En la tarde de este domingo trascendió la triste noticia del fallecimiento de Onofre Arcos, una figura clave en la elaboración de vinos espumosos en la industria vitivinícola. El deceso del referente mendocino, de 73 años, se dio en la jornada ayer en la Ciudad de Mendoza. Así lo informó Chandon, compañía en la que Arcos dejó su huella, al igual que en toda la comunidad vitivinícola.
Cabe destacar que Arcos no solo dejó su impronta en los vinos espumosos de Argentina, sino que también contribuyó a transformar la cultura de consumo en el país. En sus inicios, el espumante era visto como una bebida reservada para ocasiones especiales. Gracias a su trabajo y visión, desde la empresa para la cual trabajaba se introdujo nuevas categorías logrando que el espumante se convirtiera en una bebida para consumir en distintos momentos.
Onofre Arcos, referente de los espumantes argentinos
Onofre Arcos, referente de los espumantes argentinos. Foto: Chandon
Onofre Arcos, de estudiante de Ingeniería Civil a creador de espumantes
Qué significaba hacer espumantes en Argentina hace 50 años. Probablemente muchos lo asociarían a una tarea específica y reservada para un francés. Aun cuando Chandon ya llevaba varios años en el país, el consumidor argentino, que por aquella época tomaba esos famosos 83 litros per cápita de vino, poco conocía de espumantes y menos aún de estilos.
En la cosecha de 1975, el estudiante de Ingeniería Civil, Onofre Arcos, entró como "pasante" a Chandon Argentina. Pero aquel Agrelo no era el lugar que hoy conocemos: los accesos eran difíciles; la infraestructura fuera de la bodega, menor y las comunicaciones, nulas. La travesía que duró cuatro décadas y media, llevó a Arcos a convertirse en el primer argentino en ser Chef de Cave y, en alguna forma, en el máximo exponente de las burbujas argentinas de estos tiempos modernos.