El arrollado y el pollo relleno son dos opciones clásicas para las celebraciones de Nochebuena y Navidad, tanto por su versatilidad como por la posibilidad de prepararlo con anticipación.
El arrollado y el pollo relleno son dos opciones clásicas para las celebraciones de Nochebuena y Navidad, tanto por su versatilidad como por la posibilidad de prepararlo con anticipación.
Si sobran porciones tras las fiestas, es crucial almacenarlas correctamente para preservar su frescura y seguridad alimentaria. No queremos dolores de panza ni gastroenteritis en estas fechas tan especiales para disfrutar en familia y con amigos.
El arrollado de pollo cocido puede mantenerse en la heladera entre tres y cuatro días, siempre y cuando esté adecuadamente guardado. Esto evita que se reseque o que absorba olores de otros alimentos. Es decir, optó por el uso de recipientes con tapa.
Recipiente hermético (tupper). Colocá el arrollado en un recipiente bien cerrado para protegerlo de la humedad y del aire.
Film plástico o papel aluminio. Envolvé la comida cuidadosamente, asegurándote de cubrir todas las partes expuestas.
Asegurate de que el arrollado esté completamente frío antes de refrigerarlo. Guardarlo caliente podría generar condensación dentro del recipiente, creando un ambiente favorable para bacterias.
¡Atento al relleno! El pollo relleno o el arrollado contiene ingredientes como huevo, mayonesa o queso, así que consumilo dentro de los primeros tres días, ya que estos ingredientes suelen deteriorarse más rápidamente.
Si no planeás consumir el arrollado dentro del tiempo recomendado, podés mandarlo al freezer. En el congelador, puede durar entre 2 y 3 meses sin problemas.
Puntos a considerar al congelar: