Golpe a la nostalgia: adiós definitivo al trole, el transporte que hacía que el mundo hablara de Mendoza

Se comenzó a retirar el tendido de cables en altura que correspondió al trole en Mendoza. Es el “tiro de gracia” para quienes soñaban con el regreso de este transporte que llamó la atención de turistas de todo el mundo. Mendoza tuvo el segundo sistema de troles más grande de América del Sur.

Golpe a la nostalgia: adiós definitivo al trole, el transporte que hacía que el mundo hablara de Mendoza
Golpe a la nostalgia: adiós definitivo el trole, el transporte que hacía que el mundo hablara de Mendoza. Foto: Archivo Los Andes.

El ingreso vehicular a la Ciudad de Mendoza, por el nudo vial de Zapata y Costanera, se tornó caótico -por momentos- durante la mañana de este miércoles 12 de junio. Por un lado, por el devastador incendio en un local comercial ubicado en calle José Vicente Zapata, que alteró todas las rutinas. Pero, además, porque las tareas programadas del retiro del tendido de cables en altura, y que alguna vez permitió la circulación del trole por el Gran Mendoza, se estiraron “por problemas técnicos”.

Aunque estos trabajos en la zona deberían haberse completado en horas de la noche y madrugada, la conjunción de episodios derivó en que los operarios que trabajaban en el lugar siguieran en sus puestos ya pasada la primera mañana de este miércoles. En ese sentido, entre el incendio y estos trabajos, la circulación sobre Zapata quedó limitada a unos pocos carriles. Y fue ello lo que derivó en el embotellamiento y las demoras.

Golpe a la nostalgia: adiós definitivo el trole, el transporte que hacía que el mundo hablara de Mendoza. Foto: Archivo Los Andes. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes (Archivo)
Golpe a la nostalgia: adiós definitivo el trole, el transporte que hacía que el mundo hablara de Mendoza. Foto: Archivo Los Andes. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes (Archivo)

Por fuera de los dolores de cabezas que suelen traer aparejados estas congestiones vehiculares, el retiro de los cables se convirtió en uno de esos golpes a la nostalgia que más se sienten, y que más sacuden a aquellos recuerdos de “tiempos dorados, de un pasado mejor”, como canta Andrés Calamaro.

Ya a partir de 2015, con la incorporación de vehículos autónomos que no dependían del cableado en altura –catenarias- ni de ir conectados con las dos “antenas” -trolejes o pértigas-para su circulación, se fueron quitando de circulación los icónicos trolebuses de Mendoza. De hecho, en 2016 se remataron 150 troles que estaban en desuso.

Y si bien el regreso del trole como tal fue siempre más una utopía de aquellos nostálgicos melancólicos –quienes soñaban con volverlo a ver circular en algún momento-, el retiro justamente del cableado en altura (que continuará en otros sectores durante los próximos días) es el tiro de gracia para el medio de transporte que diferenció a Mendoza de otras provincias –e, incluso, países- durante casi 60 años.

Con la implementación del MendoTran (ya en 2019), muchos de los recorridos que completaba el extinto trole en Mendoza fueron absorbidos por las distintas líneas. Incluso, algunas de las unidades que se incorporaron para el renovado sistema de transporte también son eléctricas o híbridas –por lo que se mantiene la propuesta ecológica y sustentable-. Pero ya ni siquiera cuentan con el sistema de alimentación, y ni siquiera con la fisonomía del querido trole.

Golpe a la nostalgia: adiós definitivo el trole, el transporte que hacía que el mundo hablara de Mendoza. Foto: infografía Los Andes.
Golpe a la nostalgia: adiós definitivo el trole, el transporte que hacía que el mundo hablara de Mendoza. Foto: infografía Los Andes.

EL SEGUNDO MÁS GRANDE DEL CONTINENTE

Mendoza, Rosario y Córdoba fueron, durante décadas, las 3 ciudades argentinas en las que, aún a fines del siglo XX y ya comenzado el siglo XXI, circuló el trole. En el caso del trole mendocino, además, conformaba la segunda red de trolebuses más grande de Sudamérica (después de la de San Pablo, en Brasil), con más de 100 kilómetros de cableado.

Más allá de ser un medio de transporte público convencional y utilizado por miles de mendocinos y mendocinas a diario para sus rutinarios quehaceres, también era un paseo casi obligado para los turistas. De hecho, el trole “Parque” tenía un recorrido que era atractivo en sí mismo, ya que vinculaba el centro mendocino con la Quinta y Sexta Sección de la Ciudad de Mendoza, y con la avenida Boulogne Sur Mer y el Parque San Martín como escenario de todo el recorrido.

Golpe a la nostalgia: adiós definitivo el trole, el transporte que hacía que el mundo hablara de Mendoza. Foto: Gentileza Dante Civelli
Golpe a la nostalgia: adiós definitivo el trole, el transporte que hacía que el mundo hablara de Mendoza. Foto: Gentileza Dante Civelli

El 14 de febrero de 1958 salieron a recorrer las calles mendocinas los primeros 15 troles. Los que cubrían los recorridos “Villa Nueva” y “Dorrego” fueron los primeros en ganar las calles, y consistían en modelos Mercedes Benz cero kilómetro que habían llegado a Mendoza, en tren y desde Buenos Aires.

Con el tiempo se fueron sumando los otros recorridos “Parque”, “Pellegrini”, “Godoy Cruz - Las Heras” y el último en ser sumado, “UNCuyo”. Incluso, durante años, los recorridos de colectivos de la línea conocida como “La T” –azul y roja- cubrieron los recorridos de Godoy Cruz, de Las Heras y de algunos puntos guaymallinos.

La segunda camada de troles llegó a Mendoza en 1962, como parte de la ampliación del por entonces novedoso sistema de transporte público sustentable –no utilizaba combustibles fósiles-. En aquel momento se incorporaron 36 troles más, todos fueron de la marca Nissan Toshiba, fabricados en Japón.

Ya por entonces el trole mendocino no solo que sumaba mayor presencia, sino que era parte de los paisajes urbanos y de la vida de quienes vivían en el Gran Mendoza.

Uno de los momentos más característicos –por entonces y hasta, quizás, el último día en que circuló el trole en Mendoza- se daba cuando uno de los ejes se desprendía del cableado en pleno recorrido. Eso derivaba en que el vehículo se detuviera -muy lentamente-, por lo que era el momento para que, tras colocarse los guantes, el conductor del trole demostrara toda su destreza bajándose del vehículo para manipular –desde el suelo- los cables a la altura de la parte trasera del trole con el objetivo de volver a engancharlo al cableado.

¡Si hasta parecía ser un desafío para que, cada vez que ocurriera esta contingencia cotidiana, el chofer superara el tiempo mínimo ya registrado anteriormente para lograr la reconexión!

Golpe a la nostalgia: adiós definitivo el trole, el transporte que hacía que el mundo hablara de Mendoza. Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes (Archivo)
Golpe a la nostalgia: adiós definitivo el trole, el transporte que hacía que el mundo hablara de Mendoza. Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes (Archivo)

LOS MODELOS MÁS MODERNOS

De regreso en la línea del tiempo, ya en 1984 la Provincia incorporó 17 vehículos más de la fábrica ZIU Uritzky, aunque pasaron a la historia como “los rusos”. Si bien en un principio se había acordado con la ya extinta URSS adquirir 34 unidades, solamente llegaron 17. Y la operación se concretó a cambio de vino y mosto elaborado por la antigua bodega estatal Giol.

Los “rusos” resultaron ser, tal vez, las unidades más duraderas y perfectas. Estuvieron en circulación durante 25 años, entre 1984 y 2009, y contaban con dirección hidráulica, suspensión suave y una potente calefacción.

En 1988, con un sistema claramente más amplio y abarcador, se sumaron 58 troles más al sistema del transporte público mendocino. En esta oportunidad fueron alemanes, de la fábrica Krupp-Essen TS Solingen.

Al igual que los “rusos”, estos troles también quedaron en la historia por su calidad. Y es que a Mendoza ya llegaron con 15 años de uso; así y todo eran “irrompibles”. En el interior de cada vehículo, la cartelería y señalética estaba escrita en alemán, siendo uno de los íconos el botón del timbre donde se leía “Halt” (Detener en español).

Veinte años tuvieron que pasar para que la flota de troles mendocinos se ampliara desde la llegada de los Krupp-Essen TS Solingen. Y fue en 2008 cuando se hizo una importante adquisición, la más grande de la historia de los troles en Mendoza: se sumaron 80 unidades fabricadas por New Flyer y procedentes de Canadá.

EL ÚLTIMO TROLE, ARGENTINO

Si bien por entonces la cantidad de troles que componía la flota fluctuaba permanentemente, teniendo en cuenta que muchos de los primeros adquiridos habían salido de circulación por distintos desperfectos, en 2013 la Provincia hizo la última compra de troles. Y, por primera vez, fue a una empresa de Argentina.

Hace 11 años, se adquirieron 14 troles Materfer, fabricados en Córdoba. A diferencia de todos sus antecesores, ya eran más pequeños y ágiles. Y el procedimiento del conductor y sus maniobras para reenganchar los cables cada vez era más espaciado (aunque nunca desapareció).

Golpe a la nostalgia: adiós definitivo el trole, el transporte que hacía que el mundo hablara de Mendoza. Foto: Archivo Los Andes.
Golpe a la nostalgia: adiós definitivo el trole, el transporte que hacía que el mundo hablara de Mendoza. Foto: Archivo Los Andes.

La esquina de 9 de julio y Colón, donde doblaba el trole “Parque” hacia el oeste para seguir hasta Arístides Villanueva y luego hacia Boulogne Sur Mer era, quizás, la esquina favorita de los desenganches.

Si bien el trole como tal hace ya cerca de 9 años dejó de circular y nunca hubo un proyecto firme para que regresara, el retiro del tendido de cables en altura echa por tierra cualquier anhelo que alguien pudiese tener del regreso de este emblemático medio de transporte.

Ese mismo medio que era usado por los turistas nacionales e internacionales para pasear y tomarse fotos en su interior. O, incluso, para fotografiarlos en las calles cuando los veían pasar con sus tradicionales ejes enganchados al cableado.

Como testimonios del trole mendocino quedarán, entonces, esas fotos; estas notas. Y, por qué no también, las colecciones de boletos capicúas que muchos de esos mismos nostálgicos quizás aún atesoran en algún cajón de su casa. Porque, más allá de la actualización constante de la tecnología, para las cábalas y creencias -como la de los números capicúas vinculados a la buena suerte- no hay fecha de expiración.

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