desalcoholizados con la baja en la cantidad de grados ya que existe una tendencia en este sentido. “El buen vino no necesita nada nuevo”, destacó el enólogo. Concedió, sin embargo, que son los consumidores los que tienen la última palabra y quienes son los que orientan las decisiones de las bodegas.

Con relación a esto, Michel Rolland destacó que nunca se tomó tanto whisky o vodka (con altísimas gradaciones alcohólicas) por lo que “no veo por qué el vino no se va a consumir más”. Agregó que es común que las nuevas generaciones se quieran diferenciar de las antecesoras y que está bien que las nuevas generaciones de enólogos prueben cosas buenas. “Si de tendencias hablamos, son los consumidores los que las definen”, comentó.

La crisis mundial y el futuro del vino argentino

En la actualidad, el vino está en crisis ya que a nivel mundial muestra caídas de consumo en casi todo el globo. Con relación a esto, Rolland expresó que “la crisis actual del vino va a pasar”. Agregó: “Tengo 53 años en la vitivinicultura y siempre ha habido crisis”. En este sentido, observó que no se trata de que los jóvenes o la gente no tome vino sino de cómo hacer que el consumo vuelva a subir y de que lo haga más rápido de lo que ha caído. En esta crisis, agregó, hay dos países que han quedado mejor parados. Uno es Italia y esto se debe al impulso que la comida italiana aporta al consumo de vino. Otro es Portugal porque exporta a dos países como son Angola y Brasil y con eso le alcanza.

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Michel Rolland y Beatriz Barbera

Michel Rolland y Beatriz Barbera

En este punto, hubo un paréntesis interesante cuando Rolland habló de los vinos brasileros y de los chinos. Con relación a los primeros expresó que más allá de si son buenos o no, dijo que son los brasileños quienes deben creer que sus productos son de calidad. Y en lo que China respecta, dio a entender que no hay un consumo importante y que la calidad lograda deja mucho que desear.

En tanto, al hablar del futuro del vino argentino, Michel Rolland expresó que la bebida nacional solo tiene 25 años. “Argentina es un bebé en el mundo del vino porque cuando la visité por primera vez (año 89) no sabía lo que producía este país ya que no exportaba”, subrayó el enólogo. Agregó que fue a fines de los 90 y principios de los 2000 –de la mano de la crisis- Argentina comenzó a salir al mundo.

En este contexto, el país ha tenido un gran crecimiento golbal y tiene alto potencial para seguir en ese camino. “En mis bodegas digo que en el mundo se toman 200 millones de hectolitros en el mundo y si no somos capaces de vender 30.000 cajas de vino deberíamos dedicarnos a otra cosa”, bromeó Rolland; un enólogo rupturista y de vanguardia.

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