Nahuel Ríos vive desde 2016 en el Círculo Polar Ártico y cuenta cómo han cambiado las cosas en la zona. Desde su ingreso a la OTAN en 2023, el país reforzó su frontera con Rusia con más tropas, vallas y controles ante el temor a un conflicto.
Frontera entre Finlandia y Rusia
Foto:
Web.Desde su ingreso a la OTAN en 2023, Finlandia reforzó su frontera de 1.340 km con Rusia, aumentando tropas, construyendo vallas y restringiendo cruces. Nahuel Ríos, argentino en el norte finlandés, relató que el área, ahora fuertemente vigilada, limita el acceso turístico y exige estrictos controles para cruzar.
En ese contexto, Nahuel Ríos, argentino de 40 años y oriundo del partido bonaerense de Pilar, compartió con Los Andes su visión sobre la intensificación militar en la frontera. “Estoy a menos de 100 kilómetros de la frontera rusa, pero no se puede llegar fácilmente. Es una zona de lagos, bosques, y ahora mucho más vigilada”, explicó. Según Ríos, los pasos fronterizos habilitados se volvieron casi inaccesibles para fines turísticos. “Para cruzar hay que justificarlo. Solo lo hacen camioneros o por motivos muy específicos, y con controles exhaustivos”, detalló.
Nahuel vive en Finlandia desde 2016, en el Círculo Polar Ártico, perteneciente a la ciudad de Rovaniemi. "Estoy a 100 kilómetros de la frontera rusa en el Ártico" precisó. Antes de instalarse en Rovaniemi, vivió en Helsinki y en Feinmark, justo en la frontera con Noruega. Está en pareja con Katri, una joven finlandesa que la conoció en Buenos Aires y actualmente trabaja de hotelero.
El testimonio se suma a lo que viene reportando la prensa local e internacional: una frontera antes abierta al comercio y el turismo, hoy transformada en zona de vigilancia constante. “Ahora se ve más presencia militar, más soldados internacionales. Incluso se habla de que no quieren tropas estadounidenses acá, para evitar provocar directamente a Rusia”, señaló el argentino.
Las autoridades finlandesas ya levantaron tramos de valla de hasta 4,5 metros con sensores de movimiento. Además, prohibieron que ciudadanos con doble nacionalidad finlandesa-rusa operen drones y restringieron nuevas compras de propiedades a ciudadanos rusos.
Desde su experiencia en zonas como Imatra, más al sur del país, Ríos observó con atención la escalada. “Antes no veías nada. Ahora hay tanques y movimiento militar. Es raro para los finlandeses de hoy ver eso, aunque los más grandes lo recuerdan de la Guerra Fría”, concluyó.
Mientras tanto, Finlandia continúa fortaleciendo su aparato de defensa en coordinación con la OTAN, sin señales de una distensión cercana en su vínculo con Rusia.