Ladrones les robaron 38 camiones de soja en un año: los dueños de la empresa analizan irse del país

El hecho ocurrió en Santa Fe. Los hermanos que llevan adelante la firma dicen que los ataques son constantes desde hace 12 años. Emplean a 400 personas.

Ladrones les robaron 38 camiones de soja en un año: los dueños de la empresa analizan irse del país
Los dueños de una empresa vinculada a la soja piensan irse del país por los constantes robos. / Foto: Gentileza

Héctor, Sergio y Gustavo son los hermanos que llevan adelante la firma Fain Hnos. S.A. En total, cultivan una superficie de 150 km alrededor de Villa Minetti, en el norte de Santa Fe. Son hijos de chacareros y llegaron a esa pequeña ciudad provenientes de Reconquista hace cuatro décadas. Empezaron como tractoristas, todo lo hicieron a fuerza de trabajo, de lunes a domingo. Desde hace doce años vienen sufriendo ataques y robos permanentes, tanto en los establecimientos rurales como en sus casas del pueblo.

El lunes pasado amanecieron con la amarga noticia de un nuevo acto de vandalismo en el campo Los Quebrachales de Santa Margarita, en el extremo noroeste de la bota santafesina: les rompieron ocho silobolsas y medio repletos de maíz que estaban junto a la ruta.

“Estuvimos recorriendo los lotes hasta las siete de la tarde del domingo y a las nueve de la noche nos hicieron las roturas, son como 60 camiones, 500 a 600 metros de bolsa”, cuenta Héctor para graficar cabalmente la magnitud del daño. “Fue premeditado porque había pronóstico de lluvia, lo que arruinaría al maíz, pero por suerte no llovió”, explica.

Al día siguiente (por el martes) pudieron cargar unos veinte camiones (30.000 kilos cada uno) para salvar parte del cereal y estiman que, en el mejor de los casos, las pérdidas por desperdicio ascenderán a 30 toneladas siempre y cuando no llueva hasta que puedan terminar la tarea, detalla Clarín.

Por el momento, se desconoce quiénes fueron los autores del delito. “Es muy difícil, salvo que haya una batida o justo alguien que los haya visto, no se va a saber”, señala Héctor resignado.

Buscan salvar las 1.800 toneladas de granos de maíz que quedaron a la intemperie.
Buscan salvar las 1.800 toneladas de granos de maíz que quedaron a la intemperie.

Otros robos que sufrió la firma

El año pasado les robaron 38 camiones de grano en Santiago del Estero, en un campo arrendado cercano a Quimilí. “Fue impresionante, nos cargaron toda la noche, sabían que no estábamos y que el encargado había salido”, recuerda.

El facilitador, según denunció, fue un ingeniero que asesoraba en un establecimiento lindero y que tenía llaves de la empresa, algo que suele suceder en el ámbito rural por cualquier eventualidad o necesidad que pudiera surgir. El “profesional” en cuestión estuvo preso apenas 43 días. Cuando se le pregunta el nombre, Héctor dice: “No recuerdo el apellido, lo eliminé de mi cabeza”.

Felizmente, pudieron recuperar la soja robada, alrededor de 1.200 toneladas equivalentes a una cifra millonaria. “Eso pasó porque se demoraron media hora más en que les entreguen las guías y las cartas de porte para el transporte, estaban en la estación de servicio y los alcanzaron a agarrar”, cuenta.

Como si esto fuera poco, a Héctor, además, le robaron tres veces en su casa de Villa Minetti.

Los hermanos dan empleo a 400 personas

Los Fain emplean a 400 personas pero están cansados. “Somos gente de pueblo, de campo, hicimos todo a pulmón, no le debemos favores a nadie, no nos falta nada pero vivimos humildemente, no tenemos enemigos, no estamos metidos en política, tenemos muchos amigos acá, en el país y en el exterior, ya no sabemos cómo comportarnos: ¿por qué nos atacan tanto? no se entiende”, se pregunta Héctor con un dejo de tristeza y abatimiento en su voz.

“Estamos cansados de pelear contra molinos de viento, contra la injusticia, la presión tributaria; económicamente estamos hechos, estamos evaluando las propuestas de irnos a trabajar a Uruguay, Paraguay y Brasil, o dejar la actividad porque esto es muy complicado, pero tenemos 400 empleados, 100 fijos, tenemos 120 camiones trabajando en la empresa, 40 máquinas, es difícil”, expresa Héctor.

“Venimos sufriendo robos de toda la vida, nos sentimos tan desprotegidos…”, lamenta el productor. “Desgraciadamente en este país, los ciudadanos que creemos que somos normales ya no tenemos cabida, estamos desprotegidos, vivimos con el corazón en la boca; hasta que no cambien las leyes que son de la época de los dinosaurios, no va a cambiar, no va a cambiar, no va a cambiar”, repite Héctor como una letanía impregnada de desazón.

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