En una cuadra como tantas del conurbano bonaerense, donde el ritmo de la vida parece haberse acelerado y las veredas dejaron de ser lugares de encuentro para volverse apenas zonas de paso, un balcón volvió a convertirse en escenario y punto de reunión. Se trata de Música en el balcón, un proyecto cultural que, desde hace ya 18 ediciones, transforma una calle de Temperley en un refugio musical y comunitario al ritmo del jazz.
La iniciativa, organizada por la fotógrafa Carla Castro y el músico Francisco Orozco, nació en la esquina de Juncal y Lucio Vicente López, donde ambos viven en un primer piso con un largo balcón soleado. Lo que comenzó como un cartel improvisado y 15 espectadores curiosos, se convirtió con el tiempo en un fenómeno barrial que hoy convoca a más de 600 personas.
"Música en el balcón": el proyecto que une a la vecindad a través del jazz en Temperley.
"Música en el balcón": el proyecto que une a la vecindad a través del jazz en Temperley.
La Nación
El pasado sábado 5 de abril, La Nación fue testigo del último evento, donde se escucharon clásicos como Take The A Train o Sir Duke, y donde lo más importante no estuvo solo en la música, sino en la atmósfera: vecinos en reposeras, niños jugando, mates compartidos y conversaciones espontáneas entre desconocidos.
"Música en el balcón": el proyecto que une a la vecindad a través del jazz en Temperley.
"Música en el balcón": el proyecto que une a la vecindad a través del jazz en Temperley.
La Nación
“El espíritu de este proyecto es recuperar la vecindad”, cuenta Carla. Y lo logran: personas de todas las edades y lugares llegan atraídas por la propuesta. Algunos desde Adrogué, otros desde CABA. Hay abuelas de 101 años y bebés en cochecitos, adolescentes con mates y adultos mayores reencontrándose con viejos conocidos.
“No vemos esto en un barrio hace mucho tiempo, que haya gente sentada en la puerta de la casa, en la calle, conversando y disfrutando de un momento para compartir un reencuentro; hay algunos adultos mayores que nos paran en la calle para preguntarnos cuándo vamos a hacer otro evento, para reencontrarse con tal o cual persona", reflexiona Carla.
"Música en el balcón": el proyecto que une a la vecindad a través del jazz en Temperley.
"Música en el balcón": el proyecto que une a la vecindad a través del jazz en Temperley.
La Nación
Celeste, una asistente del encuentro, destaca: "El respeto con el que la gente va a escuchar y a pasar un rato; no es un recital, o un show, es un encuentro. Es como una pausa, ¿me entendés?“. Patricio y “Bachi”, una joven pareja, coinciden en que el jazz es clave para esa energía: “No solo por la música, la puesta en escena, la calidez de las luces, del sol cayendo, de la decoración en el balcón”.
El evento, que ya cuenta con apoyo de la Municipalidad de Lomas de Zamora, quien se encarga de los cortes de calles por seguridad y una organización que cuida cada detalle: el balcón se decora “como un living”, con plantas, luces tenues y un aire acogedor que acompaña el tono suave del jazz. “Es mucho amor, se ve el cuidado con el que hacemos las cosas”, asegura Carla.
"Música en el balcón": el proyecto que une a la vecindad a través del jazz en Temperley.
"Música en el balcón": el proyecto que une a la vecindad a través del jazz en Temperley.
La Nación
Además, Música en el balcón tiene un costado solidario. Se invita a los asistentes a llevar alimentos no perecederos, que luego son entregados a la organización Aconcagua, encargada de armar ollas populares para personas en situación de calle. También se puede colaborar con una “gorra”, que, fiel al espíritu del evento, es en realidad un estuche de instrumento.
Finalmente, Carla le resaltó al medio mencionado un comentario en redes sintetizó lo que este evento significa para muchos: “Esto es guerrilla urbana, crear ciudad en intersticios, en lugares inesperados pero comunes para la vida. Es un canto a la ciudad para gritarle que todavía está viva, a pesar de la gentrificación, de los códigos extorsivos, de las periferias rurales con burbujas privadas domésticas. Es ciudad espontánea, somos el hongo que nace de una ciudad muerta, para crear otra”. Porque Música en el balcón no solo propone un recital gratuito, sino una forma de habitar la calle que parecía perdida: como espacio de encuentro, de juego, de charla y de comunidad.