Si hay un budín que no falla, que es húmedo, aireado y que combina a la perfección con un café o unos mates, es el budín de zanahoria. Además de ser una opción riquísima, es más nutritivo que otros clásicos porque lleva vegetales y frutos secos, sin perder esa textura esponjosa que todos amamos.
El toque de canela, la ralladura de naranja y las nueces crocantes le dan un sabor espectacular, y si encima lo coronamos con un frosting suave y cremoso, se convierte en una bomba de placer. Ideal para sorprender en la merienda o para hacer y congelar en porciones listas para cualquier antojo.
- 50 g de queso crema
- 50 g de manteca
- 100 g de azúcar impalpable
El paso a paso para lograr un budín perfecto
- Enmantecá y enhariná una budinera grande o un molde savarín para que el budín no se pegue.
- Pelá y rallá las zanahorias finamente. Esto es clave para que se integren bien en la mezcla y aporten humedad.
- En un bowl, colocá los huevos, el aceite, el azúcar, la esencia de vainilla, la ralladura de naranja y la canela. Batí unos minutos hasta que el azúcar se disuelva y la mezcla quede espumosa.
- Agregá la zanahoria rallada y sumá la harina leudante tamizada. Podés reemplazar la harina por común o integral con 2 cucharaditas de polvo de hornear.
- Mezclá con movimientos envolventes hasta integrar bien.
- Incorporá las nueces picadas y mezclá suavemente.
- Verté la mezcla en el molde y llevá a horno precalentado a 170°C por 40 a 45 minutos, o hasta que al insertar un palillo en el centro, salga seco.
- Dejá enfriar 10 minutos en el molde, pasá un cuchillo por los bordes y desmoldá sobre una rejilla.
Cómo hacer el frosting cremoso para decorar el budín
Mientras el budín se enfría, prepará el frosting:
- En un bowl, mezclá la manteca pomada con el azúcar impalpable hasta obtener una crema suave.
- Agregá el queso crema y batí hasta que quede bien homogéneo.
- Esparcí sobre el budín frío y decorá con nueces y escamas de coco.
Tips extra:
- Más húmedo: sumá 2 cucharadas de yogur natural a la mezcla.
- Más crocante: agregá almendras o avellanas en lugar de nueces.
- Más especiado: probá sumarle un toque de jengibre en polvo o nuez moscada.
- Sin frosting: es delicioso solo, pero también podés espolvorearlo con azúcar impalpable.