Precios: los alimentos ya subieron 22 puntos más que la inflación en Mendoza

La brecha entre las canastas que miden la pobreza y la indigencia respecto del IPC se amplió durante los últimos 16 meses en nuestra provincia. Caída del poder adquisitivo.

Los salarios, la inflación y las canastas venían aumentado de modo parejo hasta mayo de 2018. Foto: Jose Gutierrez / Los Andes.
Los salarios, la inflación y las canastas venían aumentado de modo parejo hasta mayo de 2018. Foto: Jose Gutierrez / Los Andes.

Entre diciembre de 2019 y marzo de 2021, la inflación acumulada de Mendoza fue de 52%. Sin embargo, en ese mismo período la Canasta Básica Total, que establece la línea de pobreza, creció un 65%, y la Canasta Básica Alimentaria, que marca el límite de la indigencia, trepó 74%. Esto, sumado a la caída del poder adquisitivo de los salarios y la pérdida de puestos de trabajo genera un escenario muy preocupante para los mendocinos.

La economista Paula Pía Ariet señaló que la brecha entre la suba de las canastas básicas (total y alimentaria) y la inflación no siempre ha sido tan amplia. De hecho, a principios de 2018, la evolución de las tres era bastante similar; pero a partir de agosto de ese año, la evolución del Índice de Precios al Consumidor empezó a ser menor que la de las canastas -es decir, que el valor de éstas se incrementó a un ritmo mayor-, para volver a encontrarse en octubre de 2019 y separarse en marzo del año pasado, cuando la Canasta Básica Alimentaria subió considerablemente más que las otras dos.

Los datos oficiales también muestran, planteó Ariet, que los salarios, la inflación y las canastas venían aumentado de modo parejo hasta mayo de 2018 y que, en junio de ese año, los ingresos comenzaron a quedarse atrás. Recién en febrero de 2020 hubo un repunte, pero, de a poco, la variación de los sueldos volvió a rezagarse.

La economista acotó que la recuperación parcial de los salarios fue motivada por un decreto de diciembre de 2019, que obligó a todos los empleadores del sector privado a otorgar un aumento de $ 4 mil, lo que, para el ingreso promedio de los argentinos, que rondaba entonces los $ 33 mil, superó el 10% de aumento.

Consecuencias directas

Ariet, quien también es directora de Gestión Consultores, explicó que el avance de las canastas básicas por encima del IPC han provocado el crecimiento en los niveles de pobreza (ha alcanzado a 42% de la población nacional). “Cada día de restricción se traduce en menos empleo, mientras que los precios siguen aumentando. Claramente va a ser un problema”, planteó de cara a los próximos meses de restricciones por la pandemia.

Gustavo Reyes, economista del Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral), de la Fundación Mediterránea), detalló que, en el informe anual en el que analizaron la economía provincial, mencionaron que en 2020 se contrajeron tanto el nivel de empleo como el poder adquisitivo de los salarios. Por lo tanto, la masa salarial experimentó una nueva contracción -mayor que la del promedio nacional- por tercer año consecutivo.

“El fuerte aumento de los precios de los alimentos respecto de la masa salarial privada explica gran parte los elevados índices de pobreza registrados en la provincia”, agregó. Es que, en 2020, esta masa salarial creció apenas un 25%, mientras la Canasta Básica Alimentaria lo hizo un 52%; es decir, 27 puntos porcentuales más. En este sentido, Reyes explicó que la suba de la CBA se debe analizar no sólo en comparación con el nivel general de precios, sino también en el marco de que la mayoría de las familias perdieron poder adquisitivo y, además, hubo muchas que se quedaron sin empleo.

Por otro lado, Reyes señaló que los alimentos han subido por encima de la inflación en todo el mundo. “Esta no es la causa de la inflación interna nacional, pero sí se debe entender que, cuando un producto se exporta, los productores buscan venderlo en el mercado interno a un precio similar al que tienen en el exterior”, apuntó.

Jorge Day, también economista del Ieral, planteó que hay al menos dos factores que explican la suba de los valores de la canasta alimentaria por encima de la inflación: uno es el aumento de los alimentos por los precios internacionales y el hecho de que las tarifas -que están incluidas en la medición del IPC- están reguladas.

Day indicó que el Gobierno Nacional intenta que el dólar aumente a menor ritmo que el índice general de precios, porque buena parte de los alimentos están vinculados a la cotización de esa divisa. De hecho, asegura que si no hubiesen aumentado los precios internacionales, la CBA hubiese subido menos. Sin embargo, aclaró que el año pasado, con la amenaza del virus, la gente aceptó tener más pesos en el bolsillo o en el banco, mientras en 2021 es probable que vuelvan a preferir el dólar (provocaría un aumento de la cotización).

Por su parte, José Vargas, de la Consultora Evalecuon, expresó que el IPC mide muchos bienes y servicios de la economía, mientras la canasta incluye un abanico bastante más acotado que contempla bienes muy demandados, ya que son los que las familias necesitan para subsistir. De ahí que los valores de las canastas suelan subir más que el Índice de Precios al Consumidor.”La situación hubiera sido mucho peor sin programas como Precios Máximos y Precios Cuidados”, alertó.

Dólar, sueldos y precios en 2021

En vistas a los próximos meses, el economista Jorge Day indicó que no se sabe qué va a suceder con los precios internacionales, aunque es probable que sigan aumentando un poco. Sobre el dólar, estimó que, en un año de elecciones, es muy factible que se intente mantener la suba de la cotización por debajo de la inflación, con lo que los alimentos podrían subir a menor ritmo.

En cambio, los pronósticos de evolución de la inflación son más inciertos. Hay quienes pensaban que iba a empezar a ceder, pero el 5% de marzo puso en duda esa posibilidad. Y los salarios, añadió Day, seguirían por debajo de la suba de precios, ya que muchas paritarias se cerraron en el 30% o 35%, mientras se espera que el IPC supere el 40% de suba, con lo que se acentuaría la pérdida de poder adquisitivo que comenzó en 2018 y se sostuvo en 2019 y 2020.

Vargas, en tanto, estimó que, si bien las canastas básicas seguirán creciendo más que el IPC, es probable que entre junio y agosto no se produzcan grandes saltos inflacionarios, y que las tarifas sigan contenidas, al igual que el dólar, sin un salto en su cotización.

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