La familia de Lucía Villouta, hermana de Alan y quien falleció el 27 de agosto de 2017 tras ser atropellado por un conductor imprudente en el Acceso Sur, realizaron una colecta para afrontar los gastos tras el accidente.
La joven de 23 años fue embestida en el Acceso Sur el pasado 26 de mayo y tiene fractura de cervical. La familia reunió en pocas horas lo necesario y agradecieron a la gente la ayuda.
La familia de Lucía Villouta, hermana de Alan y quien falleció el 27 de agosto de 2017 tras ser atropellado por un conductor imprudente en el Acceso Sur, realizaron una colecta para afrontar los gastos tras el accidente.
La joven, de 23 años, también fue embestida en ese mismo acceso -a 8 kilómetros del sitio de la tragedia de su hermano- el lunes 26 de mayo y mientras circulaba en su moto. Al igual que el conductor que atropelló a Alan, quien chocó e hizo caer a Lucía también se escapó del lugar sin asistir a la joven.
A raíz del accidente, la joven sufrió una fractura en la cervical y actualmente se encuentra en tratamiento, por lo que los médicos le han recomendado que permanezca al menos 45 días con collarín ortopédico. Además sufrió una fisura en la cadera.
Luego de un par de horas, los familiares contaron a Los Andes que lograron recaudar el dinero necesario para afrontar los gastos del tratamiento. En ese sentido, la familia agradeció de todo corazón a aquellos que colaboraron.
La de la familia Villouta no es una historia de vida fácil, más bien viene siendo todo lo contrario. Desde aquel 27 de agosto de 2017 en que su hijo Alan (tenía 21 años) falleció tras ser atropellado por un conductor que circulaba a alta velocidad por el Acceso Sur (y quien luego se fugó), las pálidas han sido una constante en su vida, por desgracia. Y el más reciente de estos tristes episodios tuvo lugar durante la tarde del lunes, también en el Acceso Sur. Una de las hermanas de Alan -Lucía (23)- fuera atropellada por un camión mientras circulaba en su moto. Y el responsable también se escapó.
El accidente que involucró a Lucía Villouta con el camionero fugitivo tuvo lugar el lunes, cerca de las 15:40, en el Acceso Sur, a la altura de Boedo (Luján de Cuyo). Fue a unos 8 kilómetros del sitio donde Alan murió atropellado por el conductor Alejandro Verdenelli -quien también se fugó- hace poco menos de 8 años.
Si bien Lucía no sufrió heridas de gravedad ni consideración, debió ser trasladada de inmediato al Hospital Santa Isabel de Hungría (Guaymallén). Allí permaneció internada hasta esta mañana.
"Mi hija se salvó porque tuvo la lucidez de soltar el manubrio de la moto y saltar para un costado. Si no, la historia era otra. Porque el camión arrastró la moto 50 metros y se fue", describió Andrés Villouta, padre de Lucía y de Alan a Los Andes hace unos días.
"Ella había estado comiendo en casa con nosotros al mediodía y a las 15:30 se fue. A las 15:50 me llamaron para contarme que había tenido un accidente, fue la gente que la asistió quien me llamó por indicación de Lucy", rememoró Andrés.
Según cuenta Villouta sobre la reconstrucción de su hija y los testigos, Lucía circulaba en su moto por el Acceso Sur. Al llegar a la altura de Boedo, intentó abrirse para sobrepasar a un camión que traía enganchado dos tráilers con botes de remo, y fue en ese instante en que el conductor le tiró el camión encima para no dejarla pasar y le pegó a la moto con la parte trasera.
"La moto se enganchó con las ruedas y la arrastró 50 metros. Decí que Lucía se dio cuenta y saltó, si no, no la cuenta", agrega, consternado, Villouta. "Tengo que dar gracias a Dios que tengo a mi hija viva y que hoy yo puedo estar tomando un café en mi casa", explicó Andrés.
El conductor del vehículo que impactó contra la moto de la hija de Andrés este lunes se fugó sin preocuparse por el estado de la motociclista. Aceleró y siguió su ruta por el Acceso Sur.
Fueron algunas personas que pasaban por el lugar quienes primero asistieron a Lucía Villouta.
"Estamos cansados de que no se haga nada. Hace ocho años venimos pidiendo una pasarela para que crucen los peatones, que pongan cámaras en el acceso, que pongan luces. Pero no se invierte un mango en nada, nadie quiere invertir en seguridad vial, a nadie le interesa nada y miran para otro lado", lamentó hace unos días el padre de Lucía y Alan Villouta.