Si el 8M 2024 fue un llamado a estar en alerta ante incipientes cambios que se avecinaban en cuanto a las garantías de derechos para las mujeres en Argentina, este año, con muchos de estos habiéndose efectivos, la fecha adquiere un tono que convoca a una lucha fortalecida. Así se sienten los llamados de las diferentes agrupaciones de mujeres que este sábado tomarán las calles. En Mendoza será en un contexto particular: el Día de las Mujeres coincide con los eventos por la Fiesta Nacional de la Vendimia y por lo cual la marcha se plegará al contracarrusel, lo que las hará aunar fuerzas con otras organizaciones y sus reclamos.
Las aristas para analizar aspectos de los cambios sufridos el último tiempo, son varias, sin embargo, por haber estado en la agenda el último tiempo y su impacto se destacan dos en particular. Por un lado, la negación de los femicidios por parte del gobierno nacional, que apunta a eliminar esa figura jurídica. Por otro, la eliminación de la moratoria jubilatoria que dejará una buena proporción de mujeres sin resguardo en la adultez. Pero también ha habido un cambio en las narrativas y políticas, cierres de áreas de género, desmantelamiento de programas y quita de presupuestos.
Trabajo no reconocido y jubilación
El gobierno nacional anunció que no prorrogará la vigencia de la Ley 27.705 de moratoria previsional, que vence el próximo 23 de marzo.
En su momento, la incorporación de la moratoria apuntó a reconocerles derechos y garantizarles calidad de vida a muchas mujeres que durante muchos años dedican más horas que los varones por día a tareas reproductivas, como cuestiones domésticas, de crianza y de cuidado. Se trata de trabajo no remunerado, que suele no ser reconocido y que, por la dedicación que implica, deja a las mujeres en peores condiciones para acceder al mercado laboral.
Marcha Federal LGBTIQ+ en Mendoza.
Reciente marcha Federal LGBTIQ+ en Mendoza. Fotos: Daniel Caballero y Ramiro Gómez / Los Andes
Las moratorias, establecidas en 2004, permitieron a muchas amas de casa acceder a este beneficio que implicó el reconocimiento de una tarea social no valorada económicamente pero que, sin embargo, por tratarse de tareas de reproducción tienen impacto en el PBI. Es que durante muchos años las mujeres se dedican al sostenimiento de un hogar en el que hay otras personas que producen riqueza mientras que crían hijos que en el futuro también lo harán, lo que da cuenta del aporte para el país de una tarea invisibilizada.
La encuesta de Uso del Tiempo da cuenta de que las mujeres mendocinas dedican 4 horas promedio a actividades domésticas frente a las dos horas y media que utilizan los varones. Mientras que para las tareas de cuidado ellas aportan un promedio de 4 horas 51 minutos diarios, los varones aportan un promedio de 3 horas y 22 minutos, entre aquellos que participan.
Según datos 2023, del total de hogares, en promedio, en 8 de cada 10 son las mujeres las que preparan y sirven la comida, las que limpian y ordenan la vivienda las que lavan, planchan y arreglan la ropa y las que cuidan a personas dependientes y niños.
Consecuencias para las mujeres
Así, se encuentran con limitantes para una mayor dedicación laboral en el mercado, muchas veces son discriminadas para determinados puestos, suelen acceder más a puestos de trabajo peor remunerados e incluso informales, sin garantías previsionales. Incluso otras deben dedicarse exclusivamente a la cuestión doméstica y, si no cuentan con un respaldo económico, en la adultez terminan siendo personas vulnerables y dependientes, sin garantías ni siquiera para el cuidado básico de su salud. Por ello, son más las mujeres que los varones incorporadas a un mercado laboral informal o de peor calidad mientras que también son más en la población.
El índice de feminidad en Mendoza, de acuerdo a datos de la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de Mendoza (DEIE), muestra que hay 100 varones por cada 107 mujeres. Otro aspecto a tener en cuenta es que históricamente, ante situaciones de crisis económicas, más mujeres se incorporan al mercado laboral y una buena proporción lo hace en trabajos peor remunerados, de peor calidad e informales. Todo esto permite esbozar el escenario frente a la futura jubilación ya que deja a muchas sin poder alcanzar los 30 años de aportes o directamente sin ellos.
Esto pone en evidencia la importancia que tiene para las mujeres tener la posibilidad de acceder a una moratoria que ahora se ha dado de baja. Análisis hechos a nivel nacional estiman que, con el fin de la moratoria, se va a poder jubilar solo 1 mujer de cada 10 y solo tres de cada 10 varones, tal como publicó Página 12. Esto implica que 90% de ellas quedarán excluidas de esta posibilidad.
“La eliminación de la moratoria va a impactar en absolutamente todas las mujeres porque invisibiliza claramente el trabajo doméstico de las tareas reproductivas”, apuntó Luisina Blanco, referente de Mumalá Mendoza y Trabajadora Social. Recordó que incluso quienes tienen programas sociales como Volver al Trabajo no tienen aportes jubilatorios.
El femicidio
La intención del gobierno nacional de eliminar la figura del femicidio del Código Penal es otro avance contra lo que se había logrado como un derecho, no solo en Argentina sino en otros países del mundo, y a tono con tratados internacionales y la tendencia en este sentido en otros países de la región.
La ley 26.791, sancionada en 2012, reformó el artículo 80 del Código Penal para criminalizar de modo agravado los homicidios vinculados con la violencia por razones de género y los penalizó a los varones que los cometan contra mujeres con prisión perpetua.
Informe anual del Observatorio de Femicidios en Argentina “Adriana Marisel Zambrano”. Foto ilustrativa
El gobierno nacional busca eliminar la figura del femicidio del Código Penal. Foto ilustrativa
La incorporación de esa figura había permitido además el fortalecimiento de diferentes áreas vinculadas justamente a la protección de las víctimas y acompañamiento. Esos espacios han ido achicándose y hasta eliminándose, aunque Mendoza mucho se sostiene gracias al gobierno provincial.
“Nos siguen matando y el Estado no se hace responsable de garantizar nuestra integridad y derechos, por el contrario, desmantela los programas para nuestro cuidado e intentar borrar de un plumazo la figura del Femicidio”, esgrime Ni Una Menos Mendoza en su convocatoria para el 8M.
El Observatorio “Ahora Que Sí Nos Ven” informó que solo durante enero de este año, se produjeron 29 femicidios en el país, 1 cada 26 horas. Implicó que 29 niños quedaran huérfanos. Además, hubo 49 intentos de femicidios.
A poco de cumplirse diez años de la masiva movilización por Ni Una Menos, el 3 de junio del 2015, desde esa fecha hubo 2.745 femicidios en Argentina. En Mendoza contabilizan 3 este año. Ante todo esto, las organizaciones feministas se unen para gritar que el femicidio sí existe.
Pérdidas para las mujeres
Las declaraciones del presidente Javier Milei en el Foro Económico Mundial de Davos contra las diversidades sexuales atizaron el fuego y encendieron más aún las alarmas.
En definitiva, el balance da “en negativo” en cuestiones de género, con un drástico cambio de perspectiva en las políticas, la motosierra que dejó una retracción del estado nacional y aumento de las situaciones de violencia asociadas a un discurso agresivo en ese sentido. En la Dirección de Género provincial se vieron empujados a reforzar el abordaje en territorio. Aseguran que hay más tentativas de femicidio y abusos.
Quizás lo más emblemático fue la eliminación del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación. Se da en un contexto de mayor vulnerabilidad económica en general, con un aumento de la pobreza que, se sabe, afecta particularmente a las mujeres.
“Todo aquello en lo que se habían logrado ciertos consensos, sobre todo de poder entender por qué es importante atender a la violencia de género como un fenómeno estructural, global, histórico, de repente pareciera que no está del todo claro y que volvemos al ABC de tener que explicar por qué el Estado es responsable de atender la violencia sexista y contra las personas del colectivo de la diversidad sexual”, expresó Romina Zapata, licenciada en Comunicación Social, especialista en temas de Género e integrante de Gentic, una organización que trabaja Género y TIC. Además remarcó: “Ese quiebre está posibilitado justamente por los discursos, porque de repente es como que se volvió habilitar poder decir todo aquello que se consideraba políticamente incorrecto”.