Siguiendo estos trucos, las papas hervidas pueden dejar de ser un simple acompañamiento para convertirse en un elemento clave de la cocina casera.
Las papas son un ingrediente clave en la cocina de muchos hogares, donde son las protagonistas de recetas emblemáticas como la tortilla y el puré. Aunque la mayoría de las personas opta por hervirlas en agua con sal, existe un truco cada vez más popular que mejora notablemente su sabor. Todo depende del líquido de cocción que se utilice.
En lugar de recurrir solo al agua, se pueden hervir en caldo de verduras, carne o pescado, leche o incluso agua infusionada con especias y hierbas aromáticas. Esto permite que absorban más sabor y se transformen en un acompañamiento mucho más delicioso. Si el plato principal es a base de pescado, hervir las papas en un caldo de marisco puede potenciar todo el conjunto.
Por otro lado, si se busca una textura más cremosa para un puré, hervirlas en leche con especias aportará suavidad sin enmascarar su sabor natural. La leche también añade un toque de dulzura y mejora la untuosidad del puré sin necesidad de recurrir a grandes cantidades de manteca o crema de leche.
Si la preferencia sigue siendo hervirlas en agua, hay formas de potenciar su sabor sin alterar demasiado la técnica tradicional. Incorporar especias y hierbas como romero, tomillo, orégano o cúrcuma no solo enriquece el gusto de las patatas, sino que también les aporta un color más vibrante. Sin embargo, un problema común al hervirlas es que, si se cocinan demasiado tiempo pueden deshacerse.
Para evitarlo, un truco muy sencillo es añadir unas gotas de limón o un chorrito de vinagre al agua de cocción. Estos ingredientes no solo ayudan a mantener su firmeza, sino que también actúan como antioxidantes naturales, evitando que se tornen grisáceas tras la cocción.
Otro aspecto importante a considerar es el almidón. Realizar una correcta limpieza las papas después de pelarlas elimina parte de este componente natural, lo que puede afectar su textura final. Lo ideal es pelarlas y cocinarlas directamente en el líquido elegido para conservar su cremosidad y mejorar su capacidad de absorción de sabores. Asimismo, al sacarlas del agua, es preferible no secarlas con papel absorbente. En su lugar, se recomienda escurrirlas bien y dejarlas reposar unos minutos para que eliminen el exceso de humedad sin perder jugosidad.