Lo que alguna vez fue pura predicción paranoica, de a poco cobra fuerza gracias al estrepitoso avance de la Inteligencia Artificial. Un vistazo al contenido en redes sociales comienza a hacer ruido a los usuarios y existe una explicación para esa incomodidad.
La Teoría del Internet Muerto ha ido cobrando fuerza con los años gracias a la Inteligencia Artificial
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Imagen creada con IA ¿Alguna vez al entrar a internet o las redes sociales como X, Facebook o Instagram se ha tenido la sensación de que hay algo raro en las publicaciones? La respuesta de muchos es “sí” y hay una sensación de que algo que es viral ha sido construido con ese fin. Incluso hasta la interacción dentro de un contenido tiene un halo de artificiosidad que nos hace sospechar que quizá no es un humano el que interactúa sino una máquina creada para ese fin.
Suena un poco paranoico ¿verdad?. A eso se lo conoce como "Teoría del Internet Muerto" (TID) y aunque nació de la más pura especulación, de a poco los expertos están cambiando su mirada sobre su premisa gracias al avance de la Inteligencia Artificial.
La Teoría del Internet Muerto es simple: postula que una gran parte de lo que vemos y hacemos en la red ya no es obra de personas reales, sino de programas informáticos (bots) y contenido creado por la propia Inteligencia Artificial.
La teoría plantea que videos, publicaciones, comentarios o noticias en los medios que uno consume a diario no fueron escritos o generados por un humano, sino que fueron elaborados por algoritmos diseñados para ese fin.
Esta idea, que empezó a circular en foros de internet hace unos años como una "teoría conspirativa", ahora está abandonado ese estatus para convertirse en realidad potencial y creíble.
¿Por qué ya no suena a locura sin fundamento? Porque la IA ha avanzado tanto que lo que antes era una fantasía, ahora es una constante palpable.
La principal sensación de muchos usuarios es que la interacción online se ha vuelto un espacio "vacío y sin gente" y que carece de la chispa humana que lo caracterizaba antes.
El acelerado avance de las plataformas de Inteligencia Artificial son el motor que impulsa la credibilidad de la Teoría del Internet Muerto ya que sus capacidades para generar contenido y automatizar interacciones son asombrosas.
El avance más asombroso llega de un lanzamiento reciente: la herramienta Veo 3 de Google. La nueva opción de la compañía para generar videos con IA ahora incluye audio y los resultados son sorprendentes y ya inundan plataformas como TikTok.
A la par, ya hay opciones gratuitas como NotebookLM o AI Studio, ambas de Google, que permiten convertir un texto en un podcast con dos personas charlando sobre el tema con una naturalidad que asombra. Todo esto sin contar los textos e imágenes que en cuestión de meses invadieron redes sociales y fueron creados por una IA.
Más allá del consumo como entretenimiento, también el uso de IA como servicio con los chatbot inteligentes. O sea, ya no hablamos con personas en atención al cliente sino con una máquina capaz de simular una conversación humana.
Estos bots no solo impulsan tendencias, sino que también interactúan entre sí, creando una ilusión de actividad genuina.
Un informe Bad Bot Report reveló que casi la mitad del tráfico de internet (un 49.6% en 2023) provenía de bots, y esta cifra sigue creciendo.
Lo más preocupante es que la IA puede hacer que estos bots sean increíblemente persuasivos; un experimento demostró que la IA fue seis veces más convincente que los humanos en un debate, incluso en temas delicados.
La capacidad de la IA para crear contenido "más rápido, más barato y más eficazmente que los humanos" hace que la producción humana sea cada vez más difícil de encontrar, según los impulsores de la teoría del internet muerto.
Sin embargo, la realidad muestra que aun no llegamos al extremo de estar rodeados 100% de creaciones de IA y por ahora mucho de lo que se produce -imágenes impecables y textos coherentes- son, a menudo, carentes de profundidad emocional y del toque humano que nos conecta de verdad.
Sin embargo, esto es suficiente para que muchos convaliden la sensación de que internet se siente "estéril" o "sin vida".
¿Cuál es el objetivo de promover un “internet muerto”? Según muchos analistas, la meta es la que ha guiado casi todos los emprendimientos: ganar dinero.
Los defensores de la teoría sugieren que esta "construcción artificial" de la red tiene como propósito inflar el tráfico, moldear nuestras opiniones y servir a intereses comerciales o incluso gubernamentales.
El objetivo final sería maximizar ganancias al amplificar contenido que beneficia a ciertas empresas o agendas.
El vendaval de inteligencia artificial que amenaza con arrastrarnos pone en jaque a nuestros sentidos.
El temor a que en breve todo el contenido de redes sea generado y consumido por máquinas con IA es real, pero también lo es la capacidad humana para dotar a la internet de integridad y autenticidad para evitar que nos diluyamos entre la simulación.
El objetivo no es vivir a la sombra de un “internet muerto” sino dentro de uno transformado. Sin embargo, algunos expertos aseguran que se necesita poder controlar la creación de contenidos.
Uno de ellos es Filippo Menczer, profesor de Ciencias de la Computación y director del Observatorio de Redes Sociales de la Universidad de Indiana, quien afirma: “Es extremadamente difícil medir cuánto contenido generado por IA existe. Con la tecnología actual, no podemos detectar dicho contenido de manera algorítmica y confiable. Los expertos han identificado decenas de miles de sitios web generados por IA y nosotros hemos identificado miles de bots sociales administrados por máquinas. Si no se toman medidas técnicas y políticas para regularlo, el volumen probablemente seguirá creciendo y podría crear una contaminación de información significativa”,
Aunque la Teoría del Internet Muerto presenta un escenario tan posible como pesimista, también hay espacio para las buenas noticias.
La IA tiene todas las herramientas para salvarnos… de la IA. Aunque parezca paradójico, mucho del trabajo de inteligencia artificial ayuda a facilitar tareas humanas y recortar tiempos en procesos que al humano podría tomarle años.
También la IA nos ayuda a detectar contenido generado por IA ya que puede verificar hechos, detectar plagios, deepfakes y puede analizar grandes volúmenes de información para descubrir patrones de conducta en contenidos.
Cuando se toma a la IA como una aliada y no como una amenaza, se convierte en herramienta que no anula el juicio crítico sino que lo impulsa.
“Puede que este sea uno de nuestros últimos videos en el canal porque vamos a ser reemplazados por influencers generados por inteligencia artificial”, afirma Martín Cuevas, un argentino quien junto a su pareja Ana tiene el canal de YouTube llamado Tecnonauta y que actualmente cuenta con 8,6 millones de suscriptores.
Su espacio de tecnología es uno de los más populares y, sin embargo, su preocupación por la potencial extinción es genuina.
Desde hace algunos años varias agencias de publicidad ya cuentan con influencers que parecen una persona real, pero no lo son.
Lo mismo pasa ahora con experimentos que buscan instalar cantantes, conductores de TV y en breve, quizá, actores. Y ya no solo surgen tras estudios de agencia y marketing, sino de usuarios comunes que cada vez tienen más a mano opciones para la creación de contenido con IA.
Quizá sea hora de no luchar contra lo inevitable, sino canalizarlo en nuestro provecho. Considerar a la IA más como una herramienta que un reemplazo de nuestras habilidades humanas.
Aunque es verdad que hay cosas que la IA hace mejor que nosotros, es momento de aprender a decirle cómo hacerlas y tener en claro para qué usarlas.