-La Vendimia nos atraviesa a las reinas de mil formas, crecemos en lo personal, como mujeres. Y por supuesto que depende de cada una esto de seguir capacitándose en lo que requiera este rol. Porque es un rol muy amplio y son muchas cosas las que se esperan de la Reina Nacional de la Vendimia, impuestas por la sociedad. La mujer a la que le toca ocupar este rol tiene que tener clara la función que quiere llevar a cabo este año, intentar estar a la altura y capacitarse.
-Decís que la gente espera muchas cosas de la Reina de la Vendimia ¿Qué espera?
-Es algo muy amplio. La presión de que la gente espera una reina activa, que esté cerca y tenga esta conexión con el pueblo, que sea un vínculo entre, no solo los ciudadanos del departamento, que en mi caso los citadinos, sino el pueblo de la Reina Nacional, todos los mendocinos. Vincularlos con el municipio, con el gobierno. También que, obviamente, seamos embajadoras turísticas, embajadoras culturales. Es muy amplio el rol, trabajamos en proyectos sociales, solidarios, vinculados al deporte, vinculados, por supuesto, a la vitivinicultura.
- ¿No te parece que la sociedad en general está más pendiente de las reinas en la época de Vendimia y el resto del año desaparecen bastante?
-Sí, es algo que nos hicieron notar mucho este año, ser activa en las redes sociales y mostrar todo lo que hicimos durante el año, quizás por eso, la gente no dice “nunca habíamos visto esto” o nos han dado muchos mensajes sobre que somos reinas muy activas, que muestran lo que hacen, porque si no las reinas desaparecen en marzo y vuelven a aparecer en marzo siguiente. Porque sí, eso también fue parte de nuestra misión con Rocío.
- ¿Cuál fue el costo para tu vida de asumir esa responsabilidad y qué tuviste que postergar?
-Cuando asumí este rol yo tenía muy claro de todo lo que venía. Personalmente preferí hacer a un lado mis actividades y dedicarme plenamente a cumplir este rol, como se debe y con la responsabilidad que conlleva. Entonces sí, tuve que dejar de lado mi trabajo, yo trabajaba en dos escuelas y tuve que pedir licencia en ambas. El deporte también lo dejé de lado todo el año (NdR: es nadadora). Y hay un montón de aspectos con familiares y con amigos que también uno deja de lado. Pero son otras cosas, uno gana en experiencia, conocer nuevas personas, el cariño de la gente y la hermosa amistad y hermandad que formé con Rosi.
Por eso, nosotras trabajamos en inculcarles a las próximas reinas, que es como un trabajo. O sea, si bien es una figura simbólica, ser reina es como un trabajo, en nuestro caso, nosotras somos como si fuéramos empleadas de la Secretaría de Cultura.
Agostina Saua y Rocío Neila, reina y virreina nacional de la Vendimia 2024 en el tradicional desayuno real en la terraza del Hyatt. Fotos: Gobierno de Mendoza.
Agostina Saua y Rocío Neila, reina y virreina nacional de la Vendimia 2024 en el tradicional desayuno real en la terraza del Hyatt. Fotos: Gobierno de Mendoza.
-¿Cada cuanto tenés actividades?
Todas las semanas, incluso hay semanas que todos los días, hasta dos, tres, cuatro actividades en un mismo día. Y es todo el año. Quizás hay meses que decae un poco, como por ejemplo junio y después en julio arrancan vacaciones de invierno y hemos estado participando en todos los programas de vacaciones de invierno, vacaciones de verano, todos los programas culturales del gobierno, hicimos la agenda cultural, íbamos a todos los espacios culturales.
-¿Qué proyectos pudiste concretar?
-A nivel departamental, un proceso social de inclusión que llevamos adelante en el mes de octubre. Después, el de los semáforos para personas sordas, que era uno de mis proyectos y pudimos poner varios en lugares céntricos.
El proyecto más grande que pudimos llevar a cabo junto con Rosi a nivel provincial, es el proyecto Herederas de Vendimia: vamos a los 18 departamentos de la provincia brindando capacitaciones a las reinas distritales sobre distintos aspectos a través de nuestra experiencia, para que arranquen sintiéndose más seguras y orientadas.
¿Cuál dirías que fue la impronta de tu reinado?
-Que no fue solo mi reinado, sino que fue una dupla que trabajó durante todo el año junta (con la Virreina) y que juntas pudimos hacer más que quizás solas (...) y mostrar todo eso de lo que quizás antes la gente no era consciente.
-¿Cómo cambió tu vida la corona?
-Completamente, fue como que me dio vuelta toda la vida, los planes que quizás yo tenía antes -porque la verdad que no había pensado salir reina-. Entonces, es como que ahora me siento como una nueva yo, este año han sido tantas emociones y tantas cosas que hemos pasado que es como que siento a veces que no me conozco. Estoy tan distinta al año cuando comencé que necesito ahora el tiempo, cuando termine el reinado, de volver a conectar conmigo, de volver a pensar qué quiero para mi vida.
-¿Cuál ha sido la respuesta del pueblo mendocino para con vos?
-Hermosa. Siempre he recibido mucho cariño, mensajes, sobre todo por las redes sociales y ahora que se viene Vendimia estamos un poco más cerca de la gente, aunque durante todo el año en los eventos sentimos que realmente pudimos acercar y llevar Vendimia. Es parte del rol de reina esto de ser portadoras y tratar de transmitir nuestro amor por Vendimia a las futuras generaciones.
-¿Sentís que la Vendimia ha ido perdiendo peso en la agenda de los mendocinos? ¿Por qué?
-Yo creo que la Vendimia hace ya varios años que cambió de un escenario en el que entraban 100.000 personas al teatro griego donde entran 20.000. Si bien al Carrusel y La Blanca asisten más de 100.000 personas, que es un gran número, se ha perdido un poco, pero va en nosotras, en las reinas, en contrarrestar esto. Muchas personas siguen pensando que es un concurso de belleza, entonces nosotras queremos dar el mensaje de que no, de que una reina va mucho más allá de la belleza física, que es totalmente subjetiva para cualquier persona, y que nosotras tenemos proyectos, tenemos ideales, y que nuestra misión es no sólo homenajear la vitivinicultura sino también darla a conocer en el mundo y también hacer ese trabajo acá, en la provincia. Es una fiesta antropológica que es súper tradicional, que va a cumplir 90 años el año que viene, es la fiesta más antigua de todo el país.
-¿Puede suceder que quizás la Vendimia no refleja cambios de época o necesita aggiornarse, esto en contraposición a lo que sostienen muchas ex reinas, que quieren conservar por sobre todo la tradición? ¿Qué pensás de este debate eterno?
-Yo pienso que la Vendimia es antropológica, la historia es la misma y no la vamos a poder cambiar nunca porque así sucedió la historia en nuestra tierra. Sí, soy de la idea de que está bueno innovar, pero los mendocinos somos muy pueblo, muy tradicionalistas y ya han habido innovaciones en la fiesta y la gente no las ha tomado bien. Entonces, creo que esto también es un gran desafío para los directores de las fiestas actuales, tener que innovar, incluir la tecnología, querer cambiar aspectos, pero nunca alejarse de lo tradicional es algo que siempre yo creo que va a estar en debate, pero bueno, eso como que depende de un grupo quizás muy reducido de gente que toma estas decisiones, porque la fiesta la elige un jurado.
La Fiesta Nacional de la Vendimia 2024, “Coronados de historia y futuro”, tendrá su acto central el 2 de marzo. / Foto: Prensa Gobierno
La Fiesta Nacional de la Vendimia en el teatro griego Frank Romero Day. / Foto: Prensa Gobierno
-¿Qué le cambiarías y qué no?
Nunca cambiaría o sacaría la elección de la Reina Nacional y obviamente de las Reinas Departamentales. ¿Y qué cambiaría? No sé si sería un cambio pero sí quizás haría innovaciones con respecto a más tecnología. Es una fiesta enorme en la que los que verdaderamente se lucen y hacen la fiesta son los artistas, los bailarines y los actores, quizás acompañarlos con esas cuestiones tecnológicas que se usan ahora como drones y esas cosas que todavía no hemos incorporado en la fiesta y que se ven en muchos lados del mundo. Pero bueno, imagino que es una cuestión de costo y de otras cuestiones pero en un futuro yo imagino que sí va a progresar tecnológicamente la fiesta.
-¿Cuál fue el mejor momento del reinado?
Mis momentos favoritos hasta ahora fueron el desfile de carros, la Vía Blanca y Carrusel y, por supuesto, el Acto Central. Fue cuando sentí mayor emoción. Pero también fui muy feliz visitando escuelas, me encantan los niños, entonces todos los proyectos que pudimos hacer con ellos me llenaron el corazón. Y, por supuesto, la posibilidad de viajar y representar a Argentina en otro país.
-¿Y lo peor? ¿Un mal momento?
La verdad que no viví un mal momento este año. Sí por ahí los comentarios que te hacen sentir mal, leer algún comentario de algo que es mentira por ejemplo.
-¿Una anécdota?
Cuando fuimos de viaje a una feria internacional en Brasil, nos estábamos cambiando y Rosi se estaba poniendo la capa, porque íbamos vestidas de reina, y de repente pega un grito y tira la capa. Entonces yo la miro y veo una araña que era como una tarántula de lo grande que era ¡y la tenía en el cuello! Porque estaba en la capa. Era una araña gigante que no matamos porque era tan grande que no la podíamos ni pisar con las zapatillas, así que la dejamos salir de la habitación. Después nos matamos de risa.
¿Cómo te llevaste con el tema de la exposición pública?
-Bien, pero sí es algo a lo que yo antes de ser reina e incluso departamental, le tenía como un poco de miedo porque sabía que de un día para el otro es brutal la exposición que tenés, sobre todo en esta época de Vendimia y que la gente habla por hablar de una. Es difícil para chicas jóvenes lidiar con comentarios acerca del aspecto físico, de cualquier cosa. Ahora las redes sociales hacen todo más complicado porque permiten hablar con mucha crueldad y estos comentarios que lastiman un montón manchan un poco esta experiencia. También durante todo el año por ahí te reconocen en los distintos lugares entonces hay que cuidar la imagen y lo mismo en las redes, tener cuidado con el contenido que sube.También fue difícil con los seres queridos, tratar de no exponer a mi pareja, a mi familia, preservar la intimidad de la gente que me rodea.
-¿Y ahora? ¿Cómo sigue tu vida?
-La verdad que este año se me han abierto nuevas vocaciones, relacionadas con lo que es el turismo y la vitivinicultura. Si bien he aprendido muchísimo este año y me he capacitado un montón, siento que no soy una profesional. Quiero este año dedicarme a esto, a capacitarme más, quizá alguna carrera más relacionada a lo que es el turismo y mi carrera, como es el inglés, y me sirve mucho. Por ahora no sé si volver a mi trabajo anterior, pero me siento segura de que ya tengo el título y si no me gusta volver a dar clases a las escuelas, que a mí me encantan.
Guía para futuras reinas
Agostina aportó algunas recomendaciones para quienes aspiran a la corona vendimial. “Les diría primero que es una experiencia maravillosa, que sean ellas mismas siempre, que sean auténticas, que sean muy comprometidas y muy responsables con el rol porque tienen miles de personas que están representando detrás, que no es un juego, que esto es un trabajo, que pueden hacer grandes cosas y pueden cambiarle la vida a un montón de personas con una simple sonrisa, con un simple abrazo, una palabra, una mirada”.
Y continuó: “Pueden devolver muchísimo amor al pueblo, que tienen esa magia que incluso a mí ahora me cuesta dimensionar todavía, toda esa magia de cómo la gente percibe a una reina”.
“Que disfruten, esto no es una competencia, que acá no gana la más linda y que cada una, el rol que ocupe sea reina distrital, virreina, reina departamental o virreina nacional, que cada una entienda el lugar que ocupe y que pueda hacer grandes cosas desde este lugar. O sea, que la experiencia les va a dejar lo que ellas decidan (...) todo lo que a una le deja y quiere transcurrir siempre nace de una”, resumió la soberana saliente.