10 de mayo de 2025 - 00:00

Crece la ganadería con una estrategia de reconversión productiva

Con mejoras genéticas sostenidas, incentivos fiscales, nuevos sistemas de riego y un cambio progresivo en el uso del suelo, la ganadería bovina gana terreno en la provincia.

Mientras Mendoza discute un cambio de su matriz productiva, la ganadería, si bien de momento no ocupa un rol central, se encamina a paso firme a ganar un lugar preponderante en un futuro no muy distante. Actividad en franco crecimiento, si bien lejos de ser masiva, supo acumular una carga cualitativa enorme durante las últimas cuatro décadas.

Con mejoras genéticas constantes que redundaron, en opinión de los especialistas en la materia, en una calidad final del producto que nada tiene que envidiar a las zonas productivas por excelencia del país, como La Pampa Húmeda.

Parte de un profundo cambio de paradigma que empezó con algunos productores aislados que fueron multiplicándose con los años, sumado a un recambio generacional que aún es incipiente pero ya marca tendencia, dedicarse a la ganadería hoy es visto como una de las opciones posibles, y con un techo todavía muy lejano, para lograr un crecimiento económico que impulse los números provinciales.

La clave, en palabras del ministro de la Producción mendocino, Rodolfo Vargas Arizu, radica en el reacomodamiento de la macroeconomía nacional y la baja de la inflación.

“Cuando la inflación es alta, los negocios deben ser spot. Por eso el comercio crece cuando hay inflación, porque comprás y vendés de contado. En la medida que baja y el país se hace más creíble, los negocios son a largo plazo y te permiten una forma de trabajo de calidad. Porque no estás pensando en lo inmediato, sino a 20 años, como se hace en la vitivinicultura” señaló.

“Cuando se empieza a arreglar lo macro, baja la inflación, el crédito empieza a fluir, las exportaciones se liberan, no hay retenciones a la exportación de las economías regionales y permite eliminar los impuestos distorsivos como ingresos brutos, el débito y crédito bancario, el impuesto a las ganancias y un montón sellos como el 931” argumentó.

El titular de la cartera productiva destacó además las obras que emprendió el gobierno en los últimos años, específicas para el desarrollo ganadero. “Se hicieron los acueductos, que abastecen a muchos animales en 500.000 hectáreas, eso es un proceso que lleva a tiempo y por eso todavía los números son tan magros” mencionó, puesto que “producir un ternero es más o menos como una botella de vino reserva. Son tres años. Hay que elaborar el vino, meterlo en la barrica, dejarlo estacionar no menos de un año en la botella y recién ahí tenés un vino reserva de prestigio. El ternero más o menos igual. Tenés que invertir durante tres años hasta ver ganancias. Hacia allí nos proyectamos” indicó el ministro.

En tal sentido, una herramienta transcendental que destacó el presidente del Cluster Ganadero de Mendoza y titular de la específica de ganadería de la Cámara de Comercio de San Rafael, Eduardo López, es el Plan de Mejora 2030 al que apunta la entidad que comanda. Su objetivo es llegar a producir 150.000 cabezas por año en la provincia y cubrir así el 30% de lo que hoy se consume en el mercado interno mendocino.

“Se puso en marcha en 2024 con cuatro foros. Es un plan para aumentar la productividad, ya que muchos terneros salen a engorde a otras provincias y luego reingresan, pero faenados” explicó.

Para ello, López sostiene que la ley 7.074 fue de vital importancia, porque proveyó el incentivo necesario al productor para que retenga y engorde en Mendoza, subsidiando parte de los costos. Mediante la misma, el gobierno aporta el 10% de los kilos que se engordan en el territorio. “Cuando se empezó a implementar, se engordaban 5.000 cabezas al año, hoy son 50.000. Luego se sumaron otras herramientas muy útiles. La última fue el Plan de Destete Precoz, que ayuda a retener en el campo y permite incrementar los índices de preñez. A eso se apunta, a una mejora integral del circuito productivo” subrayó López.

Lo cierto es que la matriz ganadera que se ha venido generando los últimos cinco años, ha impulsado a su vez una reconversión de la agricultura tradicional de viñedos o frutales a la producción de pasturas y forrajes para ganado.

Allí se conjugan varios factores, en principio, el climático que, sequía mediante en La Pampa Húmeda, provocó un “corrimiento” de la cría de ganado hacia Mendoza, San Luis y La Pampa, sumado al incremento de la siembra de leguminosas por su elevado rendimiento económico.

Eso permitió a su vez el crecimiento de la cría bovina y la aparición de feedlots en zonas áridas, además de implementar la cría bajo riego y el cultivo de alimento para esas cabezas. Entonces muchas fincas se sumaron a la siembra de alfalfa, maíz, sorgo y avena, lo que permite contar con alimento acumulado para ocasiones extremas.

“En el secano, a raíz de las problemáticas que sufren las producciones tradicionales como la fruticultura y la horticultura, y los factores climáticos como las heladas y el granizo, las rentabilidades no han sido las esperadas o fueron muy cíclicas, con 10 años muy buenos y 10 muy malos. El productor ya no pudo soportar esa montaña rusa, no tuvo la capacidad económica para poder hacer frente a las inclemencias y optó por reconvertir a cultivos que le generen mayor estabilidad y menor riesgo como la alfalfa, o forrajeras como maíz, sorgos y pasturas de invierno” expresó el presidente de la Cámara de Comercio de Alvear, Ramiro Labay.

“Que ha venido ganando terreno es una cuestión empírica. Aunque no hay un relevamiento fehaciente, hoy cada vez se ve más alfalfa y más vacas en fincas donde antes había frutales. Igual, falta mucho, hay que mejorar y ser muy eficientes con los recursos hídricos, que es la clave, además de financieramente y en los procesos, pero toda esta combinación de la producción de terneros en el secano con la generación de alimentos en la zona irrigada, es lo que creemos que va a llevar a la ganadería en Mendoza a un escalón más alto y salir de ese 10 a 12% que producimos para autoconsumo” enfatizó Labay.

Por su parte, el delegado de la zona Sur del Ministerio de la Producción y ex presidente de la Cámara de Alvear, Andrés Vavrik, sumó un enfoque crítico. “Me preocupa que nos hemos orientado mucho en el dato del autoabastecimiento que ronda 11%, pero eso lo aparto porque forma parte de la proyección. Los que no nos podemos permitir en Mendoza, siendo criadores por excelencia, es manejar los índices de destete que estamos manejando, en general con niveles inferiores al 60%, cuando deberíamos estar por encima del 80%” protestó.

Para Vavrik, el motivo primario es que el secano viene relegado en cuanto a mejoras tecnológicas. “Son extensiones de tierra muy grandes en las que, para mejorar los índices, hay que apotrerar, hacer cuadros más chicos, y las inversiones en alambrados y en boyeros son enormes. Entonces no se ha ido acompañando con esas inversiones para que mejoren los índices en la cría” fundamentó.

En principio, dice que el origen debe ser “tranqueras adentro” por parte del propio productor, pero también del estado que debe enfocarse en la conectividad, principalmente en los caminos, en comunicaciones y seguridad rural. “Hay un tema generacional, necesitamos que más gente joven ingrese al negocio porque para que realmente los números mejoren, tenemos que perfeccionarnos y hay mucho por estudiar y aprender en cuanto al manejo de la vaca. Eso va de la mano con las mejoras tecnológicas” agregó y citó que “hay casos aislados de éxito, donde se están logrando porcentajes del 80 y 90% en La Paz, San Rafael y Alvear. Quiere decir que no es imposible” acentuó.

Pero implementar esas mejoras implica una inversión que no muchos pueden afrontar. Según Eduardo López, “se requiere mayor financiamiento, principalmente para la instalación de sistemas de riego automatizado, por ejemplo, pero los costos oscilan entre los 4.500 a 6.000 dólares por hectárea y son privativos para muchos emprendedores. Lo ideal sería contar con líneas diferenciadas para pequeños, medianos y grandes productores. Todavía resta afinar esas palancas, pero seguimos trabajando en eso” sentenció.

Ganaderia y forraje JPG
La faena en Mendoza creció un 5% en 2024, alcanzando 358.170 cabezas, según datos de la Dirección de Ganadería de la provincia.

La faena en Mendoza creció un 5% en 2024, alcanzando 358.170 cabezas, según datos de la Dirección de Ganadería de la provincia.

Ganadería: Mejora cualitativa, escasez de comida

“Desde que inició la Fiesta de la Ganadería en 1981, se trabajó con genetistas, veterinarios y especialistas apuntando a la mejora genética. El resultado fue excelente, pero ahora hay que generar el alimento” aportó Labay.

“En Alvear hay muchos minifundios, las fincas son muy pequeñas, entonces es difícil tener grandes extensiones con alfalfa, maíz o sorgo para forraje, o meterlo en un silo de bolsa. Es muy incipiente todavía” explicó.

Para el ministro Vargas Arizu, en tanto, se trata de retornar a los orígenes. “En 1920, en Villa Atuel había 6000 hectáreas, 4.000 eran de viñedos y 2.000 de campo para ganadería, porque había que darle de comer a la gente. Hoy los números son malos, pero la perspectiva es buena y lo que mueve una economía son las expectativas, porque ponen a trabajar a los capitales y a los bancos en otorgar créditos con tasas bajas y proyecciones más largas, así que la ganadería, sin lugar a dudas; va a ser parte de la recuperación de esa matriz productiva” estableció.

Exportaciones, apertura y realidades

Según Vavrik, Mendoza tiene sobradas cualidades para producir carne de primera e ingresar a otro tipo de mercados. “Logísticamente estamos en un lugar privilegiado, donde en pocas horas podemos llegar a un puerto del Pacífico para ir a los mercados donde se requieren estos productos, o sea que no es algo descabellado” y en la misma línea, Labay agregó que “cada uno tiene su nicho y básicamente no compite con el otro. Cuota Hilton es un novillo de muchos kilos, que acá no lo comemos. En el mercado interno consumimos un novillo liviano de 360 o 380 kilos. Mientras más exportaciones haya, más se va a producir para esos nichos, y mientras siga aumentando el poder adquisitivo del consumidor, se van a producir más animales para el consumo local”.

A su vez, Vargas Arizu añadió que “la carne vacuna estaba subsidiada en Argentina, por energía, por transporte, etcétera”. A ello hay que sumar que como se prohibía exportarla, se perdieron muchas cabezas. “Si queremos hacer una industria de la ganadería, deberíamos exportar lo mejor y comer costillas, que son muy ricas, u otro tipo de cortes. Es como si en la bodega tomáramos los mejores vinos y no, los mejores vinos son para vender” ejemplificó, “y si queremos tomar el mejor vino o comer el mejor corte, como el filet, hay que pagar lo que realmente vale” afirmó.

“Con la línea populista del gobierno anterior, básicamente teníamos restringidas las exportaciones de carne, había siete cortes populares que estaban prohibidos, entonces eso llevaba a que toda la carne no saliera y se quedara en el mercado interno. En el corto plazo el precio era bajo, pero producía un desaliento productivo. Nadie quería producir carne. Eran medidas totalmente coyunturales y no estructurales, que no generan previsibilidad” destacó Labay.

Para aceitar esas vías de salida, se vuelve crucial seguir mejorando la infraestructura de los pasos a Chile, Pehuenche y Cristo Redentor, además de avanzar con el proyecto de Las Leñas, en San Rafael, que conectaría directamente con Rancagua mediante un túnel de 13 kilómetros. “Obviamente se tiene que ir hacia eso, tenemos que descomprimir Libertadores y lograr que los tres pasos sean una opción” añadió Vavrik.

Temporada 2025, proyecciones y desafíos

De cara a la temporada en curso, el presidente de la Cámara alvearense apuntó que las condiciones son favorables. “El clima ayudó mucho este año y las perspectivas macro vienen mejor también. El reacomodamiento del dólar y la salida del cepo cambiario nos va a permitir ser más competitivos, después, si la inflación sigue descendiendo como estimamos, si se mantiene un equilibrio o superávit fiscal y empiezan a descender los impuestos, vamos a serlo cada vez más” expresó Labay.

“Que la temporada de lluvias sea buena por segundo año consecutivo, sobre todo en relación a la sequía que padecimos la última década, es un gran alivio que permite trabajar mejor los campos y aumentar los índices de preñez. Los precios son más aceptables, aunque se mantiene el desfasaje histórico con respecto a los costos de los insumos que están dolarizados y el precio que se paga por la producción, que está pesificado” indicó por su parte el titular del Cluster.

Sobre este contexto, Vargas Arizu esgrimió que “básicamente es un acto de fe, porque estamos en un camino que apenas lleva un año y medio y en Argentina, en un año puede pasar cualquier cosa. Pero tengo esperanza porque nunca vi un presidente que redoblara la apuesta de un ministro de economía, al contrario. Siempre que el ministro presentaba buenos planes, o tal vez no, los presidentes de turno decían ‘no, espera un poquito’. Que la política, que las elecciones… Y por un motivo u otro, frenaban una buena iniciativa. Eso en este gobierno no se ha visto y Milei, a dos meses de una elección, sigue gestionando. Ese es el cambio. Quizás el trato no nos gusta, pero los resultados son buenos”.

Para Labay “la ganadería es una competencia perfecta que se rige por la oferta y la demanda, no tiene altibajos ni permite especulaciones, porque el mercado te regula”.

En cuanto a los precios que se pagan por el kilo vivo y el que llega a la góndola para el consumidor final, dice, la ecuación es sencilla. “Normalmente esa cuenta se multiplica por cuatro. El precio de la carne no lo hace solamente el animal, sino también el resto de los procesos. Fletes, servicios, agua, luz, gas e impuestos, entre otros” y allí va en el mismo sentido que el ministro de Producción, en cuanto a la esperanza de que se empiece a notar una mejoría precisamente sobre las cargas tributarias.

Para Andrés Vavrik, el camino a seguir en el futuro es claro. “Tenemos extensiones gigantescas de tierra con derecho a riego que son aptas para la producción agroganadera y hoy ni siquiera están en uso. Cuando uno ve los valores de la hectárea y los compara con la Pampa Húmeda, son prácticamente irrisorios. Y ya hemos visto que, aplicando la tecnología en el riego, los rendimientos que se logran son magníficos” sostuvo. De cara al porvenir, manifestó que “hay una ventana de oportunidad por esas tierras abandonadas y otra que aparece es la reconversión agrícola que debe hacerse en algunas zonas de Mendoza, apuntando a la ganadería o al forraje”.

En opinión del ministro, todo radica en “dónde se va a ubicar Argentina en el mundo” y ratifica su apoyo al modelo económico que se está implementando como única salida.

“Si se ubica del lado de los comunistas y vamos con Venezuela o Cuba, o vamos del lado de Estados Unidos y Europa. Hoy no se no se duda, Argentina se alinea con los primeros países del mundo. Y en los próximos ocho años llegaríamos a tener una base que le permita al mercado ganadero tener un desarrollo en lo cualitativo y en lo cuantitativo que le permita afianzarse en una base muy superior”. De esta forma, sostiene que dentro de ocho años seguiremos teniendo problemas, pero de una calidad superior. “Es como la calidad de los problemas de los pobres y de los ricos: el pobre no llega a fin de mes, el rico no puede cambiar el auto. Bueno, esa es la diferencia donde crece el ser humano, crecen las provincias, crecen las naciones” concluyó.

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