Tuvo un inicio tibio, más bien frío, pero que con el correr de las horas fue cambiando de tono. Es que el comienzo estaba pautado para las 9 pero a esa hora, había muy poca gente en las calles, incluso en avenida Emilio Civit, el primer tramo del desfile de carros. Fue recién cerca del mediodía que la gente comenzó a llegar masivamente.
“Nunca vi esto, la calle tan vacía”, comentó a Los Andes un efectivo policial que dijo que hace años trabaja para el evento y siempre en el mismo punto, la calle Emilio Civit. Tempranito, era la línea de de policías a ambos lados de la acera, con unos poquísimos madrugadores, la que hacía acto de presencia para recibir a la banda de la Policía de Mendoza y la Virgen de la Carrodilla, que dan inicio a uno de los eventos más populares de la Vendimia.
Carrusel
Luz Soria, reina de San Carlos.
Los Andes / Ramiro Gómez
El mismo escaso movimiento se observaba más adelante, en calles Sarmiento y Chile. Incluso, eran cerca de las 11 y la avenida Las Heras, una de las que más suele congregar para la ocasión, tenía las veredas libres para caminar y, como las otras arterias, grandes espacios libres para ubicarse. Cafés y bares, que suelen tener reservas completas con varios días de antelación, esta vez tenían mesas vacías, quizás el afectado poder adquisitivo de muchos fue parte del asunto..
Definitivamente, el día nublado, las dudas ante la posibilidad de lluvias y los 13°C que el termómetro marcaba a esa hora, hicieron que la gente llegara más bien tarde. Sin embargo, cerca del mediodía, comenzó a colmar las calles y el Carrusel tomó el tradicional color y calor popular.
Sin autoridades en el Carrusel
La banda de la Policía de Mendoza abrió el Carrusel, que inició un poco demorado y sobre todo, muy lento, un vicio que no logra sacudirse. Tocó el Himno Nacional frente al hotel Hyatt, cerca de las 10.30, sin autoridades en el exterior, así como también la Virgen de la Carrodilla pasó frente al lugar donde tradicionalmente se ubicó el palco oficial -que no hubo- sin que hubiera autoridades para darle la bienvenida.
Muchos estaban en la terraza interior del lugar, en el desayuno de la Coviar, y salvo algunos intendentes, no se vieron otras autoridades presentes en el desfile. Quizás es otro de los aspectos destacados este año. Es que si antes esa presencia era una parte sustancial del color, aunque de tono político, este año no existió, en un evento que parece haber perdido algo de convocatoria.
Carrusel de las Reinas
Ramiro Gómez
Había sido precedido por el contracarrusel, la tradicional marcha de organizaciones sociales, esta vez marcada por los reclamos antimineros y el 8M (ver aparte).
Gente con reposeras, con heladeritas, los tradicionales canastos para recolectar regalos de los carros, las niñas vestidas de reinas, los vendedores, eso no faltó.
Tampoco los turistas, que se deleitaron con algo que los sorprende. En la terraza de Hyatt muchos grababan con sus celulares cuanta cosa sucedía.
Los carros y las reinas en el Carrusel
Recién a las 11.30 pasó frente al hotel el primer carro vendimial, detrás de las agrupaciones gauchas. Se trató del que llevaba a las reina y virreina salientes, Agostina Saua y Rocío Neila.
Detrás llegó el carro de la dirección de Adultos Mayores, que trajo alegría y color a la mañana gris.
Los carros tuvieron diseños sencillos aunque se buscó destacar la identidad de cada departamento, aspectos que los distinguen y sorprender con algún detalle. Tras la demora inicial, el desfile se agilizó, tras la promesa del Gobierno de Mendoza de hacer este año un Carrusel más ágil y que cumpliera con el horario pautado, de 9 a 13, que se pudo a medias.
A diferencia de lo que ha sucedido en años previos, cuando hay largas esperas entre un carro departamental y otro, esta vez pasaron juntos y bastante rápido, quizás por las demoras previas.
Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://x.com/verodevita_/status/1898370558502309896&partner=&hide_thread=false
El primer carro departamental fue Guaymallén, seguido del San Carlos, que sorprendió con una invasión de burbujas en el aire. Al mismo recurso apeló Lavalle que llegó con sus tradicionales y esperados melones y sandías y que, de hecho, usó para la decoración y convocó pedigüeños.
Tupungato fue el tercero e iba acompañado con música tradicional en vivo, un carro que utilizó muchos elementos naturales como ramas de vid. También Luján, Junín y la Paz llevaron música tradicional en vivo.
La representante de Ciudad saludó a los presentes en español inglés e italiano y San Rafael regaló duraznos. Del carro de las Heras salía disparada nieve artificial, en referencia a su zona de montaña, que tomó como temática haciendo referencia a lugares emblemáticos.
Rivadavia se la jugó: su carro hizo referencia al agua y la importancia de ésta para la vitivinicultura y los riesgos de contaminación en un contexto en el que el tema está en agenda por el avance de proyectos mineros y la oposición de agrupaciones ecológicas.
Alvear optó por música actual para ponerle clima a su momento.
Otra particularidad fue la presencia de algunos intendentes al pie de los carros de sus departamentos, como Diego Costarelli, Godoy y Cruz, que se ubicó al costado de la calle cuando pasó el carro. Matías Stevanato, de Maipú y Mario Abed, de Junín, subieron la apuesta y caminaron delante y al lado del carro acompañando a sus representantes y saludando a la gente.
También estuvo Ulpiano Suárez, intendente de la Ciudad, pero en la terraza del hotel.
Resta saber cuáles son los carros ganadores. Según ha trascendido, el primer puesto recibirá como premio $2.500.000 y el segundo, $1.500.000. El año pasado ganaron Junín, en primer lugar y La Paz en segundo.
Para el final, quedaron una gran cantidad de agrupaciones de la comunidad boliviana, que dieron un cierre lleno de ritmo y color.