Con solo hacer algunos kilómetros por la ruta 40 entre Godoy Cruz y Luján de Cuyo, a la derecha, la estampa de la cordillera nevada se impone e invita a visitarla. Y los mendocinos difícilmente se nieguen a aceptar una invitación de la montaña, sobre todo cuando se presenta como en estos días: platinada y brillante bajo el sol. Más aun contando con el aval del gobierno para hacer turismo interno, luego de más de 100 días de un aislamiento que, aunque flexibilice sus fases, se hace cada vez más largo.
Por todo esto fue que miles de vehículos comenzaron a desplazarse ayer hacia la zona de Potrerillos, Cacheuta y Uspallata, sorteando el estricto control policial que se apostaba en distintos lugares a lo largo de la ruta.
En cada uno, el requisito de la autorización para circular y de reserva en alojamiento o restaurante era indispensable para seguir adelante. “Un alto porcentaje de los turistas tuvo que volverse, porque no tenían reserva y querían venir a pasear, bajar mesitas, tomar mate. Y no se puede” aclaró el oficial inspector de la Policía, Jorge Pinto, apostado en medio de la ruta a la altura de Blanco Encalada.