13 de febrero de 2025 - 00:05

Evangelio de hoy, 13 de febrero: "Fíjense bien y cuídense de la levadura de los fariseos"

La Palabra de Dios nos ilumina con sabiduría y reflexión. Compartimos el Evangelio de hoy jueves 13 de febrero según el Vaticano.

Discutían entre ellos sobre el hecho de que no tenían panes. Dándose cuenta, les dijo Jesús: ¿Por qué andáis discutiendo que no tenéis pan? ¿Aún no entendéis ni comprendéis? ¿Tenéis el corazón embotado? ¿Tenéis ojos y no veis, tenéis oídos y no oís? ¿No recordáis cuántos cestos de sobras recogisteis cuando repartí cinco panes entre cinco mil?. Vemos la diferencia que hay entre un “corazón embotado”, como el de los discípulos, y un “corazón compasivo” como el del Señor, el que expresa su voluntad.

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Y la voluntad del Señor es la compasión: “Misericordia quiero y no sacrificios”, explica el Pontífice. "Porque un corazón sin compasión es un corazón idolátrico, es un corazón autosuficiente, que avanza sostenido por su propio egoísmo, que se hace fuerte solo con las ideologías".

"Pensemos en los cuatro grupos ideológicos de la época de Jesús: los fariseos, los saduceos, los esenios y los guerrilleros, los zelotes; cuatro grupos que habían endurecido su corazón para llevar a cabo un plan que no era el de Dios, no había lugar para el plan de Dios, no había lugar para la compasión. Cuando el corazón se endurece, se olvida. Se olvida la gracia de la salvación, se olvida la gratuidad, el corazón duro lleva a discusiones, lleva a guerras, lleva al egoísmo, lleva a la destrucción del hermano, porque no hay compasión".

La Palabra de Dios nos brinda mensajes profundos, enseñanzas valiosas y una oportunidad para la reflexión. ”Cuando oramos, Dios abre nuestros ojos, renueva y transforma nuestro corazón, y sana nuestras heridas”. A continuación, compartimos las lecturas correspondientes al jueves 13 de febrero de 2025.

Lectura de la Carta de Santiago

Sant 1, 12-18

Hermanos: Dichoso el hombre que sufre la tentación, porque después de superarla, recibirá en premio la corona de la vida, que Dios ha prometido a los que lo aman.

Que nadie diga, cuando sufre una tentación, que es Dios el que lo tienta, porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni pone él mismo a nadie en tentación. Más bien, cuando alguno es tentado, es su propia concupiscencia la que lo arrastra y lo seduce. La concupiscencia concibe y da a luz al pecado; y el pecado, cuando madura, engendra la muerte.

No se equivoquen, queridos hermanos: Todo beneficio y todo don perfecto viene de lo alto, del creador de la luz, en quien no hay ni cambios ni sombras. Por su propia voluntad nos engendró mediante la palabra de la verdad, para que fuéramos, en cierto modo, primicias de sus creaturas.

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Lectura del evangelio según San Marcos

Mc 8, 14-21

En aquel tiempo, cuando los discípulos iban con Jesús en la barca, se dieron cuenta de que se les había olvidado llevar pan; sólo tenían uno. Jesús les hizo esta advertencia: "Fíjense bien y cuídense de la levadura de los fariseos y de la de Herodes". Entonces ellos comentaban entre sí: "Es que no tenemos panes".

Dándose cuenta de ello, Jesús les dijo: "¿Por qué están comentando que no trajeron panes? ¿Todavía no entienden ni acaban de comprender? ¿Tan embotada está su mente? ¿Para qué tienen ustedes ojos, si no ven, y oídos, si no oyen? ¿No recuerdan cuántos canastos de sobras recogieron, cuando repartí cinco panes entre cinco mil hombres?"

Ellos le contestaron: "Doce". Y añadió: "¿Y cuántos canastos de sobras recogieron cuando repartí siete panes entre cuatro mil?" Le respondieron: "Siete". Entonces él dijo: "¿Y todavía no acaban de comprender?"

Es Palabra de Dios. Gloria a ti, Señor Jesús.

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