En medio de la tormenta del sábado por la noche, una columna de humo llamó la atención de vecinos y transeúntes de Villa Nueva (Guaymallén). Más precisamente, la locación de la humareda era en calle Bandera de los Andes al 2.250, a metros de la esquina con Cañadita Alegre. Y el escenario fue una histórica y misteriosa mansión de Mendoza.
Si bien las causas del incendio(menor y que fue apagado por la misma lluvia) aún no han logrado determinarse, se cree que todo se originó de la mano de personas sin techo que suelen ingresar a esta amplia mansión para refugiarse. Y quienes inician fogatas con la idea de calefaccionarse.
El día después del incendio, desde un perfil de Instagram mostraron cómo se encuentra actualmente el interior de esta mansión, que, en sus años de esplendor, perteneció a la familia Notti Cantú. Y, a raíz de que los daños del fuego fueron menores, resulta impactante el recorrido para meterse en una especie de "máquina del tiempo" de la Mendoza de entre las décadas de 1920 y 1940.
Así quedó la histórica mansión Notti después del incendio
El domingo por la mañana, en un paisaje coronado y decorado por la insólita nevada del 31 de agosto, el responsable de la cuenta de Instagram @turismolichi mostró en un video cómo estaba la mansión Notti por dentro. No solo sirvió para reflejar los daños -menores- del incendio, sino para repasar sus salas, habitaciones y mobiliarios.
Así, por ejemplo, se puede ver la antigua cocina con los azulejos en su pared, la amplia mesada y una mesa y silla que acumulan polvo y abandono desde hace décadas. Lo mismo ocurre con los estantes de una vieja biblioteca amurada o un degastado sillón, con su almohadón y respaldos desgarrados por el tiempo.
Incluso, se ve una de las habitaciones, con la amplia cama con cabezal y una cómoda con espejo incluido. En el mismo cuarto se ve el ropero, que luce otro espejo que ocupa toda la puerta. Sobre la cama, en tanto, se observan varios colchones viejos apilados, lo que evidencia que el lugar -abandonado desde hace décadas- sirve como refugios a personas sin techo que entran y salen del imponente inmueble a su antojo.
Ya en la entrada, y como guardián de una imponente fachada del estilo arquitectónico Art Nouveau, se ve un amplio portón de rejas -reforzado por un muro de baja altura y columnas- que separa el jardín frontal de la calle. Apenas se observan algunos planchones de pasto antes del ingreso, y las dos cocheras al fondo (incluso, una con un auto estacionado en su interior).
La historia de la imponente mansión Notti
La mansión Notti Cantú fue construida entre mediados de la década de 1910 y 1920. Por entonces, la calle Bandera de los Andes era conocida como Carril Nacional, ya que aún no existía la avenida de Acceso Este y este carril era la principal vinculación hacia el Este -ruta a Buenos Aires- con la Ciudad de Mendoza.
"Era una zona llena de fincas, en las afueras de la Ciudad de Mendoza. Y esas fincas, de a poco, fueron desapareciendo sobre la calle. Pero se conservaron todas las que daban a la parte de atrás", rememora la arquitecta Eliana Bórmida, nieta de los dueños originales de la mansión, Carlos Cantú y Felisa Notti.
Con el paso de los años, el crecimiento poblacional y la construcción de calles fue avanzando en la zona, por lo que las inmediaciones del Carril Nacional se fueron loteando. Así fue cómo, en uno de estos lotes, fue levantada la mansión con predominio de elementos de Art Nouveau en su frente.
"Lo más característico en el frente es una escalera que se hizo con rollizos de falsa madera (en realidad, es cemento armado). Esa escalera sube a un mirador en el techo", repasa la reconocida arquitecta.
Los Cantú nacieron en Italia y se establecieron en Mendoza a comienzos de 1900. Desde el primer momento se instalaron en Villa Nueva, Guaymallén, y donde actualmente se encuentra la mansión. Ya instalados en Mendoza, se dedicaron a al producción en fincas y bodegas.
Carlos Cantú se casó con Felisa Notti (hermana de Humberto, el doctor que dio el nombre actual hospital pediátrico de Mendoza), y ellos fueron los primeros dueños de esta histórica mansión. De hecho, el propio Humberto Notti vivió en el inmueble también.
Además de haberse dedicado a la agricultura, Cantú fue político y fue intendente de Guaymallén por la UCR. Ambos vivieron en la mansión ubicada en el Carril Nacional (actual Bandera de los Andes) hasta 1945, cuando Carlos falleció.
Felisa quedó sola al frente de la finca y todos sus hijos, por los que -poco a poco- la casa fue evidenciando un mayor y más avanzado abandono.
"Llegué a conocerla en todo su esplendor solo por fotos. El jardín del frente era muy lindo, con uno copones arriba de unos pilares que daban acceso a la puerta. Esa puerta, en tanto, llevaba a un garaje. ¡Aún está ahí el Ford de mi abuela, que es de 1940!", destaca Eliana Bórmida.
En cuanto a la disposición de la mansión en sus años mozos, ya del lado de adentro sobresalía un camino con una fuente que tenía garzas metálicas como adorno. Ese camino llevaba a una puerta de grandes dimensiones y que permitía acceder a un hall que incluía un living comedor.
En ese sector, el techo estaba pintado con figuras de mujeres, un cielo y guirnaldas. La parte principal, en tanto, conserva los empapelados originales de la época. mientras que hacia un lado de esa sala hay un escritorio y, hacia el otro, un dormitorio. También se destaca un baño en el cuerpo central, y es todo lo que hoy evidencia el paso de los años.
Hacia atrás, en tanto, sobresale un sector de galerías con toda la parte más criolla (cocinas, huerto y gallinero), y desde allí, hacia el fondo, comenzaba la finca. Luego, con el paso de los años, esa galería también se cerró y se convirtió en estar.
"Es una casa de ladrillo, del estilo 'villino', típica del desarrollo de la periferia urbana de Mendoza, especialmente en caminos importantes", resume la prestigiosa arquitecta.
Como dato de color, en la esquina de la cuadra donde se encuentra la mansión (actualmente abandonada) vivía Hilario Cuadros. Y, en la década del 40, el artista organizaba reuniones para tocar la guitarra y celebrar en la vereda y en la puerta de su casa. Por esto mismo es que la calle que atraviesa perpendicularmente Bandera de los Andes en ese punto fue bautizada como Cañadita Alegre.