27 de febrero de 2025 - 13:45

Arqueólogos encontraron un barco hundido de hace 26 siglos en el mar Mediterráneo, lleno de secretos

Arqueología. La historia fenicia aún guarda muchos misterios, y cada nuevo descubrimiento permite reconstruir una parte más de su legado.

La arqueología submarina acaba de sumar un hallazgo histórico: un barco fenicio de 2.600 años de antigüedad fue rescatado de las profundidades en la costa sureste de España. Este descubrimiento podría revelar detalles inéditos sobre el comercio y la navegación de una de las civilizaciones más enigmáticas del Mediterráneo.

Un descubrimiento oculto bajo la arena

El barco, bautizado como Mazarrón II, fue localizado en 1994 cerca de la Playa de la Isla, en Murcia. Durante siglos, permaneció enterrado bajo capas de arena, lo que permitió su conservación. Sin embargo, los cambios en las corrientes marinas y el impacto ambiental hicieron que la estructura quedara expuesta, acelerando su deterioro.

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Descubrimiento. La compleja extracción del barco se realizó en etapas cuidadosamente planificadas para preservar la integridad de cada fragmento de madera. Foto: Ministerio de Cultura de España

Descubrimiento. La compleja extracción del barco se realizó en etapas cuidadosamente planificadas para preservar la integridad de cada fragmento de madera. Foto: Ministerio de Cultura de España

Los arqueólogos decidieron actuar de inmediato para evitar que se perdiera esta pieza clave de la historia. El proceso de recuperación llevó meses de trabajo y cientos de horas de inmersión en el sitio del naufragio.

¿Por qué es tan importante este barco?

El Mazarrón II es uno de los pocos barcos fenicios de su época que se encuentran casi intactos. Los fenicios, expertos comerciantes y navegantes, dominaron el Mediterráneo entre el 1500 y el 300 a.C., estableciendo rutas comerciales que unían el norte de África, Europa y Oriente Medio.

El análisis del pecio permitirá a los especialistas conocer detalles sobre la construcción naval de la época, los materiales utilizados y las técnicas de navegación.

Además, al estudiar su cargamento, los arqueólogos podrán reconstruir parte de la red de intercambio comercial de la civilización fenicia.

Una recuperación meticulosa

El rescate del Mazarrón II no fue sencillo. Un equipo de 14 buzos pasó más de 560 horas bajo el agua, documentando cada detalle de la embarcación.

La estructura, compuesta principalmente de madera, presentaba fisuras y debilitamientos que hicieron necesario extraerla con extremo cuidado.

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Foto: Universitat de València

Foto: Universitat de València

Entre septiembre y noviembre de 2024, los arqueólogos comenzaron a retirar, pieza por pieza, los restos del barco. Todas las partes fueron enviadas al Museo de Arqueología Subacuática de Cartagena, donde serán sometidas a un complejo proceso de conservación.

Se estima que este trabajo demorará al menos cuatro años antes de que el barco pueda exhibirse en un museo.

Cómo se conservará el barco

El primer paso del tratamiento consiste en eliminar la salinidad de la madera para evitar su descomposición. Luego, se rellenarán las grietas con resinas especiales, lo que permitirá reforzar la estructura.

Finalmente, las piezas serán liofilizadas, un proceso que extrae la humedad sin alterar la forma original del material.

Una vez que todo esté listo, los arqueólogos planean reconstruir el barco y exponerlo al público, permitiendo que miles de personas puedan conocer de cerca un testimonio real de la historia fenicia.

Los secretos que esconde el Mazarrón II

Más allá de la embarcación en sí, los investigadores esperan obtener información sobre la ruta comercial que recorría el barco en el momento de su hundimiento.

Se sabe que transportaba lingotes de plomo, lo que sugiere que pudo haber estado vinculado a la explotación minera de la zona.

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Además, este hallazgo permitirá comparar el Mazarrón II con otro barco encontrado en la misma región: el Mazarrón I, descubierto en 1993 y expuesto en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática desde 2005.

Los arqueólogos creen que este tipo de embarcaciones era fundamental en el intercambio de metales, cerámica y tejidos, productos que los fenicios distribuyeron por todo el Mediterráneo.

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