Aún no aprendemos a sacarle todo el provecho a las plataformas de inteligencia artificial generativa y ellas ya dieron otro salto adelante con el desarrollo de un nuevo concepto que empieza a ganar terreno: los agentes de IA.
Estos desarrollos automatizados buscan cambiar la forma en que trabajamos, compramos o nos organizamos. Sin embargo, hay expertos que critican su aplicación. ¿Asistente revolucionario o sistema sobrevalorado?
Aún no aprendemos a sacarle todo el provecho a las plataformas de inteligencia artificial generativa y ellas ya dieron otro salto adelante con el desarrollo de un nuevo concepto que empieza a ganar terreno: los agentes de IA.
A simple vista parecen asistentes digitales, pero en realidad son sistemas que prometen revolucionar la forma en que trabajamos, nos informamos, hacemos compras o administramos nuestro hogar.
Pero ¿qué son exactamente, para qué sirven y cómo pueden impactar en nuestras rutinas cotidianas?
Un agente de inteligencia artificial es un sistema que puede percibir su entorno, tomar decisiones y actuar por su cuenta para cumplir un objetivo, todo basado en Inteligencia Artificial.
A diferencia de un modelo de IA tradicional, que espera instrucciones del usuario, un agente puede planificar tareas, ejecutarlas de forma autónoma y adaptarse a lo que va ocurriendo.
Dicho de otra forma: es como tener un asistente digital vitaminado que no solo responde lo que se le pregunta, sino que se anticipa, aprende de los hábitos del usuario y actúa sin que tener que decirle cada paso.
De a poco, los agentes de IA se están empezando a usar en distintos ámbitos. En el trabajo, por ejemplo, permiten redactar mails, resumir reuniones, completar informes o agendar entrevistas casi de forma automática.
También están integrándose al proceso de compras ya que permiten buscar ofertas, comparar precios o alertar cuando algo baja de precio. Incluso la reciente herramienta de Google Try It On permite probarse la ropa online y luego un agente de IA promete hacer la compra cuando encuentre el producto con las variables que le dio el usuario.
También son encargados de potenciar la domótica del hogar. No sólo deciden cuándo prender o apagar luces, sino también programar electrodomésticos o reponer productos de supermercado cuando se terminan.
Otro ámbito en que son útiles es el de las finanzas porque pueden controlar gastos, pagar servicios y armar presupuestos automáticos.
Los agentes de IA pueden adaptarse a los usuarios en varios aspectos de su vida, especialmente en darles lo que prefieren. Ese es el caso con las noticias y la información ya que pueden buscar en los medios lo más relevante del día y generar un resumen con títulos listos para leer.
La clave es entender que los agentes de IA no solo obedecen órdenes, sino que actúan por iniciativa propia, dentro de los límites que le impone el usuario.
La gran promesa de los agentes de IA es el ahorro de tiempo y esfuerzo. Ya no hará falta armar cada paso de una tarea porque un agente podrá encargarse desde, por ejemplo, buscar un pasaje barato hasta recordarle al usuario que sacó un turno para que renueve su licencia de conducir.
Su principal atractivo es que se encargan de automatizar tareas repetitivas y dejar tiempo libre al usuario para enfocarse en otras cosas que sí requieran su atención.
La apuesta por agentes de IA es lo que hacen varias empresas para no quedar obsoletas frente al avance de la inteligencia artificial.
Un ejemplo claro es el de Microsoft que hace pocos días realizó su conferencia anual de desarrolladores y su CEO, Satya Nadella, aseguró que “los agentes serán el nuevo punto de partida para la informática. No vas a tener que buscar apps, ellos lo harán por tí”.
No es el único gigante que apuesta a estos procesos. Sundar Pichai, CEO de Google, habló tras la conferencia Google I/O 2025 y afirmó: “Estamos avanzando con los agentes. Definitivamente ya estamos trabajando en lo que parecen ser paradigmas de auto-mejora recursiva. Y creo que el potencial es enorme.”
Aunque todo parece color de rosa en el mundo tecno, lo cierto es que no todos ven con ojos encantados a los agentes de IA.
Aunque prometen una revolución en términos de productividad y eficiencia, también generan preocupación entre expertos en tecnología, ética y privacidad.
Uno de los puntos más sensibles es el de la seguridad, ya que al operar de forma autónoma y tener acceso a múltiples herramientas y cuentas de usuario, los agentes podrían ser manipulados por ciberdelincuentes que, una vez que tomen el control de un agente, se quedarán con mucha información privada de las personas.
Los datos personales en riesgo es la mayor preocupación, según la presidenta de la empresa de mensajería Signal, Meredith Whittaker, quien fue tajante al referirse a estos problemas en una entrevista con Business Insider: “Los agentes de IA requieren acceso profundo a datos personales y operan desde la nube, lo que debilita la privacidad y concentra poder en pocas empresas”.
También hay quienes simplemente creen que los agentes de IA son un desarrollo “inflado” y sobrevalorado por varias empresas. La consultora Gartner advirtió que más del 40% de los proyectos con agentes de IA serán abandonados antes de 2027, debido a sus altos costos, poca claridad en su utilidad y exceso de expectativas.
“La mayoría de los proyectos de IA con agentes actuales son experimentos iniciales o pruebas de concepto que, en su mayoría, se basan en la publicidad exagerada y a menudo se aplican incorrectamente”, explicó a la agencia Reuters Anushree Verma, analista directora sénior de Gartner.
El concepto de agentes de IA va a sonar cada vez más fuerte en los próximos meses. Las grandes tecnológicas los están integrando en sus productos, y muchas startups ya apuestan por agentes especializados en tareas concretas.
Actualmente podemos personalizar servicios para que nos conozcan -como sucede con ChatGPTque recuerda nuestra información- y en breve podremos crear nuestros propios agentes a medida y necesidad personal para ser un verdadero asistente digital, No uno que sólo responde, sino uno que hace.
En nuestro país, grandes empresas ya cuentan con agentes IA para atención al cliente y para automatizar algunos de sus servicios.
-Bancos: muchos ya están aplicando agentes.Banco Galicia tiene un agente virtual que brinda asistencia basada en IA para resolver consultas sobre productos, transferencias, vencimientos o movimientos bancarios.Algo similar tiene BBVA que cuenta con un modelo de IA predictiva que analiza comportamientos financieros y propone acciones: alertas por consumos inusuales, sugerencias de ahorro o recordatorios automáticos.
-Plataformas de comercio online: la más famosa, Mercado Libre, tiene un agente IA para atención al cliente que puede detectar automáticamente reclamos legítimos, iniciar devoluciones o reembolsos sin intervención humana o priorizar casos según su urgencia o impacto económico.
-Organismos estatales: el servicio MI Argentina también tiene un agente IA aunque no es 100% autónomo. El bot Tina -que funciona en WhatsApp y web- resuelve trámites, busca documentos oficiales y responde dudas administrativas.
-Plataformas de Inteligencia artificial: las IA también tienen agentes de IA y les ayudan a personalizar contenido y brindar asistencia a los usuarios. Incluso ChatGPT de OpenAI, Microsoft Copilot o Google Gemini ya permiten crear agentes personalizados.
En 2006 la película “El diablo viste a la moda” nos mostró el camino de redención de una joven ingenua que se convierte en la asistencia casi perfecta de una jefa implacable en el mundo de la moda. Cuando su talento prevalece descubre que su mejor cualidad es anticiparse a los pedidos de la gente y descubrir sus necesidades, incluso antes de que ellos se den cuenta.
En esencia, el personaje consigue entender a las personas, analizar su comportamiento y aprender del contexto para no esperar un pedido sino entregar un resultado. Dicho de otro modo, se comporta como un agente de IA.
La tecnología hoy nos permite tener una asistente como la de la película, aunque sin el vestuario elegante pero también sin humillaciones ni trabajo esclavo.
Es un hecho histórico que la tecnología nos libere de tareas triviales y nos ayude a enfocarnos en aspectos creativos y relevantes de nuestra vida, pero tampoco hay que olvidar que estamos frente a un negocio que busca ganar dinero, más allá de lo altruista de sus premisas.
Las expectativas de contar con una máquina personalizada que resuelva nuestras demandas suena seductor, pero en el camino corremos el riesgo de ilusionarnos y decepcionarnos cuando descubramos que no puede hacer todo lo que queremos o no podemos pagarlo. Pero, más importante, quedamos al borde de perder nuestra capacidad de discernir sobre las necesidades de otros por enfocarnos solo en las nuestras.