Este 17 de julio se cumplen 93 años del nacimiento de Joaquín Salvador Lavado Tejón, el artista mendocino que firmó como Quino y conquistó al mundo con una pequeña de pelo negro y preguntas infinitas.
El dibujante marcó época con las tiras cómicas tanto de Mafalda como otras que siguen siendo vehículo de pensamiento, crítica y ternura. En breve, llega un documental a los cines.
Este 17 de julio se cumplen 93 años del nacimiento de Joaquín Salvador Lavado Tejón, el artista mendocino que firmó como Quino y conquistó al mundo con una pequeña de pelo negro y preguntas infinitas.
Nacido en 1932 en Guaymallén, con raíces andaluzas y un talento precoz, Quino fue el dibujante que transformó la historieta en un vehículo de pensamiento, crítica y ternura. De hecho, hoy se celebra el Día del Historietista y Artista Gráfico Mendocino en su honor.
Desde chico supo que lo suyo era el lápiz. A los 12 años ingresó a la Escuela de Bellas Artes de Mendoza y, mientras la adolescencia avanzaba, ya soñaba con publicar sus primeros trabajos. Su debut profesional ocurrió en el diario Los Andes, con una publicidad de Casa Las Heras que celebró como si fuera el inicio de su verdadera vocación. Lo era.
El destino lo llevó a Buenos Aires, donde pateó redacciones y dejó su marca en revistas como Esto Es, Leoplán, TV Guía y Primera Plana. Fue allí donde, el 29 de septiembre de 1964, nació su creación más universal: Mafalda. Una nena preguntona, aguda, con conciencia social y una mirada que aún interpela a generaciones.
La tira rápidamente fue un fenómeno en Argentina y cruzó fronteras: se tradujo a más de 30 idiomas y se publicó en países como España, Francia, Italia, Grecia y buena parte de América Latina.
Mafalda no estuvo sola. A su mundo se sumaron personajes entrañables: Felipe, tímido y soñador; Manolito, pragmático y comerciante; Susanita, obsesionada con el matrimonio y la maternidad; Miguelito, algo existencial; Libertad, pequeña y punzante; y Guille, el hermano menor de Mafalda con espíritu libre. Con ellos, Quino logró que lo cotidiano se volviera político, que el humor fuera una forma de resistencia en los años 60 y que la infancia también tuviera voz.
En 1973 decidió dejar de dibujar a Mafalda, pero su legado ya era imparable. Libros como "Toda Mafalda" se volvieron tesoros familiares, pasados de mano en mano, de padres a hijos y de hijos a nietos.
El 30 de septiembre de 2020, a los 88 años, Quino falleció en Mendoza tras sufrir un ACV. El mundo entero lo despidió con tristeza, pero también con gratitud. Porque su obra no solo entretuvo: ayudó a pensar.
Premiado en vida con el Konex de Platino, el Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, la Palma de Oro del Salón de Bordighera, títulos honoríficos y reconocimientos de todo tipo, Quino dejó una marca imborrable en la cultura hispanohablante.
En la esquina de Arístides Villanueva y Huarpes, en la Ciudad de Mendoza, las esculturas de Mafalda, Manolito y Susanita –obra de Pablo Irrgang– recuerdan su legado y convocan a turistas y mendocinos a una foto, una sonrisa y, por qué no, una reflexión.
Desde 2021, y por iniciativa de la Legislatura provincial, cada 17 de julio se celebra el Día del Historietista y Artista Gráfico Mendocino en honor a él. Porque Quino fue mucho más que el padre de Mafalda: fue el lápiz con el que varias generaciones aprendieron a mirar el mundo con inteligencia y ternura.
Su legado sigue en pie en las nuevas generaciones: en 2023, la plataforma de streaming Disney+ estrenó "Releyendo Mafalda", una docuserie de tres capítulos sobre el proceso de creación y el impacto de las famosas tiras.
Netflix y el director Juan José Campanella ya preparan una serie animada.